A esta altura de las circunstancias, se podría decir que no quedan muchas cosas que no sepamos del Frente para la Victoria o, mejor dicho, del kirchnerismo. Sobre todo en referencia a sus actitudes, su manera de actuar, su idiosincrasia y, especialmente, su modo de proceder —u operar, mejor dicho— frente a cualquier hecho que no sea de su agrado o incumbencia.
La última demostración fue la renuncia del procurador Esteban Righi. Más allá de compartir o no su ideología o conducta, no se puede negar que fue uno de los más fieles y efectivos soldados de los Kirchner, a pesar de su bajo perfil. Sin embargo, a Cristina no le tembló el pulso para hacerlo a un costado. Si eso hace el oficialismo con los amigos, imaginemos qué son capaces de hacer con los que ellos consideran enemigos.
En este contexto, el periodismo no obsecuente parece ser actualmente uno de los peores enemigos K, por no decir el peor. Dentro de esa línea, se encuentran diario La Nación, Perfil, varios portales de Internet —incluyendo Tribuna de Periodistas— y, por supuesto, el enemigo mayor: el Grupo Clarín. Sin embargo, no solo los medios son los enemigos para el oficialismo, también lo son algunos periodistas, y el que hoy parecería acumular la mayor cantidad de puntos dentro del ranking de los odiados por los K es, sin dudas, Jorge Lanata.
Para colmo de males, este último se unió al “monopolio” y el próximo domingo comenzará un nuevo ciclo por Canal 13, “Periodismo para todos (y todas)”.
En el comienzo del nuevo ciclo, Lanata promete —al menos en los avances— demostrar quién es el verdadero dueño de la ex Ciccone Calcográfica. Es este, precisamente, el punto que tiene desvelado al Gobierno.
Según refirieron importantes fuentes oficiales a este medio, es por ese motivo que el oficialismo está preparando su ataque al grupo Clarín en general y a Lanata en particular. “Van a tratar de que delegados sindicales del Grupo Clarín hagan una especie de 'reclamo sindical' y arenguen a los que trabajan en TN y Canal 13 para que no trabajen y, consecuentemente, no pueda salir el programa”.
En realidad, esta es solo una de las alternativas que estarían evaluando. Si esto no da resultado, la otra opción sería la de interferir la señal de Canal 13 —expresaron dichas fuentes de información— pero claro, si se toma esta medida, muy burda por cierto, el Gobierno quedaría muy expuesto, por lo tanto van a tratar por todos los medios de convencer a los delegados gremiales.
Mucho ya se sabe del kirchnerismo después de casi nueve años de gobierno, y uno de los puntos más importantes es que a la hora de lograr sus cometidos, suelen ser implacables.
Habrá que esperar hasta el domingo a las 23 h para ver si realmente se lleva a cabo lo que ya varias fuentes vienen indicando.
Pablo Dócimo