La ley de medios se llamó pomposamente "de servicios audiovisuales". Y no es por casualidad que todo tipo de comunicación audiovisual quedó legislado por esta ley. Mayoritariamente se pensó que estaban hablando únicamente de TV y Radios, y pocos o ninguno de los legisladores advirtieron que comprendía también a Internet y sus contenidos.
El artículo 1º reza: "Quedan comprendidas en las disposiciones de esta ley todas las emisiones que tengan su origen en el territorio nacional, así como las generadas en el exterior cuando sean retransmitidas o distribuidas en él."
Cualquier sitio web puede ser considerado como un "servicio audiovisual" y, entonces, estar sujeto a las regulaciones estatales en cuanto a su contenido, o ser considerado incluso "programación extranjera" si está alojado en un servidor del exterior y conducido a usuarios argentinos mediante nodos de diferente ubicación geográfica.
En el apartado 9 leemos: "Alentar a los medios de comunicación —prensa y radio, así como a los nuevos medios— a que sigan desempeñando un importante papel en la sociedad de la información."
"Así como a los nuevos medios......" (léase Internet antes incluso que TV Digital)
Internet es considerado uno de esos "nuevos medios" y la desaparición de Fibertel establece un virtual monopolio bicéfalo entre las compañías de telefonía, Telefónica de Argentina y Telecom.
Que quede claro que dejar en manos estatales el control de todas las conexiones a Internet implica riesgos superiores a los que el propio Bush intentó introducir en USA luego de la caída de las torres en septiembre de 2001, para controlar oficialmente las comunicaciones de todas las personas.
A partir de estos presupuestos, las más caprichosas interpretaciones podrían ser realizadas por las autoridades oficiales acerca de la transmisión de datos como para tener marco legal para censurar o bajar cualquier sitio considerado inconveniente, máxime cuando los logs de conexionado estarán a partir de ahora en poder de ellos (como partícipes reguladores de Telefónica y Telecom), y muchos sitios incluso alojados en servidores ahora controlados por el estado, con esta probable desaparición de Fibertel.
En resumen: Lo que hoy están haciendo desde la ilegalidad del hackeo (casos volteo del los sitios de Tribuna de periodistas, Seprin, manipulación de encuestas del diario La Nación, etc) ahora podría ser hecho de manera legal.
El usuario promedio no conoce las alternativas de enmascaramiento de identidad y conexionado indirecto por medio de proxies ni VPN y se puede ver compelido a recibir y transmitir únicamente lo que el Estado le permita.
Asimismo, la manipulación de los servidores DNS podría permitirles direccionar los resultados de las búsquedas en Google y otros buscadores para que la propaganda oficial y las páginas que les interesa que leas aparezcan siempre entre los primeros resultados, filtrando las "inconvenientes".
Si Internet era acaso el último bastión de auténtica libertad de expresión que quedaba en la Argentina, este ataque a Fibertel es la punta de un iceberg que va por el control de la libertad en la Internet, y hay que decirlo.
Fabián Ferrante
fabianferrante@hotmail.com