Buen día, nos toca un hermoso sábado que ayuda a que pueda dedicarme a hacer mi trabajo con más alegría.
Me han llegado varias cartas esta semana, pero hay una que quiero destacar, que fue escrita por Marcos Castillo, quien se queja del artículo titulado “Un hospital de mala muerte”. Allí se hace una dura crítica al nosocomio ubicado en Av. Córdoba 2351 de la Ciudad de Buenos Aires.
“La nota es muy pobre, no tiene contexto, no se habla de la rica historia del hospital. Aparte hacen falta más precisiones, no se entiende a quién va dirigida la crítica. Tampoco se explica de quién depende este hospital, si es nacional, municipal o provincial. Ni hablar de las fotos, que son horribles. Mi crítica intenta ser constructiva, porque sigo destacando a Tribuna como un portal independiente a la hora de informar”, dice el lector en su misiva.
Antes que nada, agradezco las palabras de Marcos. Luego, le hago saber que he leído detenidamente la nota en cuestión y he concluido con que tiene toda la razón del mundo.
Consultado el Manual de Estilo del sitio, en el punto 1.9 del apartado “Principios éticos”, me he encontrado con un pasaje interesante: “Las noticias que publica Tribuna de Periodistas son formadoras de opinión, por medio de informaciones y hechos comprobados que presentan. Pero son también espacios informativos que nos obligan a una permanente autoevaluación sobre la manera en la que cumplimos con nuestra función social y sobre los correctivos que tenemos que aplicar —siempre que sea necesario— para hacerlo de la mejor forma posible”. En el caso que nos convoca, tal vez esto no haya ocurrido.
A su vez, en el apartado 2.1 del mismo manual, referido a los “tópicos periodísticos”, se asegura que “el periodista nunca debe olvidar que trabaja para el lector, destinatario final de la información, porque ello le señala la responsabilidad que asume de ser depositario del derecho que tiene todo ciudadano a ser informado veraz y oportunamente”.
Una vez más, espero haber sido útil a las inquietudes del lector Castillo e invito a quienes quieran dejar sus quejas a escribirme a ombudsman@periodicotribuna.com.ar.
Ese Hospital pertenece a la UBA, no se si sabran que en el fin del siglo XVII o principios del XVIII se hizo un transplante de pulmon,hay un video grabado de ello,cuando fue el atentado a la AMIA fue donde se llevaron la mayor cantidad de victas y ese hospital respondio con exelente servicio,se que esta muy deterirado,tambien se que gracias al sindicalismo y a los centros de estudiantes se lo deterioro con carteles pintadas en nombre de la democracia,es un hospital de exelencia y brinda exelentes servicios,es facil hablar de afuera cuando no se estuvo adentro,Cuando surgio la democracia un responsable paso una noche por ahi y en la guardia no habia nadie esa persona debio renunciar por que quiso sancionar a los integrantes de esa guardia los grmialistas y algunos de esa izquierda se le fueron encima por que la guardia en su conjunto se habia ido a comer sin dejar a nadie en ella.Investiguen y veran que no es como se ve ni como lo pintan hay gente que cumple ( son mayoria ) con sus obligaciones.Aclaro no trabajo alli dado que jamas fui empleado del estado ni de la UBA pero soy un ciudadano que concurrio algunas veces y vi mal personal ( los menos ) y los otros con una dedicacion exelente.Mientras los sindicatos y la politica ajena al hospital Gral. San Martin sigan pesando no veo salida,Cuando se enteraron de que construirian uno nuevo sin saber ni conocer el proyecto los partidos de izquierda que manejan a los gremialistas se opusieron,creo que nadie programaria un aborto si antes no se embaraza la mujer.Mientra haya sindicatos y partidos politicos retrogrados que manejan alguna caja ese hospital seguira en cuasi ruinas.
En infobae hay una buena nota de 2013. Sólo faltó decir que, además de proyectar el hospital y la facultad de medicina, el Dr. José Arce donó los terrenos para su construcción. Qué cosa, gente de guita. Un estanciero de Lobería, poniendo sus bienes a favor de "la sociedad". Nada que el peronismo quisiera recordar. Ahora la Facultad de Medicina de la UBA está siendo usada en un 70% por estudiantes de países vecinos que aprovechan la gratuidad sin ningún atisbo de reciprocidad ni de ellos ni de sus países. Eso también forma parte de la realidad actual y es imprescindible mencionarlo.
Y... el hijo del patrón.
Nada que ver, era al revés. En esos años no te recibías de médico por se el hijo del patrón. A los seis años los internaban en un Colegio y no paraban hasta terminar la facultad. Era el único sistema, el que siguieron Favaloro y muchos otros. Eran muchos hermanos, el que se quedó haciendo del hijo del patrón fue diputado peronista.