Muchas cosas parecen haber cambiado en uno de los periodistas más respetados de la Argentina. Lejos parece haber quedado aquel puntilloso hombre de prensa del Página/12 de los años 90. Jorge Lanata últimamente, pulveriza todo lo que llega a sus manos.
Más allá de las contradicciones que lo llevaron a trabajar en los últimos tiempos para el Grupo Clarín, otrora fuertemente criticado por el mismo periodista, Lanata está embistiendo contra personajes insospechados.
“Es gracioso y patético verse corrido por izquierda por Clarín”, decía el periodista en Crítica Digital, en 2009, “que el diario que convivió e hizo grandes negocios con los militares (Papel Prensa, junto a La Nación), gerenciado por la señora que se sospecha apropiadora de hijos de desaparecidos, que implementa el terror como política laboral (no tiene, por ejemplo, comisión interna) sostenga en un artículo sin firma que Crítica moderó últimamente su posición sobre Kirchner”, descargaba en ese entonces en una nota editorial.
“El diario que montó ilegalmente Radio Mitre —donde actualmente Lanata conduce un programa—, que obtuvo Canal 13 del menemismo y logró la fusión monopólica del cable con Kirchner, nos acusa de falta de independencia. Clarín no soporta que no le tengan miedo. Me hubiera gustado, al menos, dar esta pelea con Roberto Noble, su creador, y no con su lobbista Héctor Magnetto y el genuflexo señor (Ricardo) Kirschbaum, cada día más encorvado por decir que sí. Nada de lo que digan sobre nosotros cambiará la imagen que ustedes tienen al mirarse al espejo”, decía el ahora conductor radial en otros tiempos.
En tren de desaciertos, uno de los últimos del fundador del “último diario de papel” fue el fuerte insulto que le dedicó al periodista económico Alejandro Bercovich, actual columnista en diario BAE y en radio Rock & Pop.
Es que, el jueves pasado, Jorge Lanata se descargó en radio Mitre contra el manejo de la prensa oficial sobre el reciente allanamiento al vicepresidente Amado Boudou, donde luego de criticar al piquetero K Luis D`Elía, pasó a dedicarse a Bercovich a raíz de una opinión que se atrevió a publicar en su cuenta personal de Twitter.
“Alejandro Bercovich es un periodista económico que trabajó con nosotros en Crítica y que después, como miembro de la comisión interna, encabezó la operación del Gobierno para comprar el diario y después Bercovich terminó trabajando para el Gobierno. Y escuchen esto porque es maravilloso, dice Bercovich en un tuit: ‘Lo único malo de esto es la coraza política que le regalan Lanata y Clarín a Aimeé al querer figurar cargándoselo. Sin eso ya sería Cobos’. Es el tuit de un demente, es una persona que está mal, por favor internen a este tipo por pelotudo, por forro. Bercovich, sos un forro”, finalizó Lanata abriendo su habitual programa radial en Mitre.
No debió pasar mucho tiempo para que decenas de personas —sobre todo ex compañeros de Bercovich en Crítica— salieran a repudiar las palabras de Lanata y, para que el propio injuriado dejara un par de cosas en claro a través de Twitter en respuesta a los insultos.
“Lanata dice que encabecé ‘la operación del Gobierno para comprar el diario’. No sólo miente. Desprecia la lucha de 200 tipos por sus laburos”.
“Cuando me convocó para Crítica, Lanata me dijo ‘tengo guita para hacerlo a pérdida dos años’. Al año se lo vendió al vaciador Antonio Mata.”
“Cuando abrió Crítica, Lanata ya había dejado un tendal de deudas en Data54 y Veintitrés. Una quebró, la otra la compraron Lerner/Spolski.”
“Otro socio de Lanata fue Marcelo Figueiras, hoy empresario K. En nuestros juicios laborales contra él, Figueiras cita a Lanata como su testigo.”
“Los responsables del cierre de Crítica son Lanata, Marcelo Figueiras y Antonio Mata, vaciador de Aerolíneas que Lanata llevó al diario.”
“Cuando en Crítica decidimos parar, nos pagaban en cuotas desde hacía tres meses. Lanata, que había huído, dijo: ‘paran por 300 pesos’.”
“La primera noche de Crítica, Lanata pidió que ‘no hagamos sindicalismo. No quiero a Lenin arriba de la locomotora’, soltó, Benson en mano.”
“Durante 4 meses presionamos al Gobierno para que garantizara que nadie quedara sin empleo en Crítica. Había familias en juego, no egos.”
“En Data54, Lanata y su socio Fernando Moya pagaban a periodistas con cheques sin fondos. Desde 2006, jueces investigan su quiebra fraudulenta.”
“En Crítica, a pedido de Lanata, escribí notas sobre la estafa de Clarín a los jubilados a través de las AFJP. ¿Cómo cambia todo, no?”
Hay que recordar a esta altura la trama que contó Tribuna de Periodistas en el año 2009:
Cuando Antonio Mata introdujo en la Argentina a la firma Air Pampas, estaba seguro de que pronto conseguiría la autorización pertinente para operar como línea aérea. Tal es así que, no bien comenzó los trámites administrativos, contrató oficinas y personal ad hoc.
Pronto se topó con el primer y gran escollo, fue cuando un importante funcionario de la Secretaría de Transportes de la Nación —presumiblemente el oscuro Ricardo Jaime— le pidió seis millones de dólares para agilizar el expediente correspondiente.
Acto seguido, Mata hizo dos riesgosas jugadas para forzar su objetivo: por un lado, compró parte de Crítica de la Argentina creyendo presionar de esta manera al gobierno; por otro lado, contrató los servicios del ex canciller Rafael Bielsa para que haga lobby ante los Kirchner.
Por supuesto, esto con el tiempo cambió y Crítica comenzó a ser permeable a las operaciones de prensa digitadas por el entonces todo poderoso jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
"Crítica salió al mercado con una línea de aparente oposición al gobierno kirchnerista, aunque en los últimos tiempos moderó esta postura", contó Clarín cuando trascendió el cierre del diario y que motivó la encrespada columna de su creador.
Finalmente, hay que recordar que hasta hace poco Jorge Lanata trabajaba para Perfil a través de una columna semanal en su periódico impreso y una diaria en el recientemente desaparecido diario Libre. Ahora, Perfil es blanco de las críticas del periodista.
Por caso, en su programa radial de radio Mitre, Lanata indicó que las declaraciones del juez que lleva adelante una de las causas que involucran a Boudou, Daniel Rafecas, a diario Perfil el domingo pasado, eran producto de “la violación de un off the record”. Sin embargo, tal como indica la propia nota y el audio adjunto, Rafecas aceptó que se lo grabara.
En una columna de Javier Calvo en la edición sabatina de Perfil, el periodista aclara que Jorge Lanata abrió un impasse en sus columnas en Perfil “por las ingentes demandas de sus labores en el Grupo Clarín”.
¿Por qué Lanata ahora pasa a criticar el diario para el cual trabajaba?
¿Por qué Lanata ahora pasa a trabajar en un diario el cual criticaba?
¿Por qué cometió el “grosso error” de no escuchar el audio que acompañaba la nota de Perfil antes de desacreditarla?
¿Por qué Lanata actuó tan violentamente contra la mera opinión de un periodista en su cuenta personal de Twitter?
Las respuestas a estas preguntas pueden tener que ver con la crispación que por estas horas se vive en la política, y que sin duda parecen haber llegado al ambiente periodístico.
Ojalá que estas líneas sirvan como llamado de atención para que el otrora brillante periodista vuelva a sus cabales. La verdad que se lo extraña.