Estoy harto de estar harto, no puedo a mi avanzada edad, comprender a los seres humanos, mis conciudadanos.
Gracias a la indulgencia de los editores de Tribuna, pude expresarme en varias oportunidades, una ocasión en ésta y otra en ésta.
En dichas ocasiones, hacía referencia a todos los problemas irresueltos que tenemos en nuestro país, pero que son soslayados por nuestros dirigentes políticos, los que detentan el poder y los que quieren apropiarlo.
También en “qué nos pasa a los argentinos”…, donde intentaba comprender y llamar a la sociedad a participar en la formación de nuestro futuro, mejor dicho, del futuro de nuestros jóvenes.
Sin embargo, a pesar de las opiniones recogidas en los comentarios de los lectores, no pude lograr una acción colectiva de participación para el cambio.
Mientras tanto la única candidata que hoy sabe que tiene ganada la elección, miente al decir “no estoy muerta por volver a ser Presidenta, ya di todo lo que tenía que dar”, esperando por supuesto “que el clamor popular la imbuya y persuada de la “necesidad”, de que sea ella y solo ella, sea la única que está en condiciones de conducirnos y llevarnos al edén.
Qué quiero decir con todo esto, que considero que somos y tenemos, lo único que merecemos y podemos lograr.
Dónde están los que se llaman grandes dirigentes, grandes partidos políticos o grandes plataformas que les dan sustento. No escuché a nadie que dijera lo que va a hacer, cómo lo va a hacer, con qué lo van a hacer o con quiénes lo van a hacer.
También resulta imposible dar soluciones, ya que cuando no son producto de los “elegidos”, no dan crédito alguno.
Y entonces, “¿estaremos condenados a esto?”, Como dice Jorge Lanata, “es lo que hay”. Y yo sigo diciendo en mi inocente y no maduro intelecto: “No te quejes de lo que pasa, si lo dejas pasar”
Walter A. Gazza