Este miércoles, en el marco del lanzamiento del Polo Audiovisual que la Presidenta decidió transmitir por cadena nacional, nuevamente se dejó en evidencia que, por más que Cristina Fernández insista en intervenir las señales de radio y TV públicas y privadas para sus anuncios, los espectadores prefieren cambiar el canal.
“Exactamente el día 12 de julio en este mismo ámbito anunciábamos este plan, en el que algunos —siempre digo la cadena del desánimo, del miedo y del no se puede— habían dicho…, bueno, no importa, por eso hacemos cadena nosotros, para decirles las cosas”, dijo ayer la mandataria en el Salón del Bicentenario de la Casa Rosada, confirmado así que, ante las decisiones editoriales de algunos medios de no transmitir todos los anuncios y actos de gobierno, decide utilizar el recurso de la cadena.
Esto no solo ratifica el bajísimo rating que poseen los medios K que sí emitirían cualquier acto oficial —en contraposición con una acaudalada pauta estatal— mientras que, por ejemplo, TN es el canal de cable más visto, solo seguido por Disney Channel; sino que subestima el poder de decisión de más de 600.000 personas que decidieron cambiar de canal cuando la programación se vio intervenida por la cadena nacional.
Según publicó Medios & Opinión con datos de InfoMedia24hs, a las 12:55, 14 minutos de haber comenzado la transmisión, 600.000 personas de la zona del Gran Buenos Aires decidieron cambiar el dial. A los 28 min de la cadena nacional, lo hicieron 1.430.000 personas. Es decir que, 7 de cada 10 personas que a los 28 min de la transmisión miraban un canal donde se emitía el acto de la Presidenta, decidieron ver otra cosa.
Hace más de un mes, a los 10 minutos de iniciada la conferencia, 500.000 personas optaron dejar de ver la programación interrumpida.
Según especialistas, el continuo uso de este recurso por parte de la Presidenta, está desgastando su figura.
José María González