Quienes conocen del tema, aseguran que hubo una sucesión de reuniones en los últimos días entre los popes del establishment local y entre distintos economistas del país. Las caras de preocupación se sucedieron y fueron una constante.
La expropiación de YPF empieza a ser visto como un caso testigo en el que quizás ya no haya vuelta atrás en la relación de muchos de los popes del establisment con el Gobierno.
“Si esto es una reestatización, así lisa y llana, el panorama de oscuro va a pasar a negro. Nos vamos a parecer a Venezuela, el país que todo el mundo esquiva, más allá que le compren petróleo”, apuntó uno de los principales dirigentes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). El mismo ejecutivo puntualizó que “no le conviene a nadie este tipo de iniciativas”.
“Ahora, si la cosa va por el lado que el Estado pueda desarrollar con los privados, una proyección de mayores inversiones y desarrollo de la actividad petrolera en la Argentina, ahí es distinto, allí sí podría caminar la cosa, pero parece que ese no es el objetivo concreto del Ejecutivo”, sentenció.
Paralelamente, por el lado de la Unión Industrial Argentina (UIA), también hubo muchas conversaciones con claro tono de temor.
“Sería bueno poder desarrollar un proyecto en conjunto, entre los accionistas privados y el Estado; ahora, esta iniciativa de llevar adelante algo compulsivo va a tener efecto sumamente negativos para nuestro país”, agregó uno de los integrantes de la cúpula de la UIA.
Pero los hombres de negocios no son los únicos que formularon severas advertencias. También hubo varios economistas que expresaron su gran preocupación por una iniciativa que despierta muchas dudas, según ha revelado el sitio Parlamentario.com.
En ese sentido, la economista Marina Dal Poggetto del Estudio Bein consideró que “no está claro” cómo se va a desarrollar las inversiones a partir de una YPF reestatizada y tampoco cuáles serán las fuentes de financiamiento para lograr ese objetivo.
“Sin dudas que aquí se requiere un plan de inversiones que por lo menos contemple reinvertir los dividendos. Primero acceder al capital hay que ver si es con un precio o solamente expropiación, no está claro cuál va a ser el número. Si uno toma la cotización de YPF, de estas últimas horas digamos, después del anuncio, valía 9.400 millones de dólares”, manifestó la especialista a Parlamentario.
Consideró que “en enero valía 17.000 millones de dólares la compañía, a valor del mercado. Si se está comprando el 51% de las acciones son 4.800 millones de dólares que tendrían que erogar desde el inicio. No queda claro cómo se va a hacer eso, pero si hay un precio de mercado en el arranque se requiere esa cifra.”.
“Insisto, para llevar adelante los proyectos de inversión se requiere el capital y esa es la parte que no está. Lo que se ve es una compañía que el año pasado ganó 5.000 millones de pesos, que pagó ganancias por 3.000 millones y que distribuyó el 80% de los dividendos”, apuntó.
Sobre esa misma línea, argumentó que “lo que ocurre es que para poder mejorar el nivel de reservas hidrocarburíferas se requiere un plan de inversiones bastante más mayores a los 5.000 millones de pesos que puede dar el flujo de utilidades, es probable que en algún momento haya algún tipo de desdoblamiento de la compañía, o de asociación estratégica con alguna empresa del exterior”.
Por su parte, el economista del Grupo Fénix Marcelo Lascano enfatizó a Parlamentario que el proceso de reestatización de YPF debería haberse realizado acompañado de un programa concreto de desarrollo de inversiones y de expansión de la compañía.
“El tema aquí es ¿quién hace las inversiones y de dónde sale la plata? porque si nosotros tenemos a los grandes capitalistas del mundo en el CIADI y enemigos, no sé quién lo va hacer”.
“(Hugo) Chávez no lo va hacer. Evo Morales tampoco. Además, hay que tener en cuenta que el gas que se le compra a Bolivia se paga 10 dólares el millón de BTU, mientras que aquí a los productores locales se abona dos dólares el millón de BTU”, acotó.
Está claro entonces que más allá de un anuncio tan grandilocuente y “marketinero” como la reestatización parcial de YPF, las dudas se agigantan a medida que pasan los días.
Dudas sobre cómo se va a manejar la compañía, cuáles son sus proyectos, cómo se van a poder congeniar las ideas del Estado nacional, las provincias y los privados. En fin, ahora aparecen un sinnúmero de interrogantes sobre los cuales no hay respuestas concretas.
Redacción de Tribuna de Periodistas