Cualquiera que haya estudiado periodismo sabe que hay cinco preguntas que deben responderse cuando se escribe una crónica: son quién, cómo, cuándo, dónde y por qué.

Este concepto, de primer año de la universidad, parece no haber llegado a los colegas de agencia Télam. Es que, como es su costumbre, relata una información pero sin mencionar el “quién” la produjo.

Tiene que ver con una denuncia hecha contra el massista Darío Giustozzi por utilizar fondos municipales para hacerse propaganda.

“El diputado nacional y precandidato a gobernador bonaerense del Frente Renovador fue acusado ante la justicia por la pauta publicitaria con la cual el dirigente massista promocionó su imagen durante el Mundial de fútbol disputado en Brasil”, dice la crónica de Télam.

Lo que no menciona es que el denunciante es el abogado Enrique Piragini, a quien el aparato de propaganda oficial se ha dedicado a denostar en los últimos años, por sus señalamientos contra el kirchnerismo. Esto explicaría por qué no se lo menciona en el artículo mencionado.

Sin embargo, no lo justifica: el destinatario de la información siempre es el lector y debe privilegiarse a este por sobre los intereses del medio.

Giustozzi es enemigo del kirchnerismo en estos días, luego de años de alineamiento oficial, y el golpe hacia él permite embestir contra Sergio Massa. Por eso Télam hace lo que hace, lo cual está bien, pero mencionando a quien impulsó la denuncia. Si no, no es periodismo.