El diario La Nación publica, en la página 28 de su edición del jueves pasado, una editorial en la cual menciona que usted intervino como juez federal de la Capital en la necropsia practicada en la morgue judicial a Carlos Menem (h), 15 meses después haber fallecido, y agrega que usted “recordó hace dos días que el cuerpo (analizado) era el del hijo de Menem”.
No sé qué pruebas tiene usted para hacer esta última afirmación, pero la perito odontóloga Dra. Beatriz Maresca, afirma que la única “prueba” de ello la aportó el Dr. Alejandro Tfeli, médico personal del ex presidente. En efecto, el Dr. Tfeli, según la Dra. Maresca, apenas se abrió el cajón, sacó de él una medalla y dijo: “Esta medalla la usaba Carlitos, lo cual es una evidencia de que este cadáver es el de él”.
Como su larga experiencia de abogado y juez penal federal le indicarán seguramente, ésa no es prueba de nada, pues, si alguien se animó a colocar una dentadura de Carlitos sobre el cráneo de un cadáver ajeno, bien pudo colocar también la medalla del muchacho sobre ese cadáver “prestado”.
Al margen de ello, llama la atención que los Dres. Federico Foresi y Beatriz Maresca hayan visto las cuatro enormes, manifiestas e insoslayables diferencias entre los estudios del Hospital de San Nicolás y los de la necropsia, mientras usted y los otros 34 médicos digan no haber observado nada de ello. Vale la pena mencionar esas cuatro diferencias: el frontal virtualmente pulverizado en el Hospital, y sano ante ustedes; la dentadura, intacta en el Hospital, y destruida y fuera de su lugar en la necropsia; el esternón, entero en el Hospital, y partido en dos 15 meses después; y la pierna derecha sana en el Hospital, y con una bota den yeso ante ustedes. ¿Es posible que usted y los otros 34 eminentes médicos no vieran nada de ello?
Desde ya que, en los próximos días, solicitaré al juez de la causa que abra una investigación para esclarecer tan enojosa situación.
Mientras tanto, lo invito a dialogar amigable y públicamente con nuestro perito médico Dr. Federico Foresi, sobre lo que observó cada uno de los dos en aquella extraña necropsia.
El Dr. Foresi me ha manifestado telefónicamente que acepta tal invitación. Si usted coincide con ese ánimo dialoguista, quizás podamos ahorrarle al Juzgado los trámites de una investigación sobre lo sucedido en la morgue judicial. En ese caso, y de común acuerdo, podríamos designar un moderador de ese diálogo amigable, así como el medio que lo difunda en directo. A la espera de su amable respuesta, lo saludo cordialmente.
Juan Gabriel Labaké
Nunca me interesó el caso porque ocuparme de la muerte de un miembro de esta familia de mafiosos es como ocuparse de la muerte del segundo en el orden de la mafia siciliana. Y tengo cosas más importantes de qué ocuparme. Cuando revienten todos, si lo hacen juntos, avisenme que montaré una fiesta. Pero ahora ya estoy hinchado las pelotas con todo el novelón. Lo único creíble es que algún mafioso se haya querido vengar del fascineroso matándole el hijo. Pero luego: 1 Si lo quiere matar, lo que menos va a elegir es tirándole desde tierra cuando el pichón de %&E·WWE% iba en un helicóptero. Tenés que tener una logística impresionante: saber el lugar de salida, la ruta (exatamente), gente dispuesta a salir armada y capacitada para tomar posición de tiro -en un lugar muy transitado- donde no puede ser visto. Las imposibilidades son enormes. Cuando una simple bomba en el auto cuando salía de algunas de las tantas farras con las que se preparaba para ser presidente hubiera bastado. 2- No soy piloto de helicóptero, pero supongo que si te están tirando, lo que hacés es hacer elevarte, e ir del lado contrario de donde vienen las balas, no hacer zig zag, a menos que se crea Rambo. 3- La Zulema es tan creíble como una moneda de 0,67 centavos. No fue peor porque el mafioso la hecho a patadas, sino era una peroncha más tratando de vivir de la política, rica, y hablando en nombre de los pobres. 4- Después de muchos años, el fascineroso ahora dice que sí fue un atentado, y la madre redobla la apuesta diciendo que no era el hijo el que enterroó. LOS MENEM ME TIENEN LOS HUEVOS LLENOS.ASÍ DE SIMPLE. Lo mejor sería que la justicia no les de mas bola y sí se dedique a solucinar el tema de la Amia, la Embajada y la voladura de Rio Tercero. Ahí si que las pruebas no son "endebles", por decirlo suavemente, y todo apunta a los mafiosos: Zulema, Menem, la mersa siria, y la %&$&/$·& que lo pario.
Es asi nomas de simple Fernando, que aclare de donde tiene tanto dinero un personaje que se dedico a la politica toda su vida. Y que se haga cargo de las muertes de Rio III y de la AMIA.