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La batalla de la Vuelta de Obligado (2/2)

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EN EL DIARIO NO HABLABAN DE TI....
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    Como era de esperar, los grandes medios de comunicación no dieron importancia a la batalla de la Vuelta de Obligado. La superestructura cultural, formada por la clase dominante y sus cagatintas “descuidan” ciertas conmemoraciones que pueden despertar la conciencia nacional .

 

    Es común y lícito que en los grandes países centrales, que tanto aman los dueños de la libertad de empresa, se recuperen arqueológicamente y promocionen los lugares históricos. Saben que el turismo deja buenas ganancias.

    También en la Argentina, hay sitios en donde se desarrollaron importantes luchas por la soberanía. Pero como bien juega con la ironía Raúl Scalabrini Ortiz: “la ignorancia del país fue organizada y lo fue a través de una magnífica sabiduría”.    1  

    En 1960, Arturo Jauretche expone: “eso de que el francés ignora geografía es cierto y es cierto también para el argentino de la intelligentzia. Con la diferencia de que el francés ignora la geografía ajena y el argentino la propia”.  2  

    Digamos que la desconexión es mayor con la geografía-histórica. Jauretche comenta con pena que en una oportunidad cuando viaja en automóvil a Rosario,  uno de sus acompañantes lee un cartel que dice “Arroyo de Pavón” y comenta que con seguridad es un recordatorio de la batalla de Pavón. El autor de las zonceras  reflexiona que la disputa debe su nombre al lugar y no al revés. Lo peor es que hoy, se desconoce el dato prioritario: ¿qué pasó en Pavón?. Por lo menos, el compañero de Don Arturo sabe que existe la batalla de Pavón.

    Reflexiona Norberto Galasso que: “otra razón que provoca el desinterés de los argentinos por su geografía es la desconexión de la mayoría de las ciudades o regiones, con el pasado, como si no hubiese existido Historia en esos parajes. Por un lado, las nuevas denominaciones han borrado los vestigios de la Patria Vieja en muchísimas zonas, eliminando especialmente nombres indígenas vinculados a hechos importantes y a hermosas leyendas. Cuesta entonces hallar las huellas de los ranqueles o los tehuelches que, apenas un siglo atrás, eran dueños y señores de esas tierras donde abundan ahora pueblos y estaciones ferroviarias que ostentan nombres de dueños de estancias (Videla Dorna, Tedín Uriburu, Stegman, Luro, Unzué, Atucha, Lezama, Guerrero, Ortiz Basualdo, Santa Coloma, Gándara). En algunos casos, incluso, mientras hubo esmero en eliminar algún nombre indígena o el recuerdo de algún fortín gaucho, no se tuvo rubor en usar nombre y apellido para designar una localidad, como ‘Ramón Santamarina’, ‘Juan Blaquier’ o ‘Carlos Casares’, y, en otros casos, con el criterio de que la Patria es ‘"cosa de familia’ se llegó a denominar a algunos pueblos, como si fueran regalos de cumpleaños, con nombres de recién nacidos o apodos familiares. Así, los Tornquist dieron el nombre de su nena Verónica a la localidad vecina a Punta de Indio; Villa María debe su nomenclatura a María Ocampo, tía de doña Victoria; el balneario Santa Teresita rinde homenaje a Teresa, la esposa de Luis Duhau; y el pueblo ‘La Beba’, cerca de Rojas, se llama así porque ‘Beba’ apodaban a Angela Alzaga Unzué de González Guerrico, sobrina de María Unzué de Alvear, donante de esos terrenos. Así resulta que la tierra que debía adquirir el nombre de aquéllos que la habitaron, recibió -en cambio- la denominación de los que deben su nombre a la fertilidad de la tierra. Esa geografía, al robársele su toponimia original, fue cada día más extraña para el argentino a quien, al mismo tiempo, le habían robado su forma natural de ver las cosas y prefería entonces asombrarse por geografías exóticas y lejanas”. 3

    Por otro lado, los jóvenes gustan de la ficción-científica como bien se comprueba en el  éxito de toda la saga de “La Guerra de Galaxias” o “El señor de los anillos”. Por qué no aprovechar esa predisposición del estudiante para contar hechos verídicos como la Vuelta de Obligado o el abordaje, a caballo, de Martín Miguel de Güemes a la «Justina», una nave de la escuadra del almirante Popham. Son acontecimientos tan extraordinarios que dan para la realización de documentales y películas.

