Mientras una multitud hace fila para despedir los restos del presidente venezolano Hugo Chávez, recientemente el gobierno de ese país se dispone a montar un verdadero culto a la personalidad del mandatario.
No solo se ordenó extender el velatorio durante siete días más para los interesados puedan mirar por última vez el cuerpo del mandatario, fallecido el martes por un cáncer, sino que, según anunció el sucesor político de Chávez, Nicolás Maduro, el bolivariano será embalsamado y expuesto en un museo a construir para que "el pueblo pueda verlo eternamente".
Sin embargo, en una entrevista realizada en marzo de 2009, Chávez se había manifestado totalmente en contra de la conocida exposición Cuerpos Revelados que se había llevado a cabo en Caracas en ese entonces, por lo que mandó a decomisar los cadáveres.
En ese momento, el bolivariano expresó que exhibir un cadáver era macabro, una señal de “descomposición moral” y algo irrespetuoso.
En uno de los textos escritos por Chávez, (Cuentos del Arañero-2012), el mandatario relata que cuando muriese quería ser enterrado en el patio de la casa de su abuela.
“Yo nací en la casa de esa vieja, de Rosa Inés Chávez. Era una casa de palma, de piso de tierra, pared de tierra, de alerones, de muchos pájaros que andaban volando por todas partes, unas palomas blancas. Era un patio de muchos árboles: de ciruelos, mandarina, mangos, de naranjos, de aguacate, toronjas, de semerucos, de rosales, de maizales. Ahí aprendí a sembrar maíz, a luchar contra las plagas que dañaban el maíz, a moler el maíz para hacer las cachapas”, cuenta uno de los párrafos describiendo la casa de su abuela.
“De ahí salía con mi carretilla llena de lechosa y de naranjas a venderlas en la barquillería. Así se llamaba la heladería, y me daban de ñapa una barquilla. Era mi premio y una locha para comprar qué sé yo qué cosas. Bueno, de ahí vengo. Cuando yo muera quiero que me lleven allá, a ese pueblo que es Sabaneta de Barinas, y me conformaré con una cosa muy sencilla, como la abuela Rosa Inés”, pedía no hace mucho.
Eliana Toro
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