La manifestación que encabezó Hugo Moyano en la Plaza de Mayo puso en evidencia, con la crudeza que caracteriza a los actos masivos, que el peronismo inició una etapa de feroz internismo que, si no es frenada a tiempo, sólo puede traer malas noticias para los argentinos.
Es que Moyano y Cristina Kirchner parecen dirigirse a un callejón sin salida que los lleva al enfrentamiento abierto. Aunque el jefe Camionero no tiene una intención destituyente, el elevado nivel de sus cuestionamientos a la Presidenta lo pone definitivamente en la vereda de enfrente del Gobierno.
Hay un tercer actor que es otra de las piezas fundamentales del tablero peronista y se llama Daniel Scioli. El gobernador de Buenos Aires prefiere ubicarse a medio camino, optando por una postura de diálogo que parecen haber clausurado tanto la Presidenta como el actual jefe de la CGT. Para ninguno de los tres la situación es cómoda: Cristina comienza a lidiar con las señales negativas que emite la economía; Moyano se encuentra aislado en el mundo gremial y Scioli debe afrontar la administración de una provincia —la más importante del país— con un alto grado de incertidumbre.
Se podría decir, sin temor a equivocarse, que no es el momento adecuado para darle rienda suelta al internismo, pese a que Moyano expresa demandas legítimas de la sociedad cuando reclama la modificación —o directamente la eliminación— del Impuesto a las Ganancias, a esta altura un impuesto al salario. También se puede acordar con la Presidenta cuando manifiesta el sentimiento de ingratitud que le dispensa un sector del gremialismo pese a que los trabajadores mejoraron su calidad de vida en los últimos años. Aunque es difícil de caratular como una "extorsión" a una protesta dentro del marco constitucional.
Así las cosas, en los últimos días reapareció el famoso "peronómetro", al que suelen acudir los dirigentes cuando se impone la lógica de la confrontación. Por eso este miércoles se lo puso escuchar a Moyano asegurar con grandilocuencia, ni bien pisó la Plaza de Mayo, que "más peronista que yo, Perón".
Mariano Spezzapria
NA