Hoy, la mayoría de los matutinos porteños se diferencia en la edición del respaldo del juez federal Manuel Blanco a las denuncias formuladas por dirigentes opositores sobre irregularidades en el escrutinio provisorio de las elecciones primarias en territorio bonaerense.
Según puede verse en DsD, Clarín y La Nación editan como noticia principal el revés del magistrado para el ministro Florencio Randazzo, quien había minimizado las acusaciones opositoras; si bien Ámbito y El Cronista destacan en sus coberturas electorales el asunto, apenas mencionado en un recuadro por Página/12.
Clarín inicia en la página 6 su cintillo “Elecciones 2011” con el título “Provincia: para el juez, nunca hubo tantos errores en un escrutinio”. Al respecto, Fabián Debesa indica que con “su afirmación categórica Blanco respondió al ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien hace dos días había dicho que las denuncias por presunto fraude, plateadas por la oposición son ‘una chantada’. ‘no tienen fundamento y son poco serias’.” (sic). Además, el diario remarca que “La oposición reclamó a la Justicia garantías para octubre”, en alusión al pedido formulado ayer por sólo cuatro diputados opositores, y añade que el candidato Alberto Rodríguez Saá “fue a ver a Randazzo y pidió ‘boleta única ya’”.
“Para la Justicia, hubo errores muy grandes en el escrutinio”, así encabeza en la primera plana La Nación su nota principal, firmada por Jesús Cornejo, que considera que Blanco “lanzó serias advertencias que empañan la transparencia del recuento de votos sólo 24 horas después de que (…) Randazzo minimizara las denuncias de varios sectores de la oposición”. El diario subraya que “El Gobierno espera los resultados sin polemizar”, habla de “Las picardías que esconde una elección”, como el “Robo de votos y cambio de boletas”, y anuncia que “La oposición exige la boleta única”. Además, La Nación publica una columna de Claudio Jacquelín titulada “Ataques a la democracia real”, y una de Delia Ferreira Rubio, bajo el rótulo “Cambiar la información es delito y no picardía”.
Bajo el título “Denuncian a los presidentes de mesa que firmaron telegramas irregulares”, El Cronista agrega, a través de Victoria Urdinez, que el juez Blanco “recibió reclamos y desmintió al ministro Randazzo” al advertir que “en el escrutinio provisorio hubo errores ‘importantes’”. En tanto, Ambito subraya que “Juez admitió irregularidades en elección”, y recuerda que Blanco fue “el más efusivo al objetar, antes de la votación, el sistema de primarias. Ayer ratificó esa postura y alimentó el relato opositor que agita la versión de un ‘fraude sistemático’ el 14 de agosto, mediante la adulteración de los telegramas del escrutinio”.
Por supuesto, y a diferencia de todos sus colegas, Página publica un recuadrito titulado “El escrutinio, según el juez”. No obstante, presenta un extenso informe acerca de la boleta única: Raúl Kollmann advierte sobre las “Dificultades de un cambio”, y edita una columna del diputado Agustín Rossi, quien cuestiona con énfasis la aplicación del sistema de boleta única, y una del senador Samuel Cabanchik.
Hay que destacar que Tribuna, por su parte, y en completa soledad, trató el tema el lunes siguiente a las elecciones primarias del 14 de agosto pasado, preguntándose si “¿Hubo fraude en las elecciones primarias del domingo?”. Allí se publicaron siete casos que levantaban sospecha de acuerdo a testimonios y hechos que tomaron relevancia nacional.
Este periódico ha acumulado cientos de denuncias por irregularidades por parte de los lectores, los cuales nos han hecho llegar sus casos a través de diferentes medios y los cuales han sido publicados en los diferentes artículos relacionados al asunto; nunca sin antes preguntarnos por qué este escándalo no redundaba en los grandes medios periodísticos, siendo nosotros el único medio que mostró los telegramas irregulares, lo que ocasionó un pico récord de lecturas.
Por supuesto, los ataques estuvieron a la orden de día, desde que habíamos falseado los telegramas, hasta que no asumíamos el arrasador 50% de Cristina Kirchner —obviamente siempre acompañados por la clásica y famosa frase que Diego Maradona utilizó para insultar a un periodista deportivo, y que al parecer se ha transformado en el nuevo slogan de los militantes K—, sin entender que las tremendas irregularidades no se publicaron porque no se aceptaba el triunfo de la presidenta, sino porque el fraude electoral es noticia en este país, y en todas partes del mundo.
La parsimonia que tuvieron los grandes medios para hacerse el eco de este asunto, es un tema que solo le compete a ellos.
Será el momento ahora de avanzar en una investigación y de que el oficialismo suministre respuestas concretas.
Redacción de Tribuna de Periodistas