Esta noche, revista Noticias promete meterse en un tema tan coyuntural como escandaloso: la sociedad de Jorge Rial y Luis Ventura en torno a los chimentos y los aprietes a los famosos.
“Son amigos pero Rial es el que encabeza la sociedad con Ventura. Tienen mucho poder dentro de América”, dice la promo de la publicación que saldrá en unas horas.
He aquí un anticipo de lo saldrá hoy:
La rémora es un pececito de lo más interesante. Tiene ventosas en la cabeza, con las que se adhiere al abdomen de un tiburón. Con esto, gana movilidad, protección y, además, sustento. Porque la rémora se alimenta básicamente de dos cosas: de los parásitos en la piel del tiburón y de los restos de comida que caen de la boca del animal más grande. ¿Qué gana el tiburón? Higiene. La rémora lo mantiene desparasitado, le saca la mugre de encima.
La relación personal y profesional entre Jorge Rial y Luis Ventura podría equipararse, quizás antojadizamente, con la del tiburón y la rémora. Son mutuamente funcionales, pero cumplen roles muy distintos.
Aún cuando una máxima como “la información es poder” pueda sonar trillada, nada la hace más cierta que la sociedad entre Rial & Ventura. A lo largo de tantos años han logrado crear una especie de multimedios que incluye televisión, radio, gráfica, internet y un archivo envidiable. Una red de fuentes y contactos los abastece de información personal y escandalosa sobre celebridades de todos los ámbitos. Muchos les temen por lo que saben. El mensaje tácito parece ser: “El que se mete con nosotros, pierde”.
En este “show del apriete”, del que ellos son sus máximos exponentes pero no los únicos, hubo víctimas famosas: Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand, Jorge Lanata, Diego Maradona.Y otras menos conocidas como la ex Gran Hermano, Marianela Mirra, a la que Rial le prometió, en cámara, que le tiraría encima “un tsunami” por haber revelado el malogrado flirteo mantenido con él por Whatsapp. En el mundo del espectáculo ya se aprendió, entonces, a valorar el silencio de este tándem. Porque cuando ellos hablan parados frente a una cámara, suena el escarmiento.
Le pasó a Mirra, que sintió todo el peso de la maquinaria Rial cuando quiso desafiarlo revelando la intimidad que había existido entre ambos, lo que provocó una temporaria ruptura en la pareja del conductor con Mariana Antoniale. Desde “zorra” a “puta”, Rial le dijo de todo y no tuvo empacho en jurarle venganza.
Lo mismo le ocurrió a Lanata y al conductor de “Bendita”, Beto Casella, cuando se metieron con la vida privada de Ventura. Lanata habló en Radio Mitre sobre el supuesto hijo extramatrimonial que el Intruso tendría con la vedette cordobesa Fabiana Liuzzi. Y Casella comentó, no sin malicia, sobre lo inusual que le resultaba el silencio del conductor. Durante una comunicación telefónica al aire entre Ventura y Casella, en el programa radial que este último conduce por FM Pop, ambos llegaron a niveles de insultos y amenazas poco dignos de caballeros. Todas muestras de una tevé desquiciada en la que, al aire, se ponen en juego cuestiones personales y sus respectivos pases de facturas.
Dentro de la dupla más temida de la prensa farandulera, la balanza del poder se inclina hacia el lado de Rial. Igual que en el agua, el tiburón es más fuerte que la rémora. No por nada, cuando estalló el escándalo de la atribución de un hijo extramatrimonial, Ventura dijo a través de su propia cuenta de Twitter: “Si Rial quiere, hoy hablo de las paternidades no asumidas en Radio Mitre y de los ADN en Clarín”. Y, sin embargo, la clave no está en el tono amenazante con el que busca arrinconar a Lanata, sino en las tres primeras palabras. “Si Rial quiere”. Consultado al respecto por Noticias, el mismo Rial es escueto: “De ese tema prefiero no hablar, me excede”.