Sin entrar a analizar cuestiones de el porque llegamos a donde estamos, económicamente hablando me refiero y, digo económicamente porque no es la intención en estas líneas de despotricar sobre el por qué llegamos a ser lo que somos como sociedad, al tropezar en nuestra historia sistemáticamente con funcionarios corruptamente sospechados.
Es necesario hacer un céteris páribus social y enfocarnos en tratar de entender el por qué de la elección de un rumbo económico azaroso, de la cuestión de estar constantemente atando con alambre las falencias que van surgiendo – que dicho sea de paso, cada vez son más grandes- si en estos tiempos que corren, se da muchísimo valor a los estados de saberes por sobre los instintos primitivos; aunque, convengamos, que generalmente
Y miren si no es cierto que damos puntadas sin hilo, si en varios países limítrofes, han tenido y seguirán teniendo un crecimiento sostenido y, tal vez no crecimientos espectaculares que podrían cuestionar muchos analistas devenidos a oficialistas, a los cuales les gustan los números bien llamativos, pero lo cierto es que estos Estados sudamericanos, están en la misma órbita global que nuestro país, es decir, que ellos son igual de receptivos que el nuestro ¿Y entonces por qué a ellos no los afecta y a nosotros si? La respuesta es simple, a ellos si los afecta y de la misma forma, sólo que sus planteos económicos, sus planes económicos, sus aspiraciones económicas van en línea recta hacia objetivos sólidos, por lo que les resulta más fácil retomar el rumbo si es necesario, cuando algún coletazo económico exterior los alcanza.
Nosotros aquí, tenemos otra visión de lo que es la economía, de los que es un manejo de un país, al creer que es lo mismo que adoctrinar a un niño pequeño, al decirle esto no se hace, no se debe hacer o esto es lo correcto para vos, sin tener en cuenta que los agentes económicos reaccionan disímil a un infante.
Y si no, miren sin irnos muy lejos en el tiempo, por ejemplo las primeras medidas relacionadas con el congelamiento de precios, que estuvo en vigencia unos meses en escena, durando objetivamente en aquellos locales que únicamente se les obligó a cumplir esta disposición, lo mismo que duraría un panal de abejas en las manos de un oso, es decir, nada. Aunque para ser justos, hay que mencionar que en algunas cadenas de supermercados duró más tiempo —y por qué no decir, duró el tiempo estipulado de antemano— sólo que también deberíamos hacer referencia que previo “frizado” de precios, los mismos fueron retocados hacia arriba, lo que les dio un colchón favorable para que fuera exitosa esta medida.
Para terminar quiero que se pregunten a sí mismos, si creen que la economía tiene un buen futuro, si en este barco económico en el que vamos alguien podrá gritar alguna vez tierra a la vista. Aunque si seguimos en este rumbo, como por ejemplo con nuevos intentos banales de congelamiento de precios —ahora van por 500 artículos de supuesta primera necesidad— con el agregado de que esta vez, la medida va acompañada de la implementación de uno de los métodos más ortodoxos de los kirchneristas, que hoy están saliendo a la luz y que por años estuvieron mal que mal bien maquillados ¿De qué estoy hablando?
De los que pensó seguramente usted, de la intimidación. Así que no se sorprenda al ver por las calles al Secretario de Comercio Interior y a sus muchachos, al mejor estilo de la película Pandillas de Nueva York, dándole palos a quien no se adecuara a esta economía progresista.
Alejandro Rezz
Alejandro Rezz