Cuentan que el escorpión le pidió a la rana que lo cruce en sus habituales viajes a la otra orilla, para ver a la escorpiona.
La rana se negaba, diciéndole que si lo montaba en su espalda, el escorpión la picaría.
El escorpión, le asegura que no, ya que no sabía nadar y se ahogaría.
La rana accede y en la mitad del río el escorpión la pica, la rana le dice “nos ahogamos”…., a lo que el escorpión le dice: perdóname ranita, pero es mi naturaleza.
Esta fábula ampliamente conocida, es lamentablemente muy usada por los hombres, no hago distinción de género, solamente hablo del hombre como espécimen.
Cuáles son las acciones habituales en los hombres y mujeres de la política, usar y tirar, no hace falta dar ejemplos, la única diferencia entre la rana y el escorpión, es que en los seres humanos, se disputan los roles, todos son ranas y todos son escorpiones.
Cuantas personas conocemos que son solidarias y que anteponen la moral y reciprocidad en sus actos, sobre todo si ocupan cargos políticos?
Contadas, y tan contadas son, que se destacan como notables en los medios, por su contraste con la generalidad.
En la actualidad los ejemplos nos vienen siempre de “arriba”, léase inexistente lealtad, algo que hace muchos años que en el partidismo, no existe, sea peronista, radical o de partidos de derecha e izquierda.
Cuáles son los objetivos máximos de los funcionarios y que es el único o son, únicos fines de su unidad, el poder y el dinero.
Si bien el pretexto predicado es el bienestar de la gente, la utilización de los derechos humanos y otras atenciones esgrimidas, la única razón de su “sacrificio” por La Patria, es su propia economía, “es la economía estúpido” fue una frase muy difundida en los años 90, después que Clinton la pronunciara, sin saber que lo estaban escuchando.
Para lograrlo, no importa si hay que permitir la venta de droga, armas, la prostitución, la inseguridad, la trata de personas o el que un gran porcentaje de la población, venda su voto por un plan de miseria.
No estoy acusando al actual Gobierno fomente lo anterior, solamente estoy enunciando lo que se agudizó en los últimos años en Nuestro País y por lo que se aprecia, no ha disminuido, sino aumentado con el correr del tiempo y distintos gobernantes.
Hoy hasta los funcionarios, hablan y dudan sobre la probidad de los jueces, nombrados algunos por los mismos funcionarios o por los jefes de gobiernos propios, además de los que se han separado o los han separado del “manantial de la función pública”.
Que nos queda a la gente común, aquellos que trabajan duro, para poder sobrevivir, los que se “matan” viajando peor que el ganado, por lo menos el ganado va a su muerte, sin tener que tolerar que el animal que tiene al lado, lo robe o lo tire del camión, como si lo sufre el viajero de los trenes conurbanos, la esperanza no puede estar presente.
Hoy asistimos impávidos a que no haya una sólida, no llamo oposición, sino una sólida organización, que realmente esté constituida por una plataforma de proyecto político superador, con plazos de corto, mediano y largo plazo.
Los resultados eleccionarios dan certeza, de que no estaba equivocado en el análisis de ese artículo premonitorio, sobre la falta de candidatos acreditados y posibles.
Ahora bien, conocemos todos los problemas que nos aquejan, solamente podemos disimularlo u obviarlo, si es que tenemos “plata en el bolsillo”, o intereses que nos comprometan el difundir nuestra opinión.
Sin embargo, a pesar de conocer las dificultades, no planteamos soluciones, salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación, aún siendo independientes que deberían ser, según mi modesta opinión, si no generadoras de ideas, si, el de convocar y conducir a los entrevistados, a responder soluciones, no solamente planteos de controversia, que si, es comprensible, no percibir en medios comprometidos, ya sean oficialista o declarados opositores, no hacen.
Comprendo que los medios de comunicación deban plantear la realidad que se discuta, que no es su función específica, ni el gobernar, ni solucionarle las dificultades a la gente, para eso están los gobernantes, pero frente a esa falta de respuesta, no podemos “esquivar el bulto”, sobre todo los que tenemos la posibilidad de ser escuchados o considerados.
Es por todo lo expresado, que me pregunto y se lo pregunto: ¿Qué proponés?
Difícil responder, ¿no?
Walter A. Gazza
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