Acceder al feed de los comentarios de este artículo
Es más que evidente que, en un país donde es mucho más difícil ser Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que ser Presidente de la Nación, algo no funciona bien.
Desde que Julio Grondona es titular de la AFA nada, absolutamente nada mejoró en nuestro fútbol, sino todo lo contrario.
Por más que Don Julio se vanaglorie exclamando cada vez que le acercan un micrófono que “a veces algunos se olvidan de todo lo que hice en la AFA”, la realidad nos dice que desde su… ¿reinado, podíamos decir? no solo nada mejoró, sino que empeoró.
Esta, no es una afirmación caprichosa ni mucho menos subjetiva, ya que los resultados están a la vista.
Desde que Grondona preside la AFA, más allá de que todos los clubes deben someterse a él como en una secta, todas las instituciones, salvo algunas honrosas excepciones, fueron vaciados económicamente. Los estadios son deplorables, los campeonatos están pésimamente organizados y ni hablar del mamarracho que hicieron en complicidad con el gobierno nacional con el “Fútbol para Todos”, que nos cuesta millones a todos los argentinos para seguir subsidiando a clubes que siguen perdiendo plata.
Más allá de estos “detalles”, no es ninguna novedad que el principal cáncer que hoy debemos soportar aquellos que periódicamente vamos a un estadio de fútbol es la violencia, flagelo que no solo creció de manera escalofriante durante el reinado de Grondona, sino que además parece seguir creciendo, con el agravante de que daría la sensación de que ningún directivo parece tener interés en solucionarlo.
El otro cáncer, que por supuesto va de la mano con la violencia, es la existencia de barras bravas y el poder que estos delincuentes fueron acumulando, hecho que, salvo el presidente del Club Atlético Independiente, Javier Cantero —que desde que asumió su cargo se propuso eliminarlos del club—, ningún otro dirigente hace nada por erradicarlos de sus respectivas instituciones. Incluso, nadie se sumó a esto. Ni se animó, ninguno de ellos a decir algo públicamente sobre el tema.
Ahora, para solucionar el problema, a los fabulosos dirigentes de nuestro fútbol se les ocurrió otra brillante idea: Analizan poner en marcha el AFA Plus, que consta de la confección de un padrón de “simpatizantes” a los que se les va a otorgar una carné para erradicar a los barras.
¿Qué se esconde detrás de esto? Más allá de la posible creación de algún nuevo negociado, porque seguramente esto tendrá un costo para el aficionado y alguien va a recaudar millones, esta ridícula medida tapa la hipocresía que existe tanto en el fútbol como en la política, ya que unos cubren a otros.
Señores políticos, señores de la AFA, esto se soluciona fácilmente. ¿Cómo? Aplicando la Ley 23.184, más conocida como ley De la Rúa, que regula la violencia en los espectáculos deportivos, norma que rige en nuestro país desde el 25 de junio de 1985.
Esta ley, en el año 1993 quedó parcialmente modificada por la 24.192, impulsada por el entonces titular del Consejo Nacional del Deporte Fernando Galmarini,
Precisamente el artículo 51, introducido por la reforma, determina la responsabilidad civil de los clubes. “Las entidades o asociaciones participantes de un espectáculo deportivo, son solidariamente responsables de los daños y perjuicios que se generen en los estadios”, dice la norma.
Incluso, cuando se sancionó la Ley se obligó a los clubes que instalen cámaras de televisión, cosa que todos los clubes cumplieron, por lo que los violentos están todos, absolutamente todos, identificados.
Si los responsables del fútbol quisieran solucionar el tema de la violencia, lo podrían hacer de manera simple y rápida. Sencillamente aplicando la Ley, pero evidentemente, o son muy inoperantes o son muy corruptos.
De todas maneras, la medida la debe tomar Julio Grondona, quien vaya uno a saber por qué extraña razón no la toma.
Pablo Dócimo
Twitter: @pablo_docimo
Le aclararía que Estudiantes de La Plata y Nueva Chicago son 2 clubes donde sus dirigentes, en la medida de sus posibilidades y sin la ayuda del No Prosede, (otro Organismo que desgobierna el inoperante de Mario Gallina, que en vez de detener a los barras los acompañan) donde intentan erradicar a los violentos de las canchas. Saludos.
El día que se apliquen en Argentina los remedios para eliminar los flagelos subculturales, de la misma manera que lo hicieron los ingleses con los hooligans de acuerdo a las teorías exitosas de Taylor y Clarke, todos podremos volver a disfrutar en familia del espectáculo del fútbol. Aunque es difícil que en tiempos de patologías nacionalistas, se tomen o imiten ejemplos cuya sola mención convierta en cipayos a los que la sugieran. Quizás debiéramos releer los comentarios de Juan José Sebreli en su libro Futbol y Masas para empezar a comprender dónde podemos encontrar la solución. Creo que fue escrito en 1981.
El fútbol, así como la inseguridad, es un negocio rentable para mucha gente. Mientras el poder político, dirigentes, seguridad y empresarios sigan sacando réditos, nada cambiará. Por otro lado, existe cierta complicidad del hincha porque en parte sigue alimentando a la bestia: entradas cada vez más caras, partidos cada vez peores y los estadios se llenan igual. "Imperdible" la columna del sr. (con minúscula) Víctor Hugo Morales en Canchallena.com en dónde aplaude el accionar del Sr. Cantero en contra de los barras. ¿Coherencia ideológica le llaman?
AFA Plus podría dar resultado si el sistema fuera muy estricto y sin corrupción alguna. Sin tanta tecnología, el sábado en Arsenal-Independiente, se nos pidió a todos los hinchas del Rojo que lleváramos DNI para identificar a los barras con derecho de admisión y prohibirles el ingreso. No sólo no pidieron documentos, sino que también entró uno de ellos ("Loquillo"). Así que un carnet no va a resolver nada por sí solo, si no existe una verdadera voluntad de alejar a los violentos.
NO ES EL FUTBOL. ES LA INSEGURIDAD DEL GOBIERNO MONTONERO DE KRETINA, QUE QUIERE HACER VIVIR CON MIEDO A LA SOCIEDAD, IGUAL QUE EN EL 70.