La elocuencia de las imágenes estallaba contra los comentarios de los llamados a comentaristas oficialistas. Una avenida 9 de Julio bastante completa en su ancho, que no en balde se ufana de ser la “más ancha del mundo”, era la razón de que había una expresión política importante. Pero las noticias mostraban que dicho fenómeno se repetía, y no solo en “Recoleta o Belgrano”, como los agoreros del despilfarro oficialista gustaban propalar, las marchas se repetían en los barrios populares como Lomas de Zamora y Morón, tanto allí como en pueblos del interior, en donde, salvo un brutal asesinato o una violación atroz, nunca se había producido una manifestación de esta índole y de tamaña envergadura.
“Datanción” de esta masividad y federalismo se tomaba de manera inductiva a través de los contactos personales de los periodistas, o por los cables locales, por ejemplo en Balcarce, en donde el intendente es muy querido, y los manifestantes mostraban banderas que decían que no era contra el intendente, sino contra el gobierno de Cristina Kirchner.
Otras marchas, en muchos pueblos chicos, fueron tapados adrede, por encontrarse dentro del “holding k” de cable. Simplemente se limitaban a tapar la protesta, la mostraban parcialmente o la relativizaban… son los políticas de desinformación que supimos conseguir a través de las cientos de repetidoras que el “holding” de medios kirchneristas fueron comprando lentamente a lo largo y a lo ancho del país (la “Korpo” oficial, la podríamos llamar), un presagio del gran apagón informativo que pretende el Gobierno luego del copamiento de medios prometido en los mentideros y en bares del centro, en donde todos los dirigentes K se envalentonan, como lo hacían en 1973, en las épocas no del “relato”, sino a la época cuando se tomaron las radios y los canales con los fierros en la mano, a punta de pistola.
En Balcarce, volviendo a este pueblo, una pequeña ciudad que ronda los 40 mil habitantes, se movilizaron algo más de tres mil personas, algo así como el 7% de su población, hecho que se fue reproduciendo en cada pueblo y barrio, en especial en el interior del país.
Estuvimos ante un fenómeno que no solo se globalizó, sino que se federalizó, se mostraron signos en todo el interior del hartazgo social hacia el denominado “modelo” de poder kirchnerista, el que seguramente ha debido tomar nota de ello. Otro fenómeno fue el de las embajadas y marchas en el exterior, cosa que alarmó a medios externos no percatados de los costumbrismos locales. Hubo que explicarles que no había un autogolpe o desaparecidos, como en tiempos del dictador Videla, sino que el pueblo repudiaba muy fervientemente a Cristina, que aún no existía ningún movimiento de fuerza interna, era un fenómeno global auténtico, singular y original.
El modelo se cae a pedazos, más aceleradamente
Hoy se conoció que la situación del default argentino entraría en estado crítico. Entre mediados de mes y el 2 de diciembre de 2012, la Argentina entrará en default en su pago de deuda, no solo por la resolución del viernes tomada por parte del Juez Griessa (sería el segundo default en dos años del país) que implica el pago a los tenedores de bonos que no entraron en el canje de deuda oportunamente realizado por Duhalde, Lavagna y Kirchner, sino, porque los montos de dichas cuotas podrían ser parcialmente retenidos (el principio de justa distribución del quebrado) y además muchos otros bienes correría el mismo destino que el de
Inundaciones y divisas
Otro panorama desolador que enfrenta el país, siempre en el frente fiscal, es el que brinda un año climático adverso. No estamos hablando de algunos comerciantes con ropa mojada en Belgrano, sino de 12 millones de hectáreas anegadas (las mejores, las de la pampa húmeda). Otros extienden este número a 17 millones, si se cuentan las anegaciones parciales, pero con afectación productiva.
Aún con una soja en baja, pero con precios nunca vistos en otras épocas (rondando los U$S 550
Caerá el consumo, último bastión del “modelo”
La suspensión unilateral de la quita de subsidios no ha dado los frutos esperados al Ejecutivo en su “modelo de poder”. Las clases medias y medias bajas le han dado la espalda y la han repudiado groseramente. Nadie podrá darse por desentendido, el canto más escuchado el 8N fue: “Se va a acabar, la dictadura de los K”, parangonando el policlasístico cántico de los 80, década a la cual parece, estamos empeñados en retornar.
Los argentinos parecemos unos Prometeos del siglo XXI, parece que sufrimos un tormento similar al de Prometeo, castigado a que una águila sagrada le coma el hígado, que siempre volvía a crecer, para que al día siguiente lo siga devorando, y así seguir sufriendo… repetimos los errores, volvemos a los peores setenta y ahora a los peores ochentas.
Fomentamos desde el Estado una política demencial de desinversiones (no en medios, sino en todo lo importante, trenes, energía, caminos, puertos, trasportes, saneamiento, vivienda, caminos, desarrollo humano, salud, etc.) una fuga de capitales de la que se jacta la presidente (y los aplaudidores aplauden, n o sabiendo de qué) y todo en pos de un consumo que solo ha sumado al proyecto político del alimentante, pero no construyó un país para el alimentado, un alimentado que pronto lo dejará de ser, por falta de recursos.
Y roguemos por la soja. “Santa sojita”, como decían algunos periodistas progres de la corpo, ayer socios y buenos, hoy enemigos y malos.
Roguemos por la soja, porque tenemos 5 millones de personas fuera del sistema alimentados a “soja-dólares”, a través de planes sociales y contratos estatales (públicos y/o subsidiados) un país con 20% de desocupación ocultada detrás de estos subsidios.
Así de mal estamos.
José Terenzio