Ácidos, irónicos, con un sentido del humor que no muchos logran asimilar y jugando permanentemente con la actualidad política, el sitio chaqueño Angaú Noticias, consiguió, gracias a sus insólitas notas, la relevancia nacional que muchos aún lo logran…. Y “sin publicidad oficial”, tal cual se jactan ellos mismos.
Tribuna de Periodistas —sitio que desde ya algún tiempo reproduce sus notas— entrevistó a Sergio Schneider, director de AN sobre periodismo, humor y qué pasa cuando la realidad argentina muchas veces supera toda ironía posible.
- ¿Cómo lidian con que a veces la realidad prevalece sobre el humor de Angaú?
El humor político siempre agradece contextos así, donde la realidad va por delante en la ruta del absurdo. El desafío, claro, es alcanzarla y crear algo que vaya un poco más allá. A veces se logra y a veces tenés que reconocer que no hay forma de hacer algo más delirante que lo que ya salió en los diarios.
- ¿Caso Jorge Capitanich y la araña pollito?
Como Angaú se hace en el Chaco, una provincia en la que se potencian los rasgos argentinos de subdesarrollo, la materia prima es más abundante. Quienes vieron lo que pasó con el partido entre Argentina y Brasil no necesitan mayores explicaciones, aunque acá en el día a día surgen cosas tanto o más “satirizables”.
- ¿Qué contexto político se presta mejor?
Cuando los radicales estaban en el gobierno, hacían actos para inaugurar canillas públicas en los asentamientos que rodean a Resistencia. Es decir, todo un circo para “celebrar” que ponían una canilla en medio de un rancherío para que cientos de familias pudieran, tras largas filas, llenar sus baldes con agua potable. Ahora el peronismo hace algo parecido cuando inaugura cajeros automáticos, o cuando entrega “tarjetas alimentarias” que supuestamente resuelven las necesidades nutricionales de 70.000 familias aunque cada plástico tiene un cupo mensual de consumo de 80 pesos. Cambian los personajes, la tomada de pelo institucional a la gilada es la misma.
- Reproduciendo sus creaciones para TDP notamos que mucha gente cree que lo que se asevera es cierto, ¿por qué creen que sucede eso?
Porque los argentinos sabemos que todo es posible, incluso lo más ridículo de imaginar. Entonces, un artículo en joda como los de Angaú, para el lector desprevenido, puede ser una noticia cierta. Pero ojo que también pasa lo opuesto: a veces se escucha una información real y el tipo que la recibe considera que es en broma, como cuando hace poco el Indec dijo que en el Chaco había desempleo cero y 5% de pobreza.
- ¿Reciben críticas en cuanto a la banalización de la noticia?
A veces sí.
- ¿De qué tipo?
Hay dos tipos de críticas. Una es la de quienes consideran que ciertos temas o personajes son “muy serios” como para tomarlos en solfa. Generalmente son personas que en realidad tienen mucha onda para reírse de los demás y sus ideas, pero cuando les tocan su propio mundo saltan hasta el techo.
- Algo similar ocurrió con una nota sobre Elisa Carrió…
Lo que pasó con la nota de Angaú que publicó Tribuna, donde nos reíamos de Elisa Carrió por haber dicho que el gobierno iba a buscar el voto adolescente ofreciendo drogas, fue muy interesante. A ustedes, por reproducirla, los trataron de traidores, vendidos, vulgares, etcétera, etcétera, etcétera. Y era muy loco, porque en la portada tenían un montón de informes críticos sobre el gobierno y sus figuras. Pero el tema era que se la tocaba a Carrió. De muchas maneras, tan sutiles como las del kirchnerismo, esos lectores promovían la censura del material. Los mismos que, seguramente, ante otras publicaciones humorísticas que hicieron blanco en Cristina y su banda, dijeron que ustedes y nosotros éramos geniales. Es decir, hay intolerancia para rato en el país.
Otra fuente de críticas se basa en la idea de que al abordar los temas desde el humor, se renuncia al análisis y –eventualmente- a la concienciación ciudadana. Puede ser, aunque tengo mis dudas.
Lo que pasa es que hay algunos planteos del poder y de los personajes públicos que son tan ridículos en sí mismos, que criticarlos desde “la seriedad” es casi legitimarlos. Y si el humor no es más efectivo, por lo menos es más terapéutico.
-¿Qué pasa cuando ya no se puede extraer más humor de la realidad?
Si Cristina sostiene que ella es de clase media, ¿qué podés decir? Si los radicales siguen afirmando que pueden ser una alternativa válida en 2015, ¿qué podés decir? Si Macri coquetea con Moyano, ¿qué podés decir? Si Capitanich viaja al Caribe con sus hijas en el avión oficial y dice que fue para hacerle un service a la máquina, ¿qué podés decir?
Creo que si bien la crítica clásica sirve, el humor es una vuelta de tuerca distinta. Es una forma de decir que, sí, se te cagan de risa, pero vos no te tragás el cuento de que esto es un país serio. La gran lección que en plena dictadura nos dejó esa maravilla que fue la revista Humor.
- En cuanto a la edición, ¿cómo eligen qué temas tocar?
Tiene que ver más con la inspiración que con la agenda del día, si bien a veces hay asuntos que son ineludibles. Pero mientras se puede, la prioridad es que salga algo divertido, y que quede algún pensamiento flotando. A veces se logra, a veces no. Lo importante es que el fútbol, el humor y el amor siempre dan revancha. En ese orden.
Eliana Toro
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