Contra todos los pronósticos, el sucesor de Juan Pablo Schavi al frente de la Secretaría de Transporte será el ignoto Alejandro Ramos, a la sazón intendente de la localidad santafesina de Granadero Baigorria.
Se trata de un abogado de 36 años recibido en la Universidad Nacional de Rosario y que llega al cargo de la mano del ministro de Planificación, Julio de Vido, quien será su jefe directo. No casualmente, el nuevo funcionario es uno de los intendentes del interior de mayor confianza del ministro.
Por caso, el 23 de febrero pasado, al día siguiente de la tragedia ferroviaria de Once, Ramos se reunió con De Vido para analizar la falta de políticas públicas e inversión en los servicios de energía, agua y saneamiento en la provincia.
El nuevo funcionario nacional fue reelecto con amplio margen en julio de 2011 como jefe municipal de Granadero Baigorria, al imponerse con el 70,93 de los votos, mientras que su contrincante superó por poco los tres mil votos.
Hay que mencionar que, desde el preciso momento en que asumió, mostró una fidelidad incondicional al kirchnerismo en Santa Fe, incluso durante el conflicto con los productores rurales por las retenciones a las exportaciones de granos y la interna posterior que generó dentro del Partido Justicialista, con el ex gobernador Carlos Reutemann como principal contrapunto.
Según refiere diario Clarín, Ramos tiene un vínculo fluido con el diputado nacional Agustín Rossi, uno de los principales referentes del oficialismo en la provincia. Pero a lo largo de su primer mandato al frente del Ejecutivo en la ciudad vecina a Rosario, el intendente de Granadero Baigorria también supo cultivar una relación estrecha con el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, quien será su jefe desde que asuma en el lugar que deja Schiavi.
Conclusión: se sigue privilengiando la obsecuencia —léase "fidelidad"— por sobre el conocimiento técnico y profesional.
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas