Este domingo, algunos diarios del interior y de
Las cuatro o cinco más destacadas son las que forman y formarán el rosario de hechos imaginarios que se afianzan en el inconsciente colectivo de los relatados, adherentes, o simples votantes. “Profundizar el modelo” es una de ellas. Otra es el afianzamiento del ideario de Néstor Kirchner, bautizado ya oficialmente en el juramento de Abal Medina (hijo y sobrino) como “Él”, cuando éste, exultante, juró por “Néstor” y ella le retruco, que “Dios,
Pero luego del Perogrullo de cabotaje, la épica mentida tras una falsa filosofía, siempre mal aprendida por de pronto, hay algo que llama la atención, y es el titular de varios medios oficialistas del interior que publicaron “No soy la presidenta de las corporaciones”.
¿Es o no es la “presidenta de las corporaciones”? Solo basta ver la estructura de poder y la organización económica que sostiene al régimen, al que en otra ocasión quien escribe estas líneas bautizó en este medio como “la tercera década infame”.
El Gobierno de las corporaciones
En la estructura tradicional del pensamiento económico existieron, casi siempre, dos esquemas, uno tendiente al liberalismo de mercado y otro tendiente al intervensionismo del Estado (estructuralismo); descartando analizar al marxismo leninismo por inadecuado a nuestra cultura,y fracasado en el mundo, salvo que alguien crea posible una Argentina antropofágica como en Corea del Norte, o la hecatombe de Cuba.
Entendimos siempre que, los instrumentos no hacen a la voluntad final de las acciones. Así, puede haber instrumentos liberales buenos y otros pésimos. Lo mismo le ocurre al intervencionismo keynesiano. Creemos, en definitiva, que tanto lo político como las coyunturas sociales, como de mercados (interno/externo) juegan muchas veces la suerte de los gobiernos, los que nunca podrán valorarse o desvalorarse sin interpretar los paradigmas y épocas que les tocaron vivir y los pueblos que los sustentaron o repudiaron.
En concreto, no se pueden desestructurar los proyectos y las personas de las épocas que les tocan, y muchas veces, estos juegan la suerte. De ahí que se resalta la catadura ético-moral, el marco de desición estará signado por la suerte, la formación, el equipo, la cultura y su pueblo, las relaciones internacionales y muchas otras variables; pero en especial la catadura ético moral, la finalidad de quiénes y qué intención tienen esos quiénes, de ahí que se relativiza tanto las ideologías como los discursos, y se prioriza la nación Argentina, su soberanía, la moralidad de sus líderes, más allá si le toco a cada uno una época de vacas gordas o flacas, porque puede ser más patriota en la pobreza que en la riqueza… o es más fácil en lo segundo, con lo cual se enaltece al que la apechuga en la difícil.
Patria, Nación y pueblo, en concreto, están por encima de las coyunturas, y en estos 28 años de vuelta de la democracia no se lograron conseguir patriotas que digan la verdad que nos duela, y que lograr superar la frustración del engañado. Nos vienen engañando tupido y parejo.
Por qué Cristina es la presidenta de las corporaciones, y no de la nación y el pueblo argentino
Muy en serio, el pensamiento lateral del kirchnerismo continuará falseando la verdad. Es indefectible. No puede haber kirchnerismo sin enfrentamiento, mentira e ideología por delante de los valores nacionales, con lo cual, no puede hacerse ningún análisis sin tener esto en claro de entrada, “laclaudianamente”.
Continuará construyendo la presidenta un relato que no se compadece con la verdad, verdad que aborrece. Hablará ella de un 8,2% de pobreza, pero hay 90 villas nuevas sobre el suelo de nuestra patria. Un caso particular es el de la villa de Retiro (villas 31 y 31 bis) ya se asomaron a
El gobierno de Cristina continuará hablando de índices bien dibujados por Guillermo Moreno, quien desde el lunes 12 de diciembre manejará también el comercio exterior, y es que el relato no se construye bien, si se les escapan los dólares, hoy, limitados en su venta. Hablará de índices, pero no logrará tapar la verdad de un 40% de pobreza e indigencia, disimulada en parte por los subsidios que se vienen acabando.
Pero, lo que nunca podrá el relato, hoy “cristinista”, ni aún con los 70 mil millones de subsidios, o los 2 millones de voluntades compradas con contratos del empleo público, o los otros 2 millones de jubilaciones regaladas a personas que nunca aportaron un centavo, es que su gobierno (tanto el actual, el títere que ejerció desde el 10/12/07 hasta la muerte de Néstor, en octubre de 2010, y la “nada pesada herencia” también recibida) es la herencia de un mando a favor de las corporaciones, de otras de las cuales la historia recién nos está empezando a hablar.
