La Reserva Natural Puerto es un humedal que se halla ubicado al sur del puerto de Mar del Plata. Se encuentra en el centro de una zona de gran actividad, tanto fabril como turística, como son el puerto y el complejo balneario Punta Mogotes. Se halla además frente a un área residencial. Esta reserva urbana se comporta como un espacio de amortiguación o interface entre estos usos diferentes. Este ecosistema es el relicto de un antiguo hábitat de bañados costeros que ocupó más de 500 hectáreas. Los exponentes más importantes de la fauna la representan las aves con más de 150 especies. En el sector costero se encuentra gran variedad de especies de flora autóctona típica del sistema medanoso.
Dada la riqueza biológica de esta área, a partir del año 1985 la Universidad Nacional de Mar del Plata, diversas organizaciones no gubernamentales y asociaciones vecinales, comenzaron a manifestarse a favor de la creación de una reserva natural en el predio en cuestión.
Con tal fin, en enero de 1987 se creó la Fundación Reserva Natural Puerto Mar del Plata, a la cual la Administración General de Puertos le otorgó ese mismo año la tenencia del predio. Posteriormente, este sitio se declaró de interés municipal, turístico y recreativo por la Municipalidad de Gral. Pueyrredon por resolución del Consejo Deliberante No. 247 del año 1989 y el 18 de octubre de 1990 fue declarada Reserva Natural por ordenanza Municipal Nº 7927. Finalmente, en diciembre del 1997 se declaró a las aledañas lagunas de Punta Mogotes como área protegida por ordenanza Municipal Nº 11038/97.
La Convención Internacional sobre los Humedales, RAMSAR, los define en forma amplia como: "las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros".
El Consorcio Regional Portuario de Mar del Plata, admitió que la Reserva será utilizada para “ampliar la zona industrial del Puerto”. En una carta documento enviada a los vecinos autoconvocados por la Reserva, el Consorcio Regional Portuario reconoció que el sector que ocupa la Reserva “está destinado desde antaño a la ampliación de la zona industrial portuaria conforme dan cuenta los planes maestros que sucesivamente fueron dispuestos para el Puerto de Mar del Plata, comenzando por aquel aprobado por el Decreto PEN 3958/77 y hasta la actualidad, dado que el ámbito espacial en crisis nunca presentó características de humedal, lo que se produjo paradójicamente por actos de tipo vandálicos”. Eduardo T. Pezzati firmó la carta documento como Presidente del Consorcio luego de casi 25 años que existe la Reserva. ¿Quiénes son los vándalos?
Además, afirma que “la construcción del estadio deportivo […] es un proyecto carente de actualidad”. Con lo cual el Consorcio estaría confirmando que el Club Aldosivi no va a construir ningún estadio en la zona, sino que será utilizada para instalar nuevas industrias.
Esta es la primera vez que el Consorcio Portuario revela los planes que tiene para la Reserva Puerto Mar del Plata, la cual no considera como tal, ya que afirman que su instrumento legal de creación —la ordenanza 7927/90 del Municipio de General Pueyrredon— no fue emitida por una autoridad competente.
Evidentemente el señor Eduardo T. Pezzati y el resto de los directores, están mal asesorados en algunas cuestiones, dado que la Convención Internacional sobre los Humedales los define rotundamente tal como lo admiten los cientos de países que han suscripto la Convención, entre ellos la Argentina.
Por lo que queda claro que, a los efectos técnicos, el origen natural o artificial o vandálico de un humedal no le quita entidad, es decir, una laguna de origen artificial sigue siendo un humedal. Asimismo, el supuesto origen artificial del humedal cuestionado probablemente sea un mito urbano, dado que en el libro Reserva Natural Puerto Mar del Plata: un oasis urbano de vida silvestre, publicado por la Universidad FASTA en 2011 y por el cual, su autora/editora principal —la doctora Silvia De Marco— recibió el premio Lobo de Mar en diciembre pasado, se explica el origen natural de este ambiente. Es altamente dudoso que los autores de este libro premiado, todos investigadores del CONICET, la UNMdP y la UFASTA estén equivocados y el Consorcio tenga razón.
El Consorcio del Puerto no basa sus declaraciones públicas en estudio alguno, sino en su habitual “expertisse” contaminante, tantas veces por este periodista denunciado. Quienes serán afectados inmediatamente, son los vecinos de Punta Mogotes y Colinas de Peralta Ramos, cuya calidad de vida y propiedades se depreciarán notoriamente si la Reserva Puerto de Mar del Plata desaparece y se transforma en una zona industrial. Es de esperar que los dueños y administradores de los balnearios del Complejo de Punta Mogotes también expresen su preocupación, porque un cambio de este tenor no les conviene para continuar con sus actividades. En los últimos 20 años, al menos, uno de los principales servicios ambientales que le ha dado la Reserva a la comunidad es la de funcionar como un área de amortiguación.
