La pelea que el Gobierno ha iniciado contra el grupo Clarín parece no tener límites ni tampoco fin. A sabiendas de que el 60% de sus ingresos provienen de Cablevisión, el kirchnerismo ha apuntado todos los cañones hacia esa firma, llegando a asociarse con personajes de la más baja calaña. Entre estos, hay que destacar a los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano, titulares del cuasimafioso grupo UNO.
Desde hace meses, el juez Walter Bento intenta lograr la intervención de esa empresa de cable a través de medidas que son desactivadas una y otra vez por la Justicia Federal porteña. Se trata de un magistrado que trabaja a sueldo de los mencionados Vila y Manzano.
El pasado 14 de agosto, se dio el anteúltimo round cuando la Sala II de la Cámara Civil y Comercial Federal dispuso que Bento era "incompetente" en sus intentos de intervenir Cablevisión y que el caso debía tramitarse en la Capital Federal.
El último capítulo fue este martes, cuando nuevamente los dueños del grupo UNO intentaron ingresar "de prepo" en esa empresa. Así lo denunció Cablevisión:
Pese a que la Cámara Federal de la Capital Federal ha dicho claramente que la justicia mendocina es incompetente para decidir sobre Cablevisión, el Grupo Vila-Manzano y el Gobierno no descansan en seguir intentando, por todas las vías posibles, un nuevo allanamiento a la empresa.
En una nueva y escandalosa burla a la Justicia -que suspendió todos los procedimientos por el conflicto de competencia-, hace instantes se apersonaron otra vez en Cablevisión Enrique Anzoize, interventor nombrado en diciembre pasado por el juez mendocino Walter Bento, y su abogado Ricardo Mastronardi, ambos de fuertes vínculos con el Grupo Vila-Manzano, al igual que el propio Bento y un sector de la justicia federal mendocina.
En una maniobra ilegítima, pretendieron acceder a la empresa con una comitiva de alrededor de 20 personas (entre ellos aparentes guardias de seguridad privada), con el evidente fin de amedrentar a los empleados de la compañía, sembrar confusión en sus clientes y generar con sus provocaciones algún tipo de disturbio funcional a sus intereses.
Cabe destacar que el jueves pasado, la agencia oficial TelAm difundió un cable en el que sostuvo que la Cámara Federal mendocina, tribunal también denunciado por vínculos con Vila-Manzano, había avalado la competencia del juez Bento. Sin embargo, lo que TelAm y Vila-Manzano no dijeron es que dicha medida -así como todos los procedimientos de esta causa- están suspendidos por efecto del fallo de la cámara federal capitalina, lo cual convierte en ilegal cualquier intromisión en la sede de la empresa.
En consecuencia, el conflicto de competencia planteado entre el Juzgado Federal de Mendoza Nro. 2 y la Sala II de la Cámara Civil y Comercial Federal de la Capital Federal, generado con motivo de la sentencia dictada por esta última el dia 13 de agosto, deberá ser resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y jamás por la Cámara Federal de Mendoza, tal como pretende Vila Manzano, apelando nuevamente a un cada vez más escandaloso forum shopping.
Ello es así por cuanto no existe un superior jerárquico común entre dicha juzgado de Mendoza y la Cámara de Buenos Aires; en consecuencia, en virtud de lo previsto por el art 24 inc 7 del decreto ley 1285/58, es la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la que debe resolver la cuestión.
¿Qué dice el artículo 24, inciso 7 del Decreto Ley 1285/58? Reza lo siguiente:
“La Corte Suprema de Justicia conocerá: … 7°) De las cuestiones de competencia y los conflictos que en juicio se planteen entre jueces y tribunales del país que no tengan un órgano superior jerárquico común que deba resolverlos, salvo que dichas cuestiones o conflictos se planteen entre jueces nacionales de primera instancia, en cuyo caso serán resueltos por la cámara de que dependa el juez que primero hubiese conocido. Decidirá asimismo sobre el juez competente cuando su intervención sea indispensable para evitar una efectiva privación de justicia.”
Está claro: por lo visto, en esta pelea entre el gobierno y Clarín no hay reglas y no se respetará ningún código.
José María González