Dos hechos de importancia sucedieron en este mes de marzo del 2013, el día 5 se anuncio del fallecimiento del dictador de Venezuela, Hugo Chávez, cuando otros informes indican que su muerte se produjo en Cuba el 29 de diciembre del 2012. Y el otro fue la elección del cardenal argentino Jorge Bergoglio como Papa, el 14 de marzo.
Analicemos el primero de estos acontecimientos. El caudillo y tirano de Venezuela, gobernó su país por más de 10 años, y pretendió implantar en él una revolución socialista, aunque el término más adecuado sería comunista, del mismo modo que lo hizo en Cuba Fidel Castro, hace más de 50 años.
Siempre se reconoció un seguidor del líder guerrillero cubano y del modelo de su revolución en la isla. Entonces cabe preguntarse ¿Qué es lo que vio? ¿Qué es lo que quería copiar o imitar? ¿Nunca se dio cuenta que después de más de medio siglo de gobierno de los Castro, Cuba en vez de progresar retrocedió y se quedó en el tiempo?
Aquellas lujosas mansiones de fines de los 50, hoy convertidas ruinas donde viven familias a pesar del peligro que ello implica, por falta de viviendas. La racionalización de los alimentos para el pueblo cubano. La prohibición para ellos de alojarse en hoteles, algo que está reservado solo para los turistas, “que son los que dejan dólares”, e incluso de adquirir ciertos elementos, como shampoo, jabón, vaqueros, que los lugareños piden a los turistas que se lo compren para ellos. Recién hace poco se les permitió el uso de celulares.
¿Es esto lo que Chávez quería para Venezuela? ¿O simplemente al igual que Castro solo quería perpetuarse en el poder?
Lo concreto es que dilapidó una inmensa cantidad de dólares, beneficiado por la suba del barril de petróleo. Esto fue publicado en el Nuevo Herald de Venezuela el 7/09/12: “Cuando Chávez asumió el gobierno en 1998 el barril costaba $
A pesar de esa fabulosa fortuna que recibió por la exportación de crudo, no pudo concretar los cambios prometidos al pueblo venezolano, convirtiéndose así en otro líder mesiánico cuya ceguera ideológica le impidió aprovechar la bonanza económica que vivió su país por más de una década, para producir el desarrollo que se necesitaba y llevar una real mejora a toda la sociedad.
Chávez se convierte así en un claro ejemplo en donde el fanatismo ideológico le impide reconocer la realidad que lo rodeaba, alucinaba y se creía el salvador, el único capaz de llevar adelante ese proyecto, por eso buscaba su reelección en forma permanente. El denominador común en todos estos ególatras, presuntuosos, que se creen inmortales, e incluso blasfeman contra Dios, hasta que la realidad se hace presente de la forma más cruel marcándoles su final, entonces su arrogancia de transforma en súplica, y con un rosario en sus manos dicen “pido a Diosito que me de vida”, “acepto los sufrimientos que me mandes pero dame vida”. “Dame tu corona de espinas”, triste final de alguien que se sentía todopoderoso.
El segundo caso, la elección de Bergoglio como Papa.
Esto provocó en el gobierno de nuestro país, de gran similitud con el del extinto Chávez, una verdadera conmoción en el partido gobernante y una crisis de nervios a nuestra Presidente, no es para menos, no solo no le concedió 12 audiencias que él le había solicitado, sino que buscó la forma de no asistir a los Tedeum celebrados por Bergoglio en las festividades patrias, buscando que los actos centrales se llevaran a cabo fuera de Buenos Aires.
Es más, se dice que el gobierno montó una operación para desprestigiar al Cardenal, en la que se lo quería vincular con la desaparición de dos sacerdotes durante el último gobierno militar, y que se hizo llegar a
Se dice que después de recibir el Papa a Cristina, el gobierno a través del canciller Timerman pidió que se emitiera un comunicado desmintiendo este incidente, pero dicho pedido fue denegado.
De ser cierto esto último, es de imaginarse cómo le cayó a Cristina la noticia de la elección de Francisco, y lo que ello implicaba, el ir ella a ver a quien no quería ver, y mostrar una sonrisa cínica contra quien había complotado.
La alegría de muchos millones de argentinos de tener un Papa criollo, contrastaba con el desencanto de los comunistas que apoyan a este gobierno afín a su ideología. Quienes encabezados por el periodista de Página/12, Horacio Verbitsky, no ahorraron críticas contra el nuevo sucesor de Pedro, lo mismo sucedía desde Carta Abierta, rejuntado de comunistas que se hacen llamar filósofos, y como es conocido, esa doctrina es anticatólica, por ende quienes la impulsan están en contra de
Pero mientras todos ellos destilaban hiel, la gran mayoría de nuestro pueblo rebozaba de alegría, y una gran cantidad de fieles alborozados que hacían vigilia durante la noche frente a las iglesias de todo el país, recibían la bendición especial del Santo Padre.
Nace así una nueva esperanza para detener el atropello de quienes ejercen el poder en forma tiránica, avasallando las instituciones de
Dios ve las necesidades y escucha las súplicas del pueblo argentino.
Luis Razzolini
luisrazolini@gmail.com