“En la Argentina ni los desastres ni el riesgo se conciben como procesos socialmente construidos (…) se los vislumbra como eventos aislados y fortuitos, inmanejables como productos de una naturaleza caprichosa y arbitraria. Esta visión acotada implica la falta de una hipótesis de riesgo en el diseño de las políticas públicas e impide una gestión adecuada”. Lorena P. Schejtman-
Las inundaciones no son ninguna novedad. Ya el 5 de abril 1818, mientras se producía la Batalla de Maipú los porteños soportaron crecientes que produjeron muchísimos ahogados.
Los informes sobre fenómenos hídricos abundan. Se puede acceder a ellos desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde la Provincia de Buenos Aires, desde Brasil o desde dónde estén: unidos y hundidos.
En realidad, es mejor que se prevenga. Ambos están unidos-hundidos en su situación familiar. Ambos son “hijos de papá”. Ambos provienen del mismo gestor político. Ambos se dicen peronistas. Ambos aman el deporte. Ambos, unidos-hundidos dejaron de ser protegidos por los medios dominantes. Hoy, conviene despegarse. Ya los usarán y ellos aprovecharán. Otrora se pelearon por la basura. Unidos-hundidos se hablaron por la mañana. Ambos dicen, pero no hacen. Unidos, hundidos en la ignorancia.
En diciembre de 2002, Sergio Montico, de la Cátedra Manejo de Tierras, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la estatal Universidad Nacional de Rosario, decía: “aún cuando Florentino Ameghino lo advirtiera claramente en 1884, [ se puede descargar el libro “Las Secas e Inundaciones en la Provincia de Buenos Aires”, del sitioweb: www.efn.unc.edu.ar/otros/bibliocentro/index.../62-Ameghino.pdf] muchas obras de infraestructura fueron construidas y se siguen construyendo, sin tener en cuenta el riesgo en su diseño, típico caso de las rutas y de los caminos vecinales, redes pluviales o cloacales y hasta obras protectoras de contención. Una inundación es un desastre detonado por un evento normal o extraordinario que afecta a la sociedad (…) desde hace años, en los países desarrollados, se aborda la planificación del desarrollo en regiones amenazadas potencialmente por inundaciones a través de cartas de riesgos hídricos. Este recurso herramental, además de servir de base para legislar sobre la ocupación del espacio físico, es sumamente importante para generar sistemas de alerta urbano o rural, orientar la valuación fiscal, prevenir a la defensa civil, dimensionar el riesgo asegurable, valuar las emergencias agropecuarias, proteger al Estado ante reclamos especulativos, ordenar las acciones ante emergencias, planificar las obras civiles y fundamentalmente, aportar al ordenamiento territorial. Desde la planificación y gestión de los recursos hídricos la conceptualización del riesgo, en términos de la teoría social del mismo, permite incorporar cuatro dimensiones: peligrosidad, vulnerabilidad, exposición e incertidumbre. Generalmente, el problema de las inundaciones se ha considerado de manera fragmentaria, dando un tratamiento desigual a cada una de estas dimensiones, componentes del riesgo. La incorporación a la evaluación de las inundaciones, de abordajes integrados, y el apoyo de herramientas pronóstico y de alarma como la modelación, permite cuantificar los cambios inducidos por acciones del hombre, sus efectos y la posible modificación de la calidad ambiental”. 1
La politóloga Lorena P. Schejtman, en 2006, sostenía que “una de las problemáticas ambientales más acuciantes en la Argentina son las inundaciones, sobre todo cuando se contemplan las consecuencias que generan este tipo de desastres sobre las poblaciones en las que impactan. Su recurrencia cada vez mayor y sus efectos crecientemente perjudiciales sobre las comunidades más vulnerables nos exigen posar nuestra atención sobre ellas”. 2
En octubre de 2009, la Cruz Roja Argentina, publicó “Documento País: Riesgos de desastres en Argentina. Resumen ejecutivo”, en donde especifican diversos ítems, entre ellos:
<<En relación a los principales riesgos de desastre:
“A lo largo de su historia la Argentina se ha visto afectada por distintos tipos de desastres. Los más predominantes, tanto por los daños que ocasionan como por sus recurrencias, son aquellos vinculados a amenazas de origen hidrometeorológico, y en particular, las inundaciones (…) El creciente impacto de determinados eventos a lo largo del tiempo, especialmente aquellos de origen hidrometeorológico, no pueden explicarse a través de un aumento de las amenazas. Estas constituyen una condición necesaria para la ocurrencia del desastre pero operan como detonadoras y no como sus causas básicas, que deben asociarse a procesos de construcción de vulnerabilidades.
