El Gobierno, empresarios y gremios tendrán el desafío clave de evitar que la inflación apure el paso en 2013, con la coyuntura electoral en el medio, en una economía argentina que se acelerará levemente para crecer entre 4 y 5 por ciento anual y que promete estabilidad para el mercado laboral.

El consumo interno volverá a ser el motor que impulse la locomotora de un tren en el que las disputas por la distribución de la riqueza no cesará, dado que mientras los sindicatos reclamen subas salariales en torno al 25 por ciento, los empresarios intentarán contener para no perder rentabilidad en un escenario de incrementos general de costos de producción.

La demanda externa de productos argentinos aportará al superávit comercial —fogoneado por el cierre de importaciones— en línea con una leve reactivación del consumo en Estados Unidos, Europa y China, aunque no será determinante para la actividad local a diferencia de la necesidad de incrementar la inversión privada en relación al PBI.

El 98 por ciento de las empresas industriales no espera sumar personal en 2013; el 1,2 sí lo prevé y el 0,8 por ciento estima una baja, aunque el 87,8 por ciento de las firmas anticipa un ritmo estable en la cantidad de horas trabajadas, según una encuesta que el INDEC hizo recientemente al sector.

El Gobierno estipuló en el Presupuesto 2013 —en el que como en toda la era kirchnerista se observa la subestimación de ingresos y gastos y la falta del ajuste de las remuneraciones a los empleados públicos— que la economía crecerá al 4,4 por ciento, mientras que el Banco Central prevé una expansión del 4,6.

Las consultoras privadas dan sus propias proyecciones y para Economía y Regiones, por ejemplo, la expansión será del 3,7 por ciento impulsada por buenos precios de la soja y un mayor crecimiento económico de Brasil, aunque para Miguel Bein y Asociados el salto podría ser el 5 por ciento.

En el panorama que dio la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para la Argentina se espera un crecimiento del 3,9 por ciento, a tono con el 3,8 por ciento de la Región, a partir de un mayor dinamismo de Brasil y una recuperación en materia agrícola.

Según el Fondo Monetario Internacional el país se expandirá un 3,1 por ciento, por debajo del 3,9 por ciento de América Latina y el Caribe, y de acuerdo a las previsiones del Banco Mundial, Argentina experimentará un crecimiento del 4,4 por ciento.

Será decisivo el conjunto de medidas que lance el Gobierno de Cristina Kirchner (en un año atravesado por las elecciones legislativas) que por estas horas evalúa modificaciones en el Impuesto a las Ganancias, acuerdos salariales cerrados para marzo en los principales sectores y la ampliación de los planes sociales para la población más vulnerable.

Las tensiones serán profundizadas más por pujas de corte político que por cuestiones de números, dado el duro enfrentamiento que la Casa Rosada tiene con la CGT Azopardo que lidera el otrora aliado inquebrantable Hugo Moyano y la CTA opositora de Pablo Micheli.

Los vencimientos de deuda en 2013 alcanzan los 9.300 millones de dólares de capital y unos 5.900 millones en intereses, equivalente a unos 15.200 millones, no mucho menos que los 15.478 millones de 2012, aunque bajará la proporción del pasivo con los acreedores privados hasta los 5.500 millones contra 7.400 de este año.

Los fondos que no vayan a la deuda serán volcados por el Gobierno al mercado interno y a inversiones para resolver problemas urgentes, como el déficit energético a través del aumento de la producción petrolera de la mano de YPF y una eventual nacionalización de firmas eléctricas como Edenor, Edesur y Transener.

Ante la menor necesidad de dólares para compromisos externos, la AFIP flexibilizará la comercialización de dólares para turismo pero permanecerá el cepo total para el mercado inmobiliario, el cual se pesificó en tiempo récord con un consecuente desplome de actividad que terminó repercutiendo en la construcción, que cayó 3 por ciento este año.

Ahí atacará la Casa Rosada con el plan de obras "Mas Cerca", que destinará unos 3.547 millones de pesos sólo en la Segunda, Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima sección de la provincia de Buenos Aires, mientras continúe el desarrollo del plan hipotecario Procrear en todo el país, que alcanzaría las 100.000 viviendas en el año que inicia.

Javier Álvarez
Agencia NA