Néstor Segovia y su cómplice, Roberto Pianelli, formalmente, son metrodelegados. Pero en realidad son soldados al servicio de Cristina y su desesperación para voltear al gobierno de Macri y evitar ir a la cárcel junto a sus hijos y varios de sus testaferros y socios de la mega corrupción de estado.
Tienen una virtud: no lo ocultan. Ellos no representan los intereses de los trabajadores del subte. Representan las necesidades de Cristina y actúan en consecuencia. La idea es generar el mayor caos posible y potenciar el mal humor de más de 1.300.000 laburantes que todos los días utilizan el subte para ir y volver de trabajar. Segovia y Pianelli no tienen empacho ni vergüenza en perjudicar a tanta gente con tal de hacer buena letra con su jefa: la exitosa abogada que nunca ganó un juicio y lo perdió varias veces.
Pianelli participó varias veces de las reuniones con Cristina en el Instituto Patria. Hay muchas fotos que lo confirman. Y Segovia es un militante al servicio de dos de la personas más violentas, autoritarias y desprestigiadas de la vida política: El flamante ex detenido Luis D’Elia y el todavía preso Fernando Esteche. Son sectores ultra minoritarios que se creen la vanguardia revolucionaria. Pero la gente los desprecia y lo demuestra en cada elección. La última vez que D’ Elía se presentó a comicios su boleta fue elegida solamente por 14 mil personas. ¿Se da cuenta? Después hablan en nombre del pueblo, y el pueblo los ignora. 14 mil personas es casi 7 veces menos que un punto de rating. 14 mil personas tiene cualquier ciudadano como seguidores en su Twitter o en su Facebook.
Pero ellos insisten con su discurso chavista y en poner palos en la rueda de este gobierno y de las instituciones democráticas. Yo desafío públicamente a Néstor Segovia, el guarda espaldas de Esteche, a que diga en qué país del mundo no es delito bajar a las vías del subterráneo e impedir la circulación del transporte público como él lo hizo. Ese es en un delito federal grave y hay que hacerlo cesar de inmediato. Ni en las naciones más capitalistas ni en las más comunistas se puede cortar una vía de un tren o un subte o una ruta. Ni en Estados Unidos ni en Cuba. Ni en Inglaterra ni en Venezuela. En Rusia o en China te dan cadena perpetua.
Repito algo para que nadie tenga dudas: no estoy en contra de las protestas ni de los paros. Creo que es el pulmón por donde respiran la democracia y el derecho a huelga está en nuestra Constitución. Pero si estoy en contra de los que cometen delitos y violan la ley y disfrazan esa actitud mafiosa de queja sindical. Esta sociedad, como cualquier otra del planeta, no soporta más cortes ni encapuchados ni palos ni bombas molotov. El estado que nos debe representar y cuidar a todos debe actuar con todo el peso de la ley y sin violar esa ley. La justicia tiene que castigar como corresponde a estos muchachos que se creen los dueños de la Argentina y que hacen lo que quieren y cuando quieren. Ahí está prófugo de la justicia el Gordo Mortero, un criminal en potencia, que disparaba sus proyectiles caseros contra la policía.
Lo extraño no es que hayan metido preso a Segovia por cortar las vías e impedir que circulen las formaciones del subte. Eso es lo lógico en cualquier lugar del mundo. Lo extraño es que haya salido en libertad tan rápido. El audio que ayer trascendió mostró con toda contundencia el grosero intento de inventar una situación represiva feroz que no existió. “Poné en Twitter que nos están tirando gases lacrimógenos”, se le escucha decir a Segovia sin saber que muchos los estaban viendo en vivo y en directo por las redes de su propio teléfono celular. Todo el tiempo quieren victimizarse y colocar a las fuerzas policiales como criminales. La propia Hebe de Bonafini fue a visitar a Segovia y dijo que estaba golpeado en la cara, cosa que era una mentira gigante. Todo lo contrario, como Segovia tuvo un pico de presión, de inmediato lo llevaron al hospital Argerich para que lo atendieran. Son intentos de volver a lo peor de los 70. A dividir la sociedad entre presuntos heroicos guerrilleros y brutales genocidas. El más patético y vergonzoso fue el caso Maldonado. Testimonios falsos, una operación gigantesca con mentiras brutales para intentar convertirlo en un desaparecido. “El primer desaparecido de Macri” escribió Horacio Verbtisky, el espía de Cristina en las sombras. Ya todos saben que Maldonado se ahogó en el río y hubo abandono de persona por parte de sus compañeros mapuches.
Segovia y sus cómplices son muy poco representativos. Les cuesta hacer un paro porque los trabajadores no acatan la medida. Por eso tienen que patotear a sus propios compañeros, cortar las vías, sabotear los trenes o levantar los molinetes en otro claro delito contra la propiedad privada. Se creen que se puede construir una sociedad más igualitaria haciendo fundir a las empresas o mirando para otro lado con los gravísimos casos de corrupción de Cristina, su jefa política y sus testaferros.
Estos muchachos del subte, violan además la ley y las órdenes de la Corte Suprema de Justicia. Carlos Tomada, unas horas antes de volver al llano les firmó la personería jurídica para dejarle un problema más al nuevo gobierno pero la Corte Suprema de Justicia puso las cosas en su lugar y determinó que los únicos que pueden negociar paritarias son los integrantes del gremio UTA, la Unión Tranviarios Automotor que conduce Roberto Fernández.
Es tragicómico que el abogado de los metrodelegados sea Aníbal Ibarra, un político que se fue al descenso de la credibilidad, que también es letrado de Cristina y que tuvo que abandonar el gobierno por su responsabilidad en la tragedia de Cromagnón.
Los ciudadanos tienen que saber que estos muchachos patoteros toman medidas contra los ciudadanos y que se hacen las víctimas luego de atacar a pedradas a la propia policía que quería restablecer el servicio de subte. No pueden tomar de rehenes a los pasajeros.
Hay una gigantesca lupa que poner sobre este conflicto salvaje y sobre otros que se vienen en los próximos días. Hay algunos que son protestas genuinas, pacíficas y democráticas. Pero hay otras como las de Segovia, Pianelli y compañía que tienen una intencionalidad política de evitar que Cristina vaya presa y que Macri termine su gobierno.
Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los dirigentes sindicales merecen todo el respeto del mundo. Pero los delincuentes que defienden delincuentes merecen el repudio de toda la sociedad. Y eso es lo que está pasando.
¡Basta de seguir promoviendo a la "fama" a estos mediocres dirigentes de poca monta! Su "lucha" es lo que va a terminar de reemplazar a sus TRABAJADORES POR COOPERATIVAS DE TRABAJADORES, sujetas a CLAUSULAS CONTRACTUALES y como diría el màximo referente de La Cámpora, "¡SANSEACABO!". Hasta los de la UTA los van a echar a patadas por intentar "contaminar" al gremio con sus posturas troskas.
Lo que NO ENTIENDO, es como estos personajes de historieta terminan acudiendo a cuanto programa de TV existe y NO ESTAN DONDE DEBERIAN ESTAR " en cana "
ESTE CERDO ZURDO GORDO DELINCUENTE Y ANALFABETO INTEGRANTE DE LA HORDA de la yegua kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk, peruca y zurda AUN EN LIBERTAD HASTA CUANDO, QUE DERECHO TIENE DE JODERLE LA VIDA A TODOS LOS CIUDADANOS QUE USAN EL SUBTE. QUE ESPERA SEÑOR PRESIDENTE PARA PONERSE LAS PILAS Y TERMINAR CON TODO ESTE TIPO DE QUILOMBOS.