Me avergüenzo de ser argentino, ya que aún los periodistas “críticos” como los supuestos miembros de la oposición se han solidarizado con los recientemente escrachados Amado Boudou y Axel Kicillof, repudiando los silbidos y abucheos merecidos por estos dos representantes de la banda que viene saqueando al país.
Es inconcebible que se pretenda que el pueblo pensante y sufriente admita mansamente la expoliación y el destrato que viene dándole el kirchnerato.
Cuando la Presidenta dijo “les pido que sean respetuosos hacia los que no piensan igual”, está mofándose de gran parte de la sociedad, pues ella y sus secuaces son los que jamás respetaron el disenso y la crítica del modelo de corrupción imperante desde el 25 de mayo de 2003.
Además, el gobierno K jamás se solidarizó ni hizo comentario alguno cuando los escrachados fueron sus críticos.
Que ahora periodistas del Grupo Clarín y otros que han sabido mantener una conducta profesional hayan alzado sus voces criticando a quienes silbaron y abuchearon a dos funcionarios responsables del descalabro económico del país, implica una muestra cruel de hipocresía.
Cuando el pueblo se expresó en marchas multitudinarias contra “el modelo”, desfachatadamente el gobierno minimizó ese clamor popular, despreciando el mensaje que directamente se le emitía para cambiar un rumbo que lleva al precipicio. Incluso muchos lenguaraces oficialistas se refirieron irónicamente a esas marchas de ciudadanos hartos del saqueo y autoritarismo.
A los ciudadanos que no son ni asalariados ni beneficiarios por parte Estado, les queda como única forma de protestar esa pacífica manera de expresar su repudio.
Personalmente, le sumaría el lanzamiento de un huevo a cada uno de los funcionarios corruptos, con el simple objetivo de que se den por enterados del hartazgo social.
Al menos no será tan reprochable como los escupitajos dirigidos a las fotografías de periodistas y actores escrachados en la Plaza de los Dos Congresos, ni tan soez como orinar ante el Altar de la Catedral Metropolitana, como Hebe de Bonafini.
Es necesario demostrar que la sociedad argentina no es un grupo de ovejas. De hecho, me siento orgulloso y representado por aquellos conciudadanos que tuvieron la oportunidad de expresarse contra el vicepresidente en Santa Fe, y contra el viceministro de Economía en Buquebus.
Enrique Piragini