Curiosamente, en el sitio web del diario La Nación puede verse que las notas más leídas suelen ser las del género de opinión. Carlos Pagni, Jorge Fernández Días y Joaquín Morales Solá están a la cabeza de esa tendencia.
En muchos otros sitios web de reconocidos diarios alrededor del mundo, sucede exactamente lo mismo. ¿Por qué la gente prefiere la opinión personal ante la información o la crónica cruda?
Pues en esa premisa parece haberse basado el esquema de The Huffington Post, un periódico on line norteamericano fundado por Arianna Huffington en 2005, cimentado en el trabajo de diversas fuentes de noticias y columnistas varios. Se agrupa allí la principal información de los diarios más relevantes; también contiene blogs y contenido original.
Política, negocios, entretenimiento, tecnología, cultura, homosexualidad, divorcios, voces latinas, voces afroamericanas, religión, etc. El “Huff Po” ofrece cobertura a contenidos de todo tipo gracias a una amplia red de colaboradores.
Hay que decir que su éxito y tráfico es tan grande (es uno de los medios más leídos en EE UU y el que mejor rankea en Google) que permite sostener que se trata de un modelo de negocios de periodismo 2.0.
Periodismo en venta
El año pasado, justo cuando parecía haber quedado en el olvido, la vieja AOL adquirió por 315 millones de dólares parte de la empresa de Arianna Hufftington, en una última maniobra para mantenerse a flote antes de hundirse completamente. Ahora, ambos se proponen superar a la CNN.
Luego de esa unión, el Huff Po anunció la contratación de 170 editores y redactores, y 9.884 blogueros. Aunque también se prescindió de 200 puestos de editores y blogueros freelance. Sí, los 9.884 blogueros que “trabajan” en el HP y le dan su razón de ser, no cobran dinero.
Su remuneración es la simple aparición de su firma y el link original al blog en uno de los medios más leídos de Norteamérica.
No les debo nada
En abril del año pasado, un grupo de blogueros ex colaboradores del sitio, alegaron que les debían una indemnización luego de haber sido desplazados al momento de la venta del sitio y demandaron a Arianna Huffington fundamentando que les corresponde una parte de esos 315 millones de dólares de AOL, ya que sin su contenido, el Huffington no sería lo que es.
El equipo de blogueros y columnistas está dirigido por Jonathan Tasini, un escritor y activista sindical, quien había escrito cerca de 250 entradas de blog en el Huff Po de manera gratuita.
“Los blogueros del Huffington Post hemos sido convertidos básicamente en esclavos modernos en la plantación de Arianna Huffington”, había dicho Tasini en una corte de Estados Unidos, la misma que hace días rechazó la demanda de alrededor de 9 mil ex empleados agrupados.
“Los trabajadores de The Huffington Post no recibían ningún pago cuando el medio recién empezaba”, asentó el juez John Koelt y agregó: “Nadie los forzó a proporcionar su trabajo sabiendo que no iban a recibir un pago. Obtuvieron lo que buscaban cuando sus artículos fueron publicados”.
¿Huffington Post argentino?
Este controvertido modelo se ha expandido a Canadá, Francia y el Reino Unido. Recientemente, también se anunció su aterrizaje en España, esperado lanzarse para junio. Estará el 50% a cargo de Prisa Noticias —editora de diario El País— y The Huffington Post. Contará con un equipo de redacción propio, que combinará la experiencia de los medios de Prisa con la fórmula ganadora del Huff Po: contenido original, una gran red de blogs, agregación de noticias y la participación masiva de los usuarios. En el mediano plazo, se espera una edición italiana mediante un acuerdo con el Grupo L`Espresso y ya se habla de una edición en Brasil. Por lo que la pregunta que indiscutiblemente surge es: ¿Puede darse un aterrizaje en la Argentina?
En medio de la actual lucha por las paritarias por parte de los periodistas vernáculos, no es utópico preguntarse cómo afectaría al actual periodismo argentino un Hufftington Post local, con decenas de blogueros no pagos que remplacen el trabajo de periodistas que, por estas horas, se encuentran luchando por un salario digno.
En la Argentina de hoy, los hombres de prensa viven en medio de reclamos varios, pugnan por tener comisiones internas en los medios y pelean por un 30% de aumento en su salario —el redactor raso cobra menos que el trabajo peor pago de la Argentina, que es el de empleada doméstica—, en medio de muchos otros reclamos que explican por qué en los últimos días los diarios porteños han salido con notas que no tienen firma.
Más allá de la eterna disputa de si el periodismo ciudadano o si el “periodismo bloguer” es periodismo, es necesario saber si el modelo del Huff Po en territorio argentino funcionaría o no. Evidentemente el modelo de blogueros gratis frente a periodistas pagos, es exitoso; pero ¿es una amenaza para nuestro país? ¿Puede la idea de que los creadores de contenido deben trabajar gratis “diseminarse como un cáncer”, como manifiesta Tasini? ¿Estamos frente a un nuevo modelo de empresa periodística de costo reducido?
“Si bien el Huffington Post nace bajo la poderosa figura de su fundadora Arianna Huffington, que logra hacer de la red de periodistas y blogueros un verdadero fenómeno editorial, también es cierto que ‘lo que cautivaba’ de su propuesta inicial, era la noción de estar frente a una especie de red colaborativa de periodistas profesionales (pagos) de primera línea y blogueros expertos (gratis)… hasta que vino la venta a AOL, y muchos perdieron la ilusión”, explica la periodista Maca Lara-Dillon en Pulso Social.