    Pero no todo es tan negativo. Cabe señalar que en Radio Nacional, en el programa “Soltando pájaros” (sábados de 10 a 11) , conducido por el historiador Atilio Bletta, se trató la batalla de la Vuelta de Obligado. Estuvo como invitado Mariano Ramos, quien comentó el trabajo arqueológico que se lleva a cabo en la actualidad en San Pedro, específicamente en la zona del litigio. Un equipo interdisciplinario se aboca a la tarea de rescatar los restos de las naves combatientes que, se supone, reposan en el fondo de las aguas.
Para compensar la desinformación consciente y políticamente correcta de las publicaciones que fijan agenda setting (temas que según su criterio son los importantes para la sociedad) reseñamos algunos textos que trataron con dignidad la afrenta anglo-francesa sobre el Paraná.


Los enfrentamientos de la Confederación Argentina en la Prensa Foránea

    La lucha de una pequeña nación frente a dos potencias no es un acontecimiento que pase inadvertido para la prensa internacional del momento. Inglaterra y Francia no se venían con chiquitas. No dudaban implantar su dominación política, territorial y económica.


ANTES DE LA BATALLA DE OBLIGADO

    El 5 de agosto de 1845,  dice "The New York Sun" de Estados Unidos : “...nos es grato ver al gobierno argentino firme en su determinación en defender la integridad de la unión. La rebelión del Uruguay fue puesta en pie por la Francia, con la esperanza de obtener dominio en aquel país o de extender los dominios del príncipe de Joinville, hermano político del emperador del Brasil. La sumisión a esa vil alianza de Guizot, sería la señal de una repartición de la República Argentina entre las potencias. Pero nuestra confianza en el general Rosas y su administración, no nos deja qué temer a este respecto”.  4
    El 7 de septiembre de 1845, el estadounidense  "New York Herald" manifiesta: "...Esta injusta intervención revela el deseo de introducirse en el hemisferio occidental y mantenerse en actitud de aprovechar cualquier punto débil que les quede expuesto... el general Rosas se le opone enérgicamente... La gran lucha entre el antiguo régimen y la joven democracia, está próximo a estallar..." 5
    En el Brasil, el diario "El Grito del Amazonas" del 9 de agosto de 1845 observa: "¡nos llamaran rosistas! ¡somos americanos! Todo el Río de la Plata y sus tributarios sólo por un milagro dejarán de ser surcados por los galos británicos. Vosotros, argentinos, acabad con honor. No retrocedáis delante de los que, amenazándoos hoy con bombardeos porque os suponen débiles, se olvidan de las humillaciones de Whitelocke y del tratado de Mackau". 6
    El 19 de agosto de 1845, "O Brasil" de Río de Janeiro exclamó: "...El cañón europeo va a decidir en el Río de la Plata los más caros intereses de Sur América. Y a las barbas del Brasil van dos potencias extranjeras a establecer el principio de la intervención armada en desavenencias que no les conciernen...". 7
    También, el brasileño "O Sentinella da Monarchia" del 20 de agosto de 1845, apoya a nuestros valientes: "¡Ea! ¡Honor a los héroes que no se amedrentan con las bravatas del león! Su causa es justa y sagrada. Dios la ha de proteger, y después de Dios, el valor de los corazones libres" 8
    "El Tiempo" de Santiago de Chile, del 15 de agosto de 1845, vocifera: "...La degradación de los pueblos americanos, los unos respecto de los otros y de todos respecto de Europa: tal es el resultado que producirá la intervención europea en los negocios internacionales de América.... una reprobación unánime debe desacreditarla y trabar su ejercicio". 9


