No son pocos los símbolos que Cristina Fernández toma de la liturgia peronista para su propio gobierno; desde la exaltación del ser nacional y el mito, hasta la figura pura de Eva Duarte para frentes de edificios, diseños de billetes y escenografía de sus discursos.
Luego de haber exprimido hasta el hartazgo el tema Malvinas —al punto de llegar a anunciar con bombos y platillos la desclasificación del famoso Informe Rattenbach, pese a que ya había sido develado por la prensa hace 30 años— la Presidenta ha encontrado un nuevo símbolo peronista que une clamor popular más allá del partidismo, su propio “Mono” Gatica: Sergio “Maravilla” Martínez.
Al mismo tiempo que el peronismo se alzaba en el poder, José María Gatica lograba su aceptación pública luego de una vida bastante sacrificada. Fue en 1950 cuando logró afianzar su relación con Juan Domingo Perón, quien en un evento pidió que se lo presentaran. “General, dos potencias se saludan”, dijo el “Mono” y bastó para que pasase a ser el deportista favorito del entonces presidente y la figura popular del peronismo.
Un año después, Perón apoyó el primer y único viaje de Gatica a Estados Unidos, en su búsqueda por el título mundial. Logró derrotar por knock-out a Terence Young, por lo cual el campeón mundial de la categoría, Ike Williams, le ofreció a Gatica un combate en el Madison Square Garden de Nueva York, aunque sin poner en juego el título. El “Mono” terminó noqueado por Williams en el primer asalto ante la atenta mirada del público argentino. Perón perdió interés por él y comenzó la caída libre del boxeador.
En octubre de 2012 fue el punto más álgido de la popularidad de “Maravilla” Martínez, llegando a su esplendor el 15 de septiembre, cuando en Las Vegas se hizo del título mundial de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo ante Julio César Chávez Jr. La aceptación que logró en los medios y entre la gente fue pocas veces vista.
El 25 de octubre Cristina se refirió a él cuando relató: “El otro día estuve con ‘Maravilla’ Martínez, les cuento que lo vamos a introducir en la Galería de los Ídolos Populares. ¿Lo llevaron finalmente a ‘Maravilla’ a mostrarle? Sí, y le encantó, bueno, ahí vamos a ponerlo, es el próximo que va”, aseguró. Y es que dos días antes lo había recibido en su despacho para que le mostrase personalmente el cinturón de diamante del CMB.
Sin embargo, la Presidenta ya había nombrado al boxeador por vez primera en la incómoda presentación que dio en Harvard el pasado 27 de septiembre, ante la pregunta de un estudiante sobre el cepo cambiario: “Creo que pueden viajar muy bien, vi un montón de argentinos en Las Vegas alentando a ‘Maravilla’ Martínez, que me pareció fantástico”, opinó, y reposó la inexistencia de trabas para conseguir dólares en el joven deportista.
Este jueves, y previo a una nueva cadena nacional, Cristina mantuvo una sorpresiva teleconferencia con el boxeador ante el asombro de los que allí se encontraban, ya que la transmisión tenía como objeto el anuncio del lanzamiento de créditos para la construcción de nuevas viviendas.
Desde Madrid —donde Martínez vive desde el año 2000—le comunicó a la Presidenta que el próximo 27 de abril peleará en la Argentina. “Peleo contra un inglés”, dijo el boxeador cuando el público militante presente estalló en chiflidos y aplausos, acompañados por los consecutivos “¡Guau!”, de la mandataria, quien le anticipó que “el Estado va a poner la TV pública a disposición de esa pelea, para que la puedan ver todos los argentinos”.
En 1963, Leonardo Favio con “Gatica, el Mono”, trató de simbolizar el ascenso y caída el peronismo a través de la vida del boxeador. “La cámara se subirá al ring en el combate con Williams para que recibamos (nosotros espectador) junto al mono, los golpes ‘norteamericanos’. Aquí será evidente la caída de Gatica, así como la de Perón, por ser un personaje adorado por la clase popular y odiado por la clase dirigente, quien, tarde o temprano impone su dominio”, describió el crítico Emiliano Basile.
Mitos, nacionalismos, cultura homogénea y luchas entre dos bandos que se despliegan en un ring para la vidriera, lejos de los males y molestias que aquejan a la sociedad. El 27 de abril habrá un Argentina-Inglaterra, una corona ganada que se disputa por primera vez, no hay tiempo para nada más. El 27 de abril, ‘Maravilla’ Martínez deberá transpirar kirchnerismo.
Eliana Toro
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