El gobierno de las corporaciones de los Kirchner no es con olor a bosta, sino, con olor a arsénico, con olor a muerte por el glifosato.
El gobierno de las corporaciones de Cristina se basará en un piloto automático consistente en atesorar la mayor parte de las retenciones, en especial de la soja y de los combustibles, combustibles y energía que los “oligarcas” de la clase media deberán pagar a precios internacionales, y no “precios relatados”.
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno que era de “él”, de Grobocopatel, de los grandes pooles de siembra, esos que iban a Olivos sin entrevista previa… Es
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno que permitirá, a Monsanto —la empresa que desarrolla la semilla del famoso “yuyito”— captar el 5%, bruto, de todo sembradío que “sus datos” indiquen que son soja de la denominada marca “RR”, originalmente de su producción genética.
La empresa americana Monsanto está lejos de ser una compañía nacional. Al parecer el “Fútbol para Todos” es más nacional y popular, más “nacionalizable” que el 5% bruto de toda una cosecha anual. Pero bueno, amigos son los amigos, y Monsanto es un gran “amigo del gobierno”, como lo supo de exponer en su momento.
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno de las corporaciones cartelizadas —antes conocido como “patria contratista”— que succionan los recursos públicos de las obras públicas que se encaran desde la óptica de la corrupción, con la lógica de la “cometa”, y no con la priorización de los intereses de defensa, salud, educación industrialización y desarrollo (que no hay, solo hay crecimiento con inflación).
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno que se amiga con
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno de las transas con las grandes constructoras, nacionales y locales, pero nunca re estatizó o creó un nuevo Banco Hipotecario para que la clase trabajadora pueda acceder a la vivienda de manera digna. Es un gobierno amigo de Cirigliano (Fatap) de Jaime y de las corporaciones de Camioneros, de la privatizada y pésima TBA (Trenes de Buenos Aires), pero no del tren que nos trasportaría a todos… si funcionara.
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno de los Bancos, así condicionó la política bancaria, al crear cajas de crédito (la gran pasión de usurero de “él”) y no orientó, ni fomentó el ahorro genuino, al punto que las Pymes se fondean con sobreprecios que, en un mercado cerrado, obtienen del público consumidor que no puede acceder a productos externos, sobre los cuales están parados Moreno y Echegaray.
El gobierno de las corporaciones de Cristina es el gobierno que no se propuso, en 4 u 8 años, rescatar la República, sino generar un modelo de poder (no de país) con aliados externos e internos. En lo interno cooptando a todos los dirigentes que pudieran representar poder en cada uno de los 24 distritos, su “modelo” es la hegemonía, la perpetuidad de una corporación, la más nefasta si no se la controla, que es la corporación política; y de ese modo, colocarla comprada por debajo del otrora matrimonio imperial, hoy cristinismo visceral y ultra, en donde “ella” está situada en la misma posición que el Estado mismo.
Hemos retrocedido de una defectuosa República con intención democrática, a una republiqueta bananera como
Así, en definitiva Cristina es la continuadora de la función que el PJ (o pejotismo) ha asumido desde 1989, época del primer gran quebranto argentino, que es ser la fuerza política hegemónica que garantice al establishment la situación de estabilidad para “sus” negocios.
Para los operadores chinos, americanos, indúes, europeos, brasileños, el “PJ” es el establishment local, el enlace, el gerenciador de los negocios, la garantía del negocio seguro y la repatriación fácil de capitales aún de dudoso origen, con altas tasas de retornos en dólares (se le autoriza el “retorno” hasta a las concesionarias de obra pública, como en una colonia del siglo XIX) y mentidas reinvenciones que hoy se “relatan” una nueva frustración para el mañana, que, por supuesto, el poder volverá a desmentir.
En definitiva, hoy Cristina y el PJ resulta el gobierno que las corporaciones, en principio, necesitan. Cristina es el gobierno que garantiza el neocolonialismo, que se entienda: uno nuevo, a la medida del mundo versión siglo XXI).
Todo el resto del conjunto de intereses locales, deberán forman elegante fil, en orden a las tradicionales normas de la política y el mercado conocidas, o sea, quien la tiene más larga.
No es poca cosa. Así estamos.
José Terenzio