No sin polémica, el gobierno nacional salió en las últimas horas a avalar un nuevo proyecto de expropiación de activos propiedad de la filial local de una multinacional. Si bien la iniciativa no tiene la magnitud de lo ocurrido con Aerolíneas Argentinas e YPF, avanza sobre los derechos de uno de los grupos chilenos con mayores inversiones en la Argentina. Se trata del holding Angelini, a su vez dueño de Celulosa Arauco que en 1996 pagó u$s 476 millones por la compra de Alto Paraná (APSA).
Según revela hoy diario El Cronista, se trata de una empresa productora de celulosa y papel con base en Misiones podría perder el 1% de sus tierras en el país si prospera un proyecto para quitarle 3.000 hectáreas que explota en la localidad de Puerto Piray.
La iniciativa ya tuvo respaldo de las autoridades nacionales a través de Emilio Pérsico, director de Agricultura Familiar de la Nación, quien manifestó el aval de la Nación a legisladores provinciales con los que mantuvo un encuentro. Uno de los presentes en la reunión, el diputado provincial Héctor Bárbaro, del Partido Agrario y Social, informó que Pérsico “acompaña este proceso para entregar tierras a los pequeños productores, para que trabajen con agricultura familiar”. Según Bárbaro, el funcionario nacional y líder del Movimiento Evita ya envió delegados de su organismo a recorrer las tierras.
“La iniciativa es impulsada por la Asociación de Productores Independientes de Puerto Piray y logró obtener estado parlamentario gracias al respaldo de varios partidos políticos, entre ellos la UCR”, según publica El Cronista.
¿Es la política de la expropiación lo que viene o esta es una puntual excepción del kirchenrismo? Si se trata de lo primero, será tal vez el comienzo de la chavización argentina; si se trata de lo segundo, será más tranquilizador, aunque alguien debería explicar por qué de pronto aparece esta polémica voluntad oficial de expropiar tierras de una multinacional.
Es algo que no pasará desapercibido. Es lo que ocurrió en Venezuela en 1999 y fue el puntapié inicial de la política que hoy muchos critican.
José María González