El embajador itinerante uruguayo, Julio Baráibar, hombre cercano al presidente José Mujica, admitió que desde hace dos años está al tanto del supuesto intento de soborno al diplomático Francisco Bustillo para favorecer a una empresa en el dragado del canal Martín García.
Luego de que los rumores comenzaran a correr en la prensa del vecino país y repercutieran en la Argentina, el funcionario confirmó que el gobierno de José "Pepe" Mujica conocía el episodio, aunque señaló que el tema del presunto soborno ya "es historia".
Se trata de la primera admisión del hecho por parte de la administración uruguaya, que previamente lo había desmentido, incluso a través de comunicados de la Cancillería. De acuerdo con los medios uruguayos, el caso involucraría al ex vicecanciller argentino Roberto García Moritán, quien presuntamente gestionó un intento de soborno a Bustillo, representante uruguayo en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) y ex embajador en la Argentina por parte de la empresa Riovía que se encarga de los trabajos en el canal.
Baráibar dijo, no obstante, que no "comparte" el tono de la carta que envió a la Cancillería de su país el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman, para pedir que se realice una auditoría conjunta sobre la CARP. Con tono de resignación, el embajador se refirió a la relación bilateral con Argentina: "De país no nos podemos mudar, estamos donde estamos, tenemos los vecinos que tenemos y tenemos que adaptarnos para tener la mejor relación".
"Tenemos que sacar y conceder, esa es la situación", sostuvo Baráibar en declaraciones a Radio estatal Uruguay. El ex ministro de Trabajo, uno de los hombres de confianza de Mujica, explicó que del supuesto intento de coimas se enteró por el propio Bustillo hace dos años, cuando fue tentado para favorecer a la empresa Riovía, actual encargada del mantenimiento del canal.
"Bustillo me contó con detalles que lo habían querido sobornar, que se había negado a aceptar la oferta y que había informado a sus superiores", señaló el embajador itinerante, que detalló que el episodio constó en los registros internos de la Cancillería. Sobre la carta que envió Timerman este lunes, el funcionario uruguayo se quejó porque el canciller se basó en "dicho de un diputado opositor" argentino (al que no identificó), aunque en la misiva el jefe de la diplomacia nacional dijo que su pedido respondía a "las graves denuncias publicadas por medios" del país vecino.
"No compartimos los términos de la carta de Timerman porque no responde a un planteo oficial, ni siquiera de un integrante del gobierno, y se hace eco de los dichos de un diputado opositor y no creo que sea la manera de resolver este tema", consideró. Sin embargo, indicó que tampoco es conveniente tomar medidas de confrontación duras contra Argentina como reclama la oposición de su país.
"No es metiendo gauchos que arreglamos las cosas", sostuvo el delegado de Mujica en las negociaciones con Argentina, y agregó: "Es muy fácil desde la oposición meter el gaucho". El Gobierno oriental admitió el pedido de coimas en momentos en que sube la tensión ente los dos países por el caso y los diputados Manuel Garrido y Graciela Ocaña llevaron el tema a la Justicia argentina, a fin de que se investigue el supuesto intento de coimas de Riovía.
Este martes, la administración que encabeza Mujica le reclamó "transparencia" a la Casa Rosada y reiteró que se agilice la negociación por la obra en el canal. Para Uruguay el dragado del canal es cable para incrementar la actividad del Puerto de Montevideo —hay barcos de gran porte que no pueden acceder— y desde hace tiempo se queja de trabas por parte de la Argentina para concretarla. Según afirman distintos medios, existió un presunto ofrecimiento de coimas por parte de la empresa que se encarga de mantener el canal Riovía con el fin de hacerse cargo de los trabajos del dragado pendientes.