Hace cuatro años, probé en dos ocasiones marihuana. ¿Cuál fue el efecto? Que me dio sueño. ¿Volvería a consumir? No. ¿Esto me hace una consumidora responsable? No, me convirtió en una estúpida. ¿Por qué? Porque en ningún momento se me ocurrió preguntarme: ¿qué sé de la marihuana?, ¿qué sé de mi cuerpo?, ¿qué sé de los efectos de la marihuana en mi cuerpo? Esas mismas preguntas son las que ahora se hacen los holandeses, y son las que están obligando a reconsiderar su normativa.
Se habla en Chile de la libertad individual y del control del narcotráfico como efectos positivos de la despenalización, y se cita a Holanda en los debates. En 1976, cuando Holanda aprobó la “Ley del opio” o política Gedogen, se habló de la despenalización con los mismos argumentos, señalándose que sin aumentar el consumo, la venta tolerada de marihuana evitaba que el comprador acabara en el mercado negro. Más de 30 años después, los informes de los últimos años y que han sido la base para el cambio de legislación en ese país, demuestran que esos dos argumentos son errados.
En primera, los holandeses no se hicieron una pregunta, que ahora tampoco se hace en Chile: ¿sabemos cuántos tipos de marihuana hay? En Holanda cada “coffee shop” crea su propia especie,mezclando y creando hibridos (Arjan’s Haze 1; Arjan’s Haze 2; Super SilverHaze; Great white shark, neville’s haze, himalaya gold, White Rhino, arjan’shaze 3, Arjan’s ultra haze 2…). En 1976 se planteó que la despenalización controlaría el narcotráfico. Pero lo que se ha probado es que los coffee shop se descontrolaron, y que para crear estas variedades han recurrido a las mafias. Porque lo que se despenalizó fue la venta y consumo, no su producción, por lo que el circuito de la mafia sólo cambio de la venta directa al consumidor a la venta a los coffee shops. O sea, no se redujo el narcotráfico.
¿Por qué en Holanda se consume menos droga que en otros países? Porque no existe el consumo “libre”. Sólo se permite su venta en pequeñas cantidades en los coffee shops. Para cultivar se necesita un permiso oficial, los coffee shops sólo pueden tener en existencia menos de 500 gramos,y el consumo en calles y otros lugares que no sean los coffee shop está fuertemente penado. Las penas impuestas para el tráfico, cultivo, fabricación, transporte y venta de drogas blandas (y duras) son de hasta 4 años de cárcel (12 con las duras) o 74.000 euros de multa. La posesión de más de 30 gramos de marihuana puede acarrear dos años de prisión, o 18.500 euros de sanción. Hasta 30 gramos,un mes de reclusión o 13.700 euros. O sea, un marihuanero no puede cultivar su propia marihuana (no que no lo haga, sino que no puede hacerlo), y (desde el 1 de mayo del 2012) tiene que ser socio de uno de estos coffee shop, hasta máximo de dos mil socios, quienes deberán probar que residen de manera permanente en Holanda. Lo que no se penaliza es portar un máximo de cinco gramos, pero lo demás sigue siendo ilegal. ¿Qué esto es violación de los derechos humanos y atenta contra la libertad individual? No. La Corte Europea de Derechos Humanos, y la Corte Europea de Justicia, adonde han recurrido los dueños de coffee shop para impedir el cambio de legislación, han determinado que no hay violación de ningún derecho humano. No se impide a quien quiera consumir marihuana que lo haga… pero lo tiene que hacer cómo determine el Estado holandés.
Pero si la marihuana es una droga blanda, ¿por qué Holanda está cambiando de actitud? Porque la experiencia holandesa es lapidaria: la marihuana es una droga. Punto. No es una droga “blanda”, es simplemente una droga, y como tal tiene efectos en el cuerpo. ¿Qué efectos? Esquizofrenia. Los estudios del Trimbos Instituut, el instituto holandés de salud mental y de toxicomanía han mostrado un incremento de esquizofrénicos holandeses gracias a la marihuana. La Universidad de Cardiff demostró que los fumadores habituales tienen un 30% más de posibilidades de desarrollar la enfermedad, independientemente del uso de otras drogas psicoactivas y sin que medie ningún rasgo de la personalidad que pudiese predisponer al sujeto hacia la esquizofrenia. El riesgo de padecer esquizofrenia fue mayor entre quienes admitieron haber probado la droga en más de 50 ocasiones a lo largo de su vida. Y eso cuando la concentración de tetrahidrocannabinol (THC) es de menos del 15%. La nederwiet (la variedad holandesa) supera el 15%. Y hay muchos otros informes que ratifican esta triste consecuencia.
¿Queremos hablar de despenalización? No lo hagamos como hasta ahora, porque la experiencia holandesa nos rebate los argumentos. Hablemos de regular, pero si lo hacemos planteemos claramente las cosas.