Amado Boudou hizo refacciones en su despacho del Senado de la Nación por casi 600 mil pesos. Incluyó esto la instalación de un minigimnasio con cintas para correr, pisos flotantes—encima del histórico parquet de roble de eslavonia— y hasta una gruesa capa de pintura blanca para tapar la boisserie de caoba en las paredes.
Para llevarlo adelante el Vicepresidente modificó todas las normativas sobre las contrataciones del Senado para justificar esos arreglos, los cuales hizo sin recurrir a una licitación pública como exige la ley.
Por su fuera poco, Boudou mantuvo en secreto las refacciones hasta que pudieran encuadrarse dentro de la nueva normativa.
Se trata del decreto 95/12 que vio la luz el 1º de febrero pasado, el cual impulsó junto a su operador político y secretario administrativo en el Senado, Juan Zabaleta. después de hacer uso de las Fondos Rotatarios (caja chica de la Cámara) y tras la finalización de las obras.
También el mismo día hizo firmar el decreto 104/12 que autorizó la contratación en cuestión, en concepto de refacciones.
A pesar de todo ello, el juez federal Norberto Oyarbide decidió sobreseer al Vicepresidente, en el marco de la causa judicial que se había iniciado a ese respecto.
No hace falta mencionar que, por mucho menos, el mismo juez decidió procesar a Mauricio Macri y otros referentes de la oposición. No se cuestiona la medida contra el jefe de Gobierno porteño, pero sí llama la atención que no guarde correlación con las decisiones judiciales referidas a funcionarios del kirchnerismo.
¿Será casualidad el fallo de Oyarbide, justo cuando está en el foco de la tormenta por la adquisición de un anillo de 250 mil dólares? Lo que ocurra ante el Consejo de la Magistratura en los próximos días respecto a este último expediente, dará todas las respuestas.