Como hace tiempo vengo expresando, la situación económica se está complicando a nivel de la gente.
Se nota una desaceleración en el consumo, ya sea por prudencia, por las trabas a los productos importados, por aumento en los costos o por las incertidumbres en los aumentos de sueldos. De acuerdo a lo que persigue el Gobierno para frenar la inflación y lo que piden los sindicatos, lo cierto es que las ventas al nivel minorista han disminuido.
Asimismo, desde el propio Gobierno, dan las señales que “algo no anda bien”, por ejemplo el nuevo corsé a la compra de dólares: actualmente la AFIP permite la compra de dólares hasta el 25% del sueldo. Hasta ahora, se permitía comprar hasta el 40%. La escasez de divisas preocupa al Gobierno, que no puede frenar el sangrado hacia el billete verde.
En algunas provincias, se está estudiando la posibilidad de pagar sus deudas y salarios con cuasimoedas, ¿será la vuelta de los Patacones?
Bernard Lietaer, en su libro El Futuro del Dinero, describe que en medio de la increíble incertidumbre y de los cambios que nos rodean (el cambio de milenio, los vaivenes permanentes del mercado bursátil y las peligrosas especulaciones monetarias que se llevan a cabo en tres continentes), está produciéndose una silenciosa pero inconfundible revolución monetaria.
Este libro no trata sobre Economía, ni presenta una teoría económica, sino que manifiesta la propia concepción del dinero de Bernard Lietaer, arquitecto del euro, ex presidente del Banco Central belga, profesor de finanzas internacionales en varias universidades y actualmente profesor en la universidad Noropa en Boulder, Colorado.
Bernard examina con claridad problemas de la vida real que podría resolverse mediante la combinación de diversas innovaciones monetarias que ya han sido puestas en práctica en algunas partes del mundo, y propone un enfoque sistémico integral.
“En esta obra, el lector conocerá nuevas posibilidades para crear y mantener un mundo adecuado para todos, en el que el modelo cooperativo se fusione con el competitivo en una sinergia armoniosa. Denomina a esto Abundancia Sustentable y explica cómo es posible alcanzarla empleando sistemas de monedas complementarías”, reza el libro.
Lietaer, da como soluciones a estas venideras crisis de trabajo económicas financieras, el sistema de intercambio. Aquí en la Argentina conocimos el trueque, que dio recursos de supervivencia a sus participantes, en un momento durísimo que atravesamos en los años de la gran crisis financiera y corralito.
Solo quiero rescatar lo que en varias oportunidades manifesté, dijo Meyer Amschel Rothschild: "Permítanme emitir y controlar la moneda de una Nación, y no me preocuparé por quién haga las leyes", que significa denme la impresión del dinero y no me interesan sus leyes.
Hoy asistimos perplejos a que desde una empresa de la que no se conocen sus dueños, se imprimirán 500 millones de billetes de $100, lo que desencadenará posiblemente en un proceso inflacionario importante, además de un potencial descontrol de nuestra moneda, por lo que las cuasimonedas, no tendrían mucha diferencia con los pesos emitidos, ya que no será la Casa de la Moneda, la encargada de esta impresión.
De acuerdo a lo enunciado anteriormente, es que propongo el uso de herramientas alternativas, como la tarjeta TEI.
Insisto, no le tenemos que tener miedo a las cuasimonedas, son el antídoto a varias consecuencias del poder del dinero. Pero hoy tenemos vastas experiencias que la caja es un factor de poder para poner “en caja”, a los gobernadores, intendentes y representantes díscolos.
Si queremos tener independencia de pensamiento y criterios, no nos debemos sojuzgar a un “papelito” y, sino, veamos la diferencia entre los viejos pesos nacionales y los actuales.
En este imperdible y actualizado monólogo de Tato Bores, se resume todo lo antedicho: “Y aquí estamos señor. 30 años. 30 años bancándose 16 presidentes y 37 ministros de Economía que se la pasaron diciendo ‘Esta es la crisis más grande que está sufriendo el país’, ‘Hay que reducir el gasto público’, ‘Hay que laburar más", ‘Hay que invertir en el ISPA". Mientras tanto, ¿quiere que le diga una cosa? Mire, este peso moneda nacional” —sosteniendo el billete de $1 mn en la mano, con otros billetes ($1 ley 18188, $1 argentino, 1 austral) sobre la mesa— “Le arrancaron dos ceros por este otro peso ley 18188; a este le arrancaron cuatro ceros por este otro peso argentino, y como si esto fuera poco le sacaron tres ceros más por este peso... por este austral. O sea que extirparon, le extirparon nueve ceros a este pesito de acá delante. Y como este austral equivale a mil millones de pesos moneda nacional, y como en aquel entonces se compraba con $83mn un dólar, este austral equivale a doce millones de dólares... lo cual parece un chiste, si no fuera una joda grande como una casa... Y yo todavía tengo confianza, tengo confianza, por eso le digo a los políticos y a los funcionarios, no a todos los políticos ni a todos los funcionarios porque hay que preservar las instituciones, a algunos políticos y a algunos funcionarios que están ahí viéndome, si siguen haciendo las cosas que están haciendo, ¡yo voy a tratar de estar acá todo el tiempo posible para seguir jodiendo! Y para cuidarlos también... Y para preservarlos de la máquina de cortar bol…; porque si pusiéramos la máquina de cortar bol… dentro de la máquina del túnel del tiempo, y se pusiera a cortar bol… históricos con retroactividad... otra hubiera sido la historieta hoy. Historieta que como país, no creo que nos merezcamos. Esto lo dice mi libretista Santiago Varela... yo, no estoy tan seguro. ¡Un cacho de culpa tenemos también...! Por eso les digo, mis queridos chichipios, seguir laburando, vermouth con papas fritas, y...” —aplaudiendo dos veces, levantándose y terminando el monologo como todos los domingos—.
Y si lo decía Tato…
Walter A. Gazza