Con la confirmación de su cáncer tiroideo, la presidenta Cristina Kirchner se sumó a una nutrida lista de líderes de la región a los que les fueron diagnosticadas otras variantes de la enfermedad en los últimos años.
El caso más reciente es el del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le fue detectado un cáncer en la laringe el 29 de octubre pasado y recibió el alta el 13 de este mes, luego de someterse a la última de las tres sesiones de quimioterapia recomendadas por los especialistas.
Según el equipo responsable de su tratamiento, el tumor de tres centímetros encontrado en la laringe del ex mandatario disminuyó en un 75 por ciento, y tenderá a desaparecer totalmente tras las seis a siete semanas de radioterapia diaria —combinada con quimioterapia— que se realizará Lula a partir de enero.
Pero, además, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, es una ex convaleciente de un cáncer linfático que se le detectó en 2009, aunque los médicos la consideran completamente curada, mientras que el ex vicepresidente de Lula, José Alencar, murió en marzo pasado afectado por un agresivo proceso canceroso abdominal.
Uno de los casos que más conmocionó a la región fue el del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien el 30 de junio pasado anunció desde Cuba que 10 días antes le habían extraído un tumor canceroso en la zona pélvica.
Tras cuatro sesiones de quimioterapia, tres en La Habana y una en Caracas, por las cuales perdió el pelo al igual que Lula, regresó a su país y aseguró que ya no había "células malignas" en su cuerpo.
"En estos cuatro meses transcurridos podemos decir que ha concluido una etapa vital en el tratamiento de la enfermedad que me sorprendió. Fue una estrategia combinada entre cirugía y quimioterapia que concluyó de manera exitosa. Es lo primero que debo ratificar", anunció Chávez.
Otro gobernante en ejercicio con cáncer fue el paraguayo Fernando Lugo, a quien le diagnosticaron uno de tipo linfático en agosto de 2010, por lo cual debió someterse a seis sesiones de quimioterapia en Sao Paulo y Asunción, tras las cuales los médicos descartaron la reactivación del proceso canceroso, aunque debe someterse regularmente a controles.
NA