Esta última vorágine de acontecimientos nacionales e internacionales, distrajo momentáneamente a la opinión pública de las realidades cotidianas, pero como toda realidad, tarde o temprano aflora y se muestra de forma inexorable.
En estos días, un gran porcentaje de la población observa azorada cómo el Poder Ejecutivo envía al Congreso nacional varios proyectos, denominados con gran pompa en su conjunto “leyes democratizadoras de la Justicia”.
Sin hipocresía puede afirmarse que la Justicia no puede ser democrática, pues aceptar como justa la opinión de una mayoría elegida por el pueblo en la resolución de un caso judicial no significa obrar con razón.
La mayor prueba de ello son algunas decisiones legislativas consideradas inconstitucionales. Esta última atribución del poder judicial es la que afirma la esencia misma de la sobrevivencia de la República haciendo cumplir el mandato de su Carta Magna. Por tal motivo, este importante poder de la Nación debe conservar la mayor independencia de cualquier injerencia partidaria.
Es tan evidente la prisa del Poder Ejecutivo y su rama legislativa para tratar este tema antes de las elecciones, que hace desconfiar al ciudadano común sobre el alcance de estos proyectos. ¿Están pensados en beneficio del pueblo o de la corporación política de turno en el manejo de los fondos públicos?
En la práctica, este debate no solucionará en absoluto las preocupaciones cotidianas de la población: inseguridad, mala atención de la salud y la educación pública, pésimos sistemas de transportes, inflación, narcotráfico, fronteras indefensas, mar argentino depredado, obsolescencia de la infraestructura básica (caminos, energía, puertos), etc., todo esto producto de la corrupción generalizada, el mayor flagelo que azota a la Argentina.
De ahora en más la pregunta es obvia, si el Estado nunca recaudó tanto como en los últimos 10 años ¿Dónde está todo ese dinero?, la repuesta también es lógica. Si uno tiene muchas gallinas y un zorro en un corral, y todos los días desaparece un ave, aunque no lo vea, no hay dudas que el culpable es el zorro, porque las gallinas no se comen entre ellas. Llegado a este punto, la decisión debe ser estratégica: hay que circunscribir la acción del zorro y en lo posible sacarlo del corral y encerrarlo con sus pares.
Entonces, en lugar de discusiones anodinas en recintos públicos y privados que solo buscan beneficios personales e impunidad, es necesario que todos los políticos y funcionarios honestos difundan y luchen para que su probidad quede demostrada haciendo conocer y exigiendo el tratamiento inmediato en el Congreso del siguiente proyecto de ley presentado por el diputado nacional Federico Ramón Puerta el 29 de noviembre de 2012, que desde entonces se encuentra “durmiendo el sueño de los justos” en la comisión de Legislación Penal de dicha Cámara.
El mismo propone la incorporación al Artículo 62 bis la imprescriptibilidad de la acción penal para delitos de fraude contra la administración pública, cohecho y tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, nefociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, exacciones ilegales, enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados, y prevaricato.
Hasta ahora, ni oficialismo ni oposición trataron este tema, tampoco tuvo presencia en ningún medio de prensa; es por eso que es tan necesario e importante difundir este proyecto, pues en este año de elecciones legislativas sería de sumo interés para la ciudadanía saber cuál agrupación política en lo colectivo o qué candidato en lo personal defendería un proyecto de ley, que de aprobarse, sería de importancia estratégica para el futuro del país.
Todos los habitantes tendrían así la seguridad que el funcionario público deshonestoque hubiese logrado unincremento indebido de su patrimonio personal, quedaría para siempre bajo la atenta mirada de la justicia y la ciudadanía.
Es importante recordarles a los legisladores oficialistas y sus aliados, que en el caso de tratarse este proyecto en el recinto legislativo, un pequeño extracto del discurso de la Presidenta pronunciado por cadena nacional el 5 de abril del corriente año con motivo de las inundaciones ocurridas en las ciudades de Buenos Aires y La Plata:
“Mi gran obsesión es que todo esto que la gente está dando y todo esto que está dando el Gobierno, llegue a quienes realmente lo necesitan, que nadie se quede con lo que no le corresponde. Porque cada uno que se queda con lo que no le corresponde, se lo está quitando a alguien que lo necesita.”
Ricardo Alfredo Rey