Medios que hablan de saqueos organizados, periodistas que hacen como el avestruz y esconden la cabeza en sus redacciones: ¡No hay que mostrar imágenes para evitar el efecto contagio! El 20 de diciembre terminó pero los saqueos se propagan por todo el país. En los barrios postergados de la zona sur del país se preparan para tomar supermercados. Sólo un grupo de individuos sabe qué está pensando Cristina de su propio 20 de diciembre.
11 años después, las imágenes, fotografías que vuelven a circular de nuestro país en el mundo, asustan. Argentina pareciese ser un territorio, un envase en donde 40 millones de personas no pueden convivir entre ellas, sin un proyecto en común y dispuesta a coquetear, permanentemente, con caerse al abismo.
"Podemos ser los mejores, pero también lo peor" cantaba el genial Cordera de la Bersuit original allá por el 2002 en la Argentinidad al Palo y los años pasan y nada cambia. 8 años han pasado y seguimos discutiendo si los músicos de Callejeros son culpables de la tragedia más grande de la historia del rock y de la ciudad de Buenos Aires. 9 meses después, los familiares de la tragedia de Once siguen dando vueltas en una estación de trenes buscando justicia y que el gobierno nacional los escuche. Pasan los años y la desidia que sufrieron dos familias que perdieron a sus hijos en un boliche bailable de Palermo, parece un recuerdo lejano. Decenes de mujeres siguen siendo rescatadas de la trata mientras un Congreso aprueba una ley tras la indignación ciudadana. Sin embargo, muchas más mujeres se introducen al negocio ante la mirada cómplice de un sistema judicial, legislativo y político que mira para otro lado. Ayer recordaron a las víctimas fatales de la "pueblada" del 19 y 20 de diciembre.
Hace una semana le pregunté al genial Christian Sanz si diciembre sería un mes violento tras observar las imágenes de la Casa de Tucumán destruida por manifestantes encapuchados y un Obelisto tomado por supuestos hinchas de Boca. El gobierno también esconde la mirada y quiere convertir a Hugo Moyano en el Eduardo Duhalde de hace meses. El primero fue socio constitutivo de la asociación ilícita en que se ha transformado el pejotismo (evito la palabra peronismo) en las últimas décadas.
El segundo llevó al poder al padre del kirchnerismo, santo de la espada para sus seguidores, un ladrón a secas para los detractores. La Argentina es el país de los negros y blancos. Eso sí, lo único que no cambia es la clase dirigente. Los que manejan las grandes empresas, sindicatos, el fútbol y el país son siempre los mismos. Se reconvierten como camaleones. El peronismo es capaz de comprar la carne, echarla al fuego, quemar el asado y venderse como el mejor parrillero del mundo. Caos y construcción en un mismo movimiento. La leyenda, aquella que Miguel Bonasso retrató magistralmente en "El palacio y la calle", cuenta que todo comenzó en Rosario. 11 años después, esa ciudad que fue noticia hace años porque la gente comía gatos para sobrevivir, vio cómo dos personas perdían sus vidas en medio de saqueos a supermercados.
El coreano del 2001 ya no llora pero un pariente lejano suyo evitó la muerte cuando vecinos intentaron prender fuego su local con su familia dentro en el conurbano bonaerense. En Resistencia, Chaco, anoche saquearon dos boliches bailables. No dejaron ni el agua mineral. La policía encarceló a dirigentes de la CCC que eran perejiles. Anoche Campana estronó y esta mañana en San Fernando la policía tuvo que reprimir para evitar lo inevitable. Bariloche es conducida por un kirchnerista que no pudo evitar que cientas de familias avanzaran como una avalancha por los locales de la ciudad. Hace unos minutos, un referente de Ciudad Oculta me explicaba que la bronca social está en aumento y que la ciudad de Buenos Aires no será una excepción. Lo peor aún no pasó.
Juan Manuel Abal Medina, el jefe de gabinete que recuerda a Baylac desafiando a los vecinos de la quinta de Olivos aliancista de reencontrarse a la misma hora del año próximo, hace como si nada pasase. La reina está desnuda y no habla. En las redes sociales, los críticos del gobierno desconfían de los acontecimientos y hablan de "autogolpe". Nadie cree en nada. Todo puede pasar.
Mañana sábado, víctimas de la democracia pedirán por otra navidad. "Navidad Vacía" será su cita en Plaza de Mayo. Hoy a la noche estarán intentando explicar qué está pasando en Ahora es Nuestra la Ciudad por FM Identidad.
Luis Gasulla
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