Durante años, Néstor y Cristina Kirchner denostaron a Carlos Menem y a la década "maldita" que le tocó gobernar. Sin embargo, jamás se atrevieron a mencionar los detalles de la cuenta en Suiza que ostentaba el ex presidente riojano y que fue parte de un capítulo judicial helvético digno de una novela de ficción.
No solo eso: los Kirchner desactivaron toda posibilidad de avanzar en la investigación que se llevaba en ese país durante el año 2004, hecho que terminó en la eyección del entonces ministro de Justicia Gustavo Béliz, aparentemente por el temor que tenía Néstor de que trascendiera que él y su mujer también tenían una millonaria cuenta allí.
Los detalles constan en el libro "El pacto Menem-Kirchner", publicado en el año 2009 por el periodista argentino Juan Gasparini. "En el 2004, el presidente Néstor Kirchner cesó al ministro Beliz y anuló un viaje a Suiza. El gobierno argentino resolvió asimismo no firmar un tratado de asistencia penal con Suiza para luchar contra la corrupción, el blanqueo de dinero y el terrorismo. De inmediato, Kirchner decidió no apelar en Ginebra contra la devolución de 7 millones de dólares depositados en cuentas de ese país por Menem y su secretario privado, Ramón Hernández, confirmando el desapego para profundizar la persecución de la corrupción. A su vez, los 520 millones de dólares de los fondos errantes de Santa Cruz, llegaron a Zurich. Volvieron al país sólo 390 millones de dólares, pero recién en marzo de 2008 y bajo amenaza de confiscación de la justicia de Estados Unidos", según la descomunal investigación de Gasparini.
En la misma obra, se cuenta cómo parte de los fondos que tanto Menem como los Kirchner guardaban en Suiza son parte de "dineros de cohecho" abonados por empresas de la talla de Thales, Siemens y Alstom, "todas firmas europeas con múltiples contratos denunciados en la justicia argentina, por un valor que ronda los 20 mil millones de dólares".
Estos datos cobran relevancia en momentos en los que Cristina Kirchner acaba de presentar su declaración jurada de bienes, omitiendo declarar los detalles de esa abultada cuenta helvética. Para que los lectores puedan sacar sus propias conclusiones, se ofrece la obra para descargar de manera gratuita, gracias a la gentileza de su autor:
Gasparini es particularmente duro en su libro con las figuras de Néstor y Cristina, sobre quienes plantea "sospechas" por su fortuna y a los que "hermana" con Menem: "Acaso porque los sobornos aceitan las licitaciones de obras públicas, motivo de la deserción del núcleo de confianza presidencial de Sergio Acevedo en marzo de 2006, quien piloteara la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) y substituyera a Kirchner en la gobernación de Santa Cruz. Reportajes periodísticos singularizan presuntos venales adictos a la sociedad conyugal que detenta el control del Estado por casos que engloban la evasión impositiva, la cartelización de obras públicas, el lavado de dinero, la defraudación, los suntuosos gastos del Poder Ejecutivo, el favoritismo palaciego en aras de un capitalismo nacional de amigos presidenciales, y el discutido financiamiento de la campaña electoral de Cristina, adicionando la presunción del aporte clandestino de petrodólares venezolanos", denuncia el autor en su picante prólogo.
Es el mejor prefacio a una descomunal obra de investigación que los lectores sabrán juzgar.