Estimando un incremento aproximado de precios para el último mes de 2013 cercano al 4 %, puede decirse que la incidencia del mismo sobre los primeros días de este año puede superarlos, revelando una inflación interanual entre el 45 y 50 %, básicamente para Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
El dato surge a partir del aumento entre un 7 % y 10 % en el precio de los combustibles, pasajes de colectivo y avión del 66 % y 12 % respectivamente, y peajes a la costa atlántica del 35 %, constituyendo el mismo, la máxima inflación registrada desde enero de 1991.
El cálculo se sustenta además, en que aún restan computar a lo largo del año otras subas como las que siguen experimentando los alimentos, el pasaje del subte, las cuotas de las prepagas, los ajustes a los combustibles, el rubro automotor sobre reparaciones y seguros, el turismo en épocas clave de receso, los próximos acuerdos salariales y el efecto que tendrán sobre los precios los costos de producción e intercambio.
Asimismo, lo descripto se complementa con la aceleración de la devaluación de la moneda local y de qué forma este fenómeno afecta los precios internos de los alimentos y las importaciones.
¿Veremos entonces por fin la evidencia empírica de aquello que supo responder en su oportunidad el inefable vicepresidente de
Nidia Osimani
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