Lo explicamos muchas veces ya, pero el sistema se niega a cambiar. Obviamente, no lo hará por su cuenta, debe haber voluntad política para que suceda.
Hablamos de los sorteos de causas judiciales que involucran a funcionarios del Gobierno, la mayoría de las cuales caen siempre en el juzgado de Norberto Oyarbide. Acaba de ocurrir respecto a un expediente judicial que debe investigar a Alicia Kirchner por abuso de autoridad y malversación de caudales públicos.
Como ya expliqué oportunamente, la forma más sencilla la tiene en sus manos el operador de computadora que debe darle ingreso a un expediente:
La elección del tribunal se dará automáticamente cuando el operador del sistema consigne que la causa ya tiene sala radicada, y cuando se declara 'conexidad solicitada', casos en los que directamente se asigna la sala indicada por el operador.
De esta manera, basta que un empleado con acceso a las computadoras de sorteos indique que un determinado expediente ya tiene un tribunal asignado, lo cual puede ser verdad o mentira, para que la causa quede automáticamente radicada allí.
Otro de los mecanismos quedó al descubierto en el marco del juicio por la muerte del activista del PO, Mariano Ferreyra. Allí, se supo que el programa de computación que hace los sorteos está pensado para "lograr una distribución equitativa de las causas ingresadas entre las distintas salas", de manera de evitar que una de ellas esté sobrecargada de expedientes mientras otra tiene unos pocos.
El mecanismo es automático, y "cuando ingresa un expediente que debe ser sorteado, el sistema toma las salas que para el rubro del recurso correspondiente tienen la mínima cantidad de expedientes".
"Cuando las salas disponibles para el sorteo son dos o más, el sistema selecciona una de ellas mediante un algoritmo de generación de números al azar, que escogerá a cualquiera. Si sólo una sala permanece en el 'bolillero virtual', la asignación se le efectuará directamente", según explicaron funcionarios judiciales en ese mismo juicio.
Esto muestra lo manipulable que es el sistema de sorteos judiciales, el cual, como dije en un principio, debería ser cambiado y mejorado para evitar suspicacias.
Es muy sencillo hacerlo, solo falta voluntad política por parte del “sistema”.
Carlos Forte
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