Entretanto avanza con su proyecto de reforma judicial y atiende el frente externo con el anuncio del acuerdo con los acreedores, el kirchnerismo “cesanteó” a unos quince funcionarios y empleados de la Unidad de Información Financiera (UIF), responsables de investigar maniobras de lavado de dinero por parte de ex funcionarios kirchneristas.
Al igual que ocurrió en la AFIP y en la Oficina Anticorrupción, el kirchnerismo avanza en una suerte de “caza de brujas” en el organismo que dirige el abogado Carlos Cruz.
Fuentes vinculadas con la anterior gestión denunciaron –siempre en off- que el apartamiento de los 15 funcionarios y empleados se concretó en el último mes.
De acuerdo con esos testimonios, primero fueron desplazados de sus cargos el director de Análisis, Lucas Reboursin, el coordinador de Colaboraciones Internacionales, Lucas Pandolfo, y el jefe de Prensa y Comunicación, Rafael Manzanares.
Luego, fueron removidos tres abogados del Departamento de Litigios Penales, dos miembros del área de Internacionales y un experto del área de Análisis, entre otros trabajadores de la Administración y del área de Supervisión. Según pudo determinar Tribuna de Periodistas, todos tuvieron algún grado de participación en expedientes por corrupción contra figuras del kirchnerismo.
No obstante, fuentes de la actual conducción de la UIF atribuyeron estos desplazamientos a “modificaciones en la organización de la Unidad”.
La “limpieza”, sin embargo, se encuadraría en el marco de las tensiones internas de la fuerza gobernante: el ala dura kirchnerista le estaría “pasando factura” a funcionarios de la UIF que fueron clave en expedientes contra Cristina y Máximo Kirchner y contra el empresario Cristóbal López.