DESPUÉS DE LA BATALLA DE OBLIGADO

    El 20 de noviembre de 1845,” La Gazeta Mercantil”  informa:"...El territorio argentino ha sido atacado por las fuerzas anglo-francesas sobre las márgenes del Paraná. La poderosa artillería de las escuadras combinadas ha destruido en ocho horas consecutivas de vivo fuego, nuestras baterías servidas por artilleros y soldados improvisados cuyo valor heroico no han podido abatir los invasores a pesar de la inmensa ventaja de sus fuerzas... La sangre que tan copiosamente ha corrido es responsabilidad enteramente de los ministros de Inglaterra y Francia... Que vaya a ellos, este anatema de la justicia y la humanidad...". 10
    Dice  Jorge O. Sulé que “otros medios periodísticos se agregaron a la protesta: Saldías en su ‘Historia de la Confederación Argentina’ los exhuma a todos: entre otros se encuentran el ‘The Salem Register’ y ‘The Advertiser’, ambos de Estados Unidos y hasta en la misma ciudad de Londres se registra una severa crítica a la intervención armada en ‘The Morning Chronicle’". 11  
    En Estados Unidos de Norteamérica el "The Journal of Commerce", de Nueva York, en su edición del 27 de noviembre de 1845 y en una nota editorial, después de denunciar la provocación intervencionista de Defaudis y Ouseley (Francia e Inglaterra respectivamente) en el Río de la Plata, pronosticó que no triunfarían porque "...como Inglaterra lo sabe desde 1807 y 1808, la Argentina es inconquistable, mucho menos ahora que la dirige el hombre más firme y resuelto que produjo la América del sur..." . 12  Asimismo, la misma publicación resalta: “No somos panegiristas del gobernador Rosas, pero deseamos que nuestros compatriotas conozcan  su verdadero carácter, como lo describen Ridgley, Morris y Turner y todo ciudadanos de los Estados Unidos que haya visitado Buenos Aires. Verdaderamente él es un gran hombre y en sus manos ese país es la segunda república de América” 13 
    El 13 de diciembre de 1845, el "O Brado de Amazonas" de Río de Janeiro enuncia: "Triunfe la Confederación Argentina o acabe con honor, Rosas a pesar del epíteto de déspota con que lo difaman, será reputado en la posteridad como el único jefe americano del sur que ha resistido intrépido las violencias y agresiones de las dos naciones más poderosas del viejo mundo". 14  
    Cuatro días después, "O Sentinella da Monarchia", también del Brasil, consigna: "Sean cuales fueran las faltas de este hombre extraordinario, nadie ve en el sino al ilustre defensor de la causa americana, el grande hombre de América, sea que triunfe o que sucumba...".15
    Es obvio que los unitarios exiliados en el Uruguay no apoyaron la defensa de la Confederación. En la misma línea, se ubican desde Chile : "El Mercurio" y "Crónica", de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, respectivamente. 16   El apoyo a la Confederación es tal que el general Pinto, ex presidente de Chile, en carta al embajador argentino en Santiago le manifiesta: "Seguimos con el más profundo interés las aventuras de la guerra contra Buenos Aires, porque esperamos que tarde o temprano se aplicarán a todos los Estados de América los mismos principios que ha invocado la intervención para crearse gobiernos esclavos que pongan al país a merced de Inglaterra y Francia. Así es que todos los chilenos nos avergonzamos que haya en Chile dos periódicos que defiendan la legalidad de la traición a su país y Usted sabe quiénes son sus redactores". 17
    Posteriormente, un Alberdi más nacional destacó: “Hoy, más que nunca, el que ha nacido en el hermoso país situado entre la Cordillera de los Andes y el Río de la Plata, tiene derecho a exclamar con orgullo: soy argentino. Rosas no es un simple tirano a mis ojos. Si en su mano hay una vara sangrienta de fierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano”. 18  Y un  Sarmiento, aún europeísta, reconoce que a Rosas “debe la República Argentina en estos últimos años haber llenado de su nombre, de sus luchas y de la discusión de sus intereses el mundo civilizado y puéstola más en contacto con Europa”. 19
    Estando José de San Martín en Italia, en busca de una mejora para su salud, el francés Jorge Federico Dickson le escribe al Libertador pidiendo su opinión acerca del bloqueo anglo-francés al Río de la Plata. El Gran Capitán le responde:

    “Sr. D. Federico Dickson, cónsul general en Londres
 
    Nápoles, 28 de Diciembre de 1845.
    Señor de todo mi aprecio:

    Por conducto del caballero Jackson se me ha hecho saber los deseos de Ud. relativos a conocer mi opinión sobre la actual intervención de la Inglaterra y Francia en la República Argentina; no sólo me presto gustoso a satisfacerlo sino que lo haré con toda la franqueza de mi carácter y la mas absoluta imparcialidad; sintiendo sólo que el mal estado de mi salud no me permita hacerlo con la extensión que requiere este interesante asunto.  
    No creo oportuno entrar a investigar la justicia o injusticia de la citada intervención, como tampoco los perjuicios que de ella resultarán a los súbditos de ambas naciones con la paralización de las relaciones comerciales, igualmente que de la alarma y desconfianza que naturalmente habrá producido en los Estados sudamericanos la ingerencia de dos naciones europeas en sus contiendas interiores, y solo me ceñiré a demostrar si las dos naciones intervinientes conseguirán por los medios coactivos que hasta la presente han empleado con el objeto que se han propuesto, es decir, la pacificación de las dos Riberas del Río de la Plata. Según mi íntima convicción, la marcha seguida hasta el día no hará otra cosa que prolongar por un tiempo indefinido los males que se tratan de evitar y sin que haya previsión humana capaz de fijar un término a su pacificación: me explicaré.
 
