Luego del alejamiento de Juan Pablo Schiavi —exsecretario de Transporte de la Nación— y la llegada de Alejandro Ramos a esa Cartera, una bocanada de aire fresco pareció entrar a la Casa Rosada, golpeada por la fatal tragedia de Once de febrero pasado.
Sin embargo, la renovación del titular de ese ministerio no alcanzó, ni para la sociedad, ni para Cristina Fernández. Es que a pesar del intento de lavado de cara de una entidad abofeteada por uno de los accidentes ferroviarios más graves de los últimos años, nada pareció cambiar luego de esa tragedia. El estado de los trenes sigue siendo deplorable y todos los días ocurre un nuevo accidente o descarrilamiento.
Tal vez sea esa la razón por la cual el ministro del Interior, Florencio Randazzo, decidió fuertes remociones los últimos días; por supuesto todas con el aval de Cristina.
El 1 de septiembre fue removido Antonio Sícaro. Quien había ascendido hace pocos días como subsecretario de Regulación Normativa del Transporte —pese a estar imputado en la causa por la tragedia de Once— por orden de Randazzo.
El 4 de septiembre fue el turno de José Pedraza, titular del gremio Ferroviario, quien se bajó de las elecciones de la Unión Ferroviaria por medio de una carta. En la actualidad está preso por el crimen de Mariano Ferreyra, y decidió no presentarse "hasta que se expida la Justicia".
Este lunes, Randazzo desplazó a Antonio Luna, el sindicalista que se encargaba de controlar el sistema ferroviario, y que terminó muy cuestionado luego de la tragedia. Sobre todo porque Auditoría General de la Nación había advertido que el mal estado del sistema podía provocar un accidente.