“Una célula de argentinos del servicio de inteligencia del país organizó el asesinato