Opinan los que saben
Consultados tres reconocidos periodistas argentinos sobre cómo funcionaría un Huffington Post en la Argentina, teniendo en cuenta su conocimiento y experiencia, las previsiones no fueron muy positivas, pese a que todos apuntaron a diferentes razones.
Luciano Dolber, periodista con experiencia en los principales medios de comunicación del país y puntilloso observador de la edición de contenidos impresos y en línea de todo el mundo, dio a quien escribe estas líneas su opinión al respecto:
“Salvo raras excepciones, las empresas periodísticas en la Argentina no están concebidas como un negocio en sí mismo, sino como un vehículo para acceder —por las buenas o por los medios— a otros beneficios”, indicó Dolber.
“Pensar en proyectos de alta calidad, innovadores y a largo plazo es un absurdo, algo en lo que no vale la pena perder el tiempo. Un producto como el Huffington Post tiene detrás un plan sustentable desde lo editorial y desde lo comercial, algo que es imposible en nuestro país, en especial porque habría que sostenerlo a pérdida por lo menos dos años, algo a lo que nadie está dispuesto, y mucho menos en nombre de un periodismo mejor.”
Christian Sanz, prestigioso hombre de prensa que se encuentra al frente de Tribuna de Periodistas, también dio su sentencia sobre un posible Huff Po local:
“El mercado periodístico en la Argentina es de una creciente oferta laboral y hay cada vez menos demanda por parte de las empresas periodísticas, ello hace que la profesión se vaya bastardeando y redunde este fenómeno en peores salarios”, explicó Sanz.
“Ergo, si se analiza el lado de los costos, el beneficio de un Huffington Post argentino sería solo para la patronal, jamás para los hombres de prensa. ¿Cuánto toleraría un periodista que ya mismo reclama que no llega a fin de mes por su magro salario trabajar en un medio que no le pagará un centavo?”, agregó.
Roberto Guareschi, experimentado periodista inquieto, docente, blogger y quien dirigió durante varios años el diario Clarín, arrojó luz sobre la posibilidad de un aterrizaje de este modelo en la Argentina:
“Me parece que hay que tener en cuenta que el Huffington Post es un sitio bastante tradicional que, a mi juicio, no sabe aprovechar todo lo que permite Internet. Pienso que ahora, comprado por AOL, será peor. O sea, no es un buen modelo”, manifestó Guareschi.
“Es difícil que funcione el HPost acá, sobre todo por una cuestión cultural. La Argentina y USA tienen en ese plano pocas cosas en común. Lo mismo ocurriría, creo, en Brasil, el primer lugar de América Latina donde se va a lanzar. Luego están las cuestiones de variedad y calidad del periodismo, siempre medido en términos tradicionales. En ambos casos —y considerando como referencia los medios más importantes de ambos países— nosotros tenemos un estándar inferior”, consideró. Aunque fiel a su naturaleza, se animó a aventurar: “Igual, no estaría mal que se intentara.”
Al parecer, las opiniones recabadas echan por tierra cualquier posible pretensión de que en nuestro país funcione un tipo de negocio como el que propone Arianna Huffington. Al menos… por ahora.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana
Esa tendencia a editorializar las noticias viene de las épocas del diario La Opinión que fue sin duda exitoso, continuando luego en alguna medida por la era de Lanata en Página 12. Además, en general e independientemente de sus ideologías, los periodistas mencionados suelen hacer aportes a la realidad, a diferencias de numerosas publicaciones en la web, que más que nada hacen periodismo ficciòn, informando sobre hechos que nunca sucedieron o habrán de suceder. Saludos.
muy buena nota eliana! saludos
Todo bárbaro, pero quién le dijo que esos son los artículos más leídos del complejo LNOL? Los de Juan Yesnik, Eduardo Chaktoura o Denise Tempone, por mencionar algunos columnistas, les dan la salsa, de a uno, a los tress, los mencionados Pagni, Fernández y Solá, juntos. Eso, además, haciendo notar que aquellos siempre están abiertos al comentario, mientras que los de Solá, por ej., están cerrados al foro y los de Pagni, cuando recibe miles de coms es solamente para las usuales puteadas y bardos de la manada mercenaria cyber-k. No se pueden considerar comentarios esos y ni siquiera verifican que el artículo haya sido en realidad leido. Insisto: nada que ver con el espacio y los sesudos a los que he hecho alusión ut supra. Y eso que esos artículos están dirigidos a un público mucho más acotado, que va teniendo su propio mecanismo de selección natural, a partir de su singular inteligencia y emotividad.
Creo que en un proyecto como este solo podrian participar personas que les gusta el periodismo amateur, pero tienen otra entrada de dinero o profesion, estudiantes de periodismos que podrian practicar, total estan estuduando y les sirve para ir haciendose un nombre. En este pais que alguien bueno en lo suyo trabaje gratis es medio dificil que pase por mas vocacion que tenga. Como dice el drogadicto de Calamaro "No se puede vivir del amor"
Yo dejé de leer a los articulistas de LN, son aburridos y metódicos. Después descubrí que podía vivir sin leerlos.