Ya pasaron más de 24 horas de unas de las peores inundaciones tanto para la Capital Federal como para municipios de la provincia de Buenos Aires.
Un total de 31 muertos, una barbaridad, una tragedia. Casas, autos, capital de trabajo, y muchos objetivos perdidos, sin importar de qué jurisdicción sean. No es la primera vez que pasa en la argentina.
Me parece que no es momento de hacer política. Es momento para que los que verdaderamente tienen ambición política, no de poder, aquellos que realmente quieren dedicar su tiempo a gestionar por el bien de la gente, dejando de lado sus ambiciones personales, se junten para proyectar al menos 20 políticas públicas, que sin importar quien sea que las ejecute, sino simplemente el hecho de ejecutar.
Anteayer fue la inundación, hace un año atrás fue la falta de políticas sobre transporte público (accidente de Once), la falta de políticas públicas sobre educación, salud, seguridad, posibilidad de trabajo. No creo que sea utópico, que se establezca un plan de acá a 20 años el cual no puede ser dejado de lado, más allá de quién sea el gobierno de turno. Pero para esto se necesita dejar de lado el peronismo, el radicalismo, el socialismo; se necesita, a mi manera de ver las cosas, de madurar, de tirar todos para el mismo lado. Tanto para los políticos como para los ciudadanos.
Si seguimos así, divididos, no se asombren si la próxima inundación las consecuencias son peores, si el año que viene los alumnos pasan tres meses sin clases, si las víctimas por robos aumentan más del 50%. Adhiero que todo lo que se puede prevenir no es un accidente.
Dejemos las banderas políticas a un lado, pensemos en el futuro, en verdaderas instituciones que nos aseguren calidad de vida. Tratemos de madurar como sociedad.
Lucas De Nardo
lucasdenardo@hotmail.com