El 2012 fue el año de la cadena nacional para la presidenta Cristina Fernández. Mientras más denuncias y críticas recibía por parte de la oposición acerca del uso indebido de ese recurso —limitado a “situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional”, según dice la propia ley de medios— más apelaba la mandataria a la intervención de las señales de radio y televisión para hacer anuncios, inaugurar obras o vapulear a algún opositor, incluso en el prime time.
El año pasado, las cadenas nacionales treparon a 22, casi dos por mes, y algo le dejaron claro a Cristina: estaban erosionando su imagen.
Una de las últimas intervenciones simultáneas de señal de 2012 fue a las 21 horas. Los ratings de los principales canales argentinos comenzaron a reflejar tales pérdidas de audiencia con respecto a similar horario de la semana pasada, que Disney Channel, sumó desde que comenzó a hablar Cristina guarismos inéditos con su filme "Toy Story 3", que oscilaba entre seis y siete puntos de rating, siendo la señal más vista de todo el país.
Este año, Cristina parece haber aprendido la lección. En lo que va del 2013, la Presidenta ha hecho uso de la cadena nacional en solo cuatro oportunidades, de las cuales las últimas dos no fueron en vivo.
El 10/1, la Jefa de Estado quiso desinflar en próximo 22F al anunciar un plan de "renovación total" de los vagones de los trenes de las líneas Sarmiento y Mitre. Para ello, ocupó 40 minutos de la primera cadena nacional del año 2013.
Una semana después, Cristina volvió a utilizar ese recurso con anuncios varios en lo que al parecer fue un lanzamiento de campaña electoral al mejor estilo CFK 2011.
El 7 de febrero a la noche, mientras en la ventana a las espaldas de la Presidenta aún había luz solar, una nueva cadena nacional comunicó el envío al Congreso del proyecto con el entendimiento bilateral con Irán por la causa AMIA. Se trataba de mensaje grabado desde su despacho de la Casa Rosada.
El 5 de abril pasado, Cristina volvió a utilizar esa técnica y se refirió por Cadena Nacional al feroz temporal que tres días atrás había sufrido la ciudad de La Plata y Buenos Aires.
Si bien se veía simplemente que lo grabado no era fiel a su estilo, la mandataria pareció comprender que por más que el enorme aparato mediático estatal a disposición de este tipo de anuncios sea todo un fracaso, la cadena nacional no hace más que desgastarla y enfrentarla cara a cara y en el living de su casa con una sociedad que cada vez se presta más a las protesta anti gobierno.
Según el prestigioso consultor de comunicación y asuntos públicos, Roberto Starke, la Presidenta estaría cometiendo un fatal error de comunicación al hablar cada vez con más frecuencia en actos oficiales.
“La cadena nacional es el eje comunicacional de Cristina y ha hecho uso de ella durante mucho tiempo, pero su abuso está empezando a mostrar algunos límites”, indicó Starke en una de las ediciones de La Hora de Maquiaveo.
“Le pudo haber funcionado en una primera época, pero la saturación de este recurso siempre tiene una contracorriente inevitable”, añadió; y agregó: “A la gente común no le interesa el uso poco constitucional que pueda tener la cadena nacional, lo que le puede llegar a molestar es la saturación que Cristina hace de su propio personaje y los errores de autoconfianza que comente”.
Quedará ver si el acercamiento de la campaña legislativa no hará caer a la Presidenta nuevamente en este cansador recurso.
María Luisa Torres