Si bien la Argentina disfruta de precios de exportaciones respecto al de importaciones mucho más favorables que en la década de los 90, el aumento del dólar paralelo ha vuelto a colocar al salario medido en dólares por debajo de aquella época.
Así lo demuestra un informe realizado por Idesa, que analizó datos de la OECD, que indican que en el año 2011 Alemania registró un salario promedio del orden de los U$S4.700 mensuales y en sostenido crecimiento, mientras que en los países más atrasados de África los salarios representan menos de un décimo de ese valor y con tendencia al estancamiento. La diferencia se explica por los altos niveles de competitividad de la economía alemana.
En la Argentina, por su parte, este mismo indicador muestra una evolución ambivalente. Según datos del Ministerio de Economía y el BLS de Estados Unidos, se observa que:
Entre los años 1994 – 2001 el salario promedio en dólares en Argentina fue de U$S1.290 a precios del 2012 que, con la crisis del 2002, se redujo a U$S402.
A partir del 2003, el salario promedio en dólares se recupera hasta llegar en el año 2011 a U$S1.345, es decir, un nivel similar al promedio de la década de los 90.
En el año 2012, con las prohibiciones al dólar oficial y la escapada del dólar paralelo, el salario promedio en dólares cae a U$S1.088.
Los datos muestran que recién en el año 2011 se recupera el nivel salarial registrado antes de la crisis del año 2002. Pero que con la escapada del dólar en el año 2012, el salario en dólares vuelve a caer y se ubica un 15% por debajo del promedio de la década de los 90.
“Particularmente llamativo es que esto se da en el marco de términos del intercambio externos que son un 37% superior a la década de los 90. Es decir, el país tiene mayor poder de compra gracias a que los precios de sus exportaciones subieron más que los precios de sus importaciones, sin embargo, la población argentina sufre una menor capacidad de compra internacional medida por el menor salario en dólares”, expresa el informe.
Según Idesa, la brecha se explica por la generalizada pérdida de competitividad. “Por un lado, el Estado cobra más impuestos pero no brinda más y mejores servicios públicos. Por otro, se multiplican las reglas que inducen a las empresas a dilapidar esfuerzos en actividades que no generan valor agregado, como la burocracia, las trabas, las prohibiciones y la litigiosidad”, indica.
El estudio también advierte que el aumento del dólar paralelo a $7,5 no solo es un problema para quien hace turismo en el extranjero, sino que lo es la incidencia del dólar paralelo sobre el precio de una enorme cantidad de bienes y servicios, algunos de primera necesidad.
Aquí el informe completo.