La interacción entre el sustrato natural y la producción social del territorio, a lo largo del tiempo, han ido configurando situaciones de gran desequilibrio y consolidando un amplio conjunto de vulnerabilidades, muchas de las cuales se potencian entre sí, en un circuito de retroalimentación positiva que se pone en evidencia frente a la materialización de los riesgos.
Entre los procesos de construcción de vulnerabilidades, cabe mencionar los procesos de ocupación del territorio y modelos de desarrollo, divorciados de las características y potencialidades del medio natural que derivan, entre otras cosas, en:
< Una utilización irracional de los recursos naturales, patrones de uso del suelo estimulados por una ganancia económica de corto plazo, que no contemplan visiones a más largo plazo. Por ejemplo, las elevadas tasas de deforestación que registra el país en los últimos cinco años en pos de convertir áreas de bosque en zonas de cultivo de soja, sin contemplar sus consecuencias sobre el balance hídrico, la erosión, las dinámicas de escurrimiento del agua ni los impactos derivados de la expulsión de población rural, que tradicionalmente ha vivido del bosque y en armonía con este.
<Un crecimiento no planificado de los asentamientos humanos, la ocupación de áreas de muy elevado riesgo, por ejemplo, las llanuras de inundación de los cursos de agua, sometidas periódicamente a inundaciones que dejan a la población asentada allí en una situación de crítica fragilidad.
<Vinculado al punto anterior, la ausencia de normativa y/o controles en el uso del suelo, tanto en zonas rurales como urbanas, que evite tanto los asentamientos en es tas zonas de riesgo como la construcción de nuevos riesgos.
<La construcción de infraestructura física que no considera el análisis de riesgo en su diseño.
(…)
En los grandes centros urbanos las falencias vinculadas a la gestión de residuos sólidos adquiere alta criticidad, debido a un tratamiento inadecuado, la falta de mecanismos administrativos y legales destinados a la remediación de pasivos ambientales (basurales, canteras, etc.) y una debilidad en los mecanismos de fiscalización y control respecto de la disposición final de los residuos tóxicos y peligrosos(…)
<Medidas de prevención ex post y enfocadas en obras de infraestructura (diques, terraplenes, etc.) que a menudo crean nuevos escenarios de riesgo.
<Carencia de instrumentos técnico metodológicos que permitan la inclusión y la consideración del riesgo en los procesos de planificación del desarrollo y de la inversión pública y privada.
<Un histórico sesgo científico-técnico en la gestión del riesgo que deja relegado el papel de otros actores, por ejemplo las propias comunidades vulnerables>>. 3
Para ambos y para aquellos otros funcionarios que deseen “profundizar” en el tema se recomienda visitar:
Siniestros hídricos. 4
Asimismo, para concientizar a los niños sobre estos desastres es viable recurrir a la Estrategia Internacional para La Reducción de los Desastres (EIRD) de las Naciones Unidas. 5
Las cifras de víctimas fatales varían a la fecha, pero ellos siguen unidos… ¿hundidos?
Néstor Genta
Bibliografía y reconocimiento de autores:
1. Montico Sergio. Inundaciones: Necesidad de un enfoque integral. 2002.QUE IL http://www.fcagr.unr.edu.ar/Extension/Informes%20tecnicos/inundaciones.htm
2.Schejtman Lorena “Políticas públicas e inundaciones en la cuenca de la laguna La Picasa”
webiigg.sociales.uba.ar/iigg/.../Schejtman%20-%20tiempo.pdf
3 .AAVV.Documento País: Riesgos de desastres en Argentina. Resumen ejecutivo. 2009.
http://www.cesam.org.ar/publicaciones.htm