    Bien sabida es la firmeza de carácter del jefe que preside la República Argentina; nadie ignora el ascendiente muy marcado que posee sobre todo en la vasta campaña de Buenos Aires y el resto de las demás provincias; y aunque no dudo que en la capital tenga un número de enemigos personales, estoy convencido que bien sea por orgullo nacional, temor, o bien por la prevención heredada de los españoles contra el extranjero; ello es que la totalidad se le unirán y tomarán parte activa en la actual contienda; por otra parte, es menester conocer (como la experiencia lo tiene ya demostrado) que el bloqueo que se ha declarado, no tiene en las nuevas repúblicas de América (sobre todo en la Argentina) la misma influencia que lo sería en Europa: el solo afectará un corto número de propietarios, pero la masa del pueblo que no conoce las necesidades en estos países, le será bien indiferente su continuación. Si las dos potencias en cuestión quieren llevar más adelante las hostilidades, es decir, declarar la guerra, yo no dudo un momento, podrán apoderarse de Buenos Aires con más o menos pérdidas de hombres y gastos, pero estoy convencido que no podrán sostenerse por mucho tiempo en posesión de ella: los ganados, primer alimento, o por mejor decir, el único del pueblo, pueden ser retirados en muy pocos días a distancias de muchas leguas; lo mismo que las caballadas y demás medios de transporte; los pozos de las estancias inutilizados, en fin, formando un verdadero desierto de 200 leguas de llanuras sin agua ni leña, imposible de atravesarse por una fuerza europea, la que correrá tantos más peligros a proporción que ésta sea más numerosa, si trata de internarse. Sostener una guerra en América con tropas europeas, no solo es muy costoso, sino más que dudoso su buen éxito tratar de hacerla con los hijos del país; mucho dificulto y aún creo imposible encuentren quién quiera enrolarse con el extranjero. En conclusión: con 8.000 hombres de caballería del país y 25 ó 30 piezas de artillería, fuerzas que con mucha felicidad puede mantener el general Rosas, son suficientes para tener en un cerrado bloqueo terrestre a Buenos Aires, sino también para impedir que un ejército europeo de 20.000 hombres salga a 30 leguas de la capital, sin exponerse a una completa ruina por falta de todo recurso, tal es mi opinión y la experiencia lo demostrará, a menos (como es de esperar) que el nuevo ministerio inglés no cambie la política seguida por el precedente.
 
    Quedo celebrando esta ocasión que me proporciona asegurar a Ud. En su más atento servidor. Q.B.S.M.”   20


    Esta carta es publicada por dos periódicos : el “Morning Chronicle”, de Londres, y en “La Presse”, de París.

 

Néstor Genta

BIBLIOGRAFíA

1.Galasso Norberto. Imperialismo y pensamiento colonial en la Argetina. Roberto Vera Editor.Buenos Aires. 1985. p.26.

2. Ibid. p.70.

3. Ibid. pp.71/2.

4.Sulé O. Jorge. Las repercusiones internacionales de la batalla de Obligado. Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Nro. 44. Buenos Aires. 1996. p. 54.

5. Ibid. p.54.

6. Ibid. p.55.

7. Ibid. p.55.

8. Ibid. p.55.

9. Ibid. p.55.

10. Ibid. p.55.

11.Ibid. p.55.

12. Ibid.p.56.

13.Ezcurra Medrano Alberto. La Vuelta de Obligado. Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Nro. 41. Buenos Aires. 1995. p.107.

14.Sulé O. Jorge. Op. cit.p.56.

15.Ibid. p.56.

16.Ibid. p.56.

17.Ezcurra Medrano Alberto. Op.cit. p. 107.

18.Ibid. p.108.

19. Ibid. 108.

20.Carranza de Arturo. La batalla de la Vuelta de Obligado. Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Nro. 41. Buenos Aires. 1995. p.10 a 12.

Nota: Agradecemos la ayuda del doctor Sandro F. Olaza Pallero, de la biblioteca del Instituto de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, quien colaboró desintersadamente con el artículos sobre las matanzas de Cañada de Gómez y con la presente investigación.

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