Las incógnitas por la muerte del subsecretario de Comercio Exterior, Iván Heyn, recrudecieron a lo largo del miércoles y el misterio comenzó a imponerse en torno a un deceso que parece estar bien lejos del aparente suicidio, como quisieron imponer fuentes gubernamentales en un primer momento.
Tribuna de Periodistas fue uno de los primeros medios de prensa en cuestionar la trama oficial a través de una serie de interrogantes que nadie aún ha sabido responder (vincular con la nota mia del miercoles).
Hay que recordar que el funcionario fue hallado desnudo, con un cinturón alrededor de su cuello, pero sin signos de violencia, según determinó la autopsia realizada en Uruguay, que estableció que su deceso se produjo por "ahorcamiento".
Sin embargo, en las últimas horas investigadores uruguayos empezaron a dejar trascender que la muerte de Heyn podría haberse tratado de un "accidente" ocurrido en medio de un "juego sexual", tal cual anticipó este medio.
Según publica agencia Noticias Argentinas, esta hipótesis se suma a la ya referida teoría del "suicidio" que circuló con fuerza el martes, apenas se conoció la noticia de que el funcionario había perdido la vida.
Uno de los medios que impuso sus propias dudas fue el diario uruguayo El Observador, el cual, citando fuentes judiciales, consignó que el deceso de Heyn se habría producido por "asfixia derivada de una hipoxifilia, una práctica sexual que consiste en impedir la respiración de la pareja o la propia para obtener placer sexual".
Esta posibilidad, agregó el periódico en su sitio web oficial, se sumó a la hipótesis del suicidio debido "al análisis de los fluidos corporales que se le tomaron tras encontrarlo muerto", sin ropas y ahorcado en la habitación 1062. De todos modos, para cerrar el caso, el magistrado aguarda el resultado de los exámenes toxicológicos y de los fluidos hallados en el lugar.
Mientras tanto, en Buenos Aires, los restos del funcionario, un joven que optó por quedarse en Argentina cuando su familia se marchó del país tras la crisis de 2001, fueron velados en una cochería del barrio de Belgrano, en medio de lógicas muestras de sorpresa y dolor.
La trama oficial ya no admite más ocultamiento. Solo resta que los funcionarios argentinos reconozcan lo ocurrido y expliquen por qué se escondió la verdad detrás de una trama de martirización "trucha" que duró menos de lo que canta un gallo.
Carlos Forte
Twitter: @fortecarlos