Entre otros puntos notables de este documento legal, el Consorcio afirma que la actividad autorizada por ellos al Club Aldosivi es para el desarrollo de fútbol infantil, lo cual —según el Consorcio— no exige presentación de estudio de impacto ambiental. Esto se contrapone con el anexo II, punto II de la ley provincial 11.723 que exige se sometan al proceso de evaluación de impacto ambiental todo los emprendimientos turísticos, deportivos, campamentos y balnearios, sin exceptuar al fútbol infantil como afirma el Consorcio. ¿Se va a construir o no un estadio? ¿Es necesario o no el estudio de impacto ambiental? Deberíamos preguntarlo a los integrantes del Consorcio:
Pezzati Eduardo T., Presidente; Carlos Alberto Theiller, Municipalidad, Rodolfo Chávez, Simape; Emilio R. Bustamante, Cese; Patricio Hogan, Rep. Munipalidades de la reg.; Juan Carlos Ferreyra, Supa; Mariano Pérez, Caipa; Guillermo Soldini, Asoc. Embarcaciones Pesca Costera; Alberto Rosa, Fecooaport; Juan Darío Socrate, Cámara Armadores; Ricardo Polverino, Bolsa de Comercio.
Finalmente sobre la clausura impuesta por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) el 14 de octubre de 2011, que nunca se cumplió en forma efectiva, el Consorcio se desentiende y afirma que “es a dicho ente a quien le corresponde en su caso efectivizar las declaraciones por él mismo dictadas”, o sea, el Consorcio considera que el OPDS debería haber hecho cumplir efectivamente la clausura y no otro organismo, cosa que como es de público conocimiento, nunca sucedió.
Una gestión anti ambientalista del Consorcio, se certifica cotidianamente según sople el viento proveniente de las industrias harineras de pescado que elaboran estas a base de pescado podrido. Los turistas podrán dar fe del olor a podrido que baña la ciudad y playas. A dichas industrias bajo la protección del Consorcio, ni la Municipalidad ni la Justicia local les ponen coto. La Ley General de Ambiente es una burla más para ellos o una muy buena ley para aplicar al ciudadano de a pie, según sea la ocasión, la Justicia casualmente no es igual para todos. Menos si se trata del consorcio y sus patronos que manejan el puerto que también casualmente lleva el record de exportación de cocaína en el pescado y carece de escáner para control. Daniel Scioli, quien viene regularmente a la ciudad alojándose en el Hotel Hermitage, también lo huele y tampoco nada hace. Sacar el olor de las chimeneas de las harineras es tan simple y barato que con solo una pileta de tratamiento de humos basta, pero es mejor pagar la coima cotidiana y desmerecer a la ciudad que hacer lo que se debe.
El gobernador Daniel Scioli recorrió en el Parque Camet el megacampamento (Jamboree) que reúne a 16 mil scouts de Latinoamérica y el mundo, junto a Charly Alberti quien los convocó a trabajar junto a la provincia y la Fundación R21 por el cuidado del planeta "como guardianes ambientales". Por la tarde, el gobernador compartió con una decena de intendentes la presentación del programa de educación ambiental "Buenos Aires Recicla 2012-21015", que se orienta a la generación de "un cambio cultural en los hábitos cotidianos para cuidar el medio ambiente". Evidentemente, el gobernador versea a destajo y el músico también, pues si van a caminar la costa marplatense verá basura a granel, no hay tachos suficientes o no están en condiciones, tampoco en las playas. Mar del Plata es una mugre, si hay alguna duda es necesario dirigirse a la zona industrial del puerto. Sería muy importante saber el costo de Charly Alberti, o cuales prebendas recibe para ser aval ambiental de la provincia que tiene a la ciudad más importante en abandono total. Mar del Plata no termina en Güemes.
Como todo en la Argentina, la culpa la tiene la corrupción de los funcionarios que permiten que un grupo de ineptos y obsecuentes manejen al consorcio portuario, donde una de sus autoridades pidió coima a un circo, y los demás integrantes lo avalan inmutables en una clara muestra de connivencia corrupta. Sería muy importante que el vicegobernador Mariotto y La Cámpora se ocupen de limpiar la corruptela enquistad en el manejo del puerto y en la perdida de millones ocasionada por la corrupción, insisto, del Consorcio que a la fecha mantiene el canal de ingreso al puerto obstruido a pesar de haber gastado millones.
Es primordial que la UIF verifique patrimonios y bienes de sus integrantes, pues Mar del Plata no merece padecer por corrupción ni los culpables ser impunes. Evidentemente no hay que ser muy inteligente para ver que en el consorcio portuario hacen negocio los que están al frente del mismo, sin interesar las barbaridades que comparten, pues Mar del Plata tiene una terminal de cruceros inoperante, una draga recientemente parada que ya “no factura” gracias a esta este medio y reiteradas denuncias.
Sería muy importante preguntar cómo se eligen las autoridades del Consorcio, si por registro de oposición o por ser mafiosos.
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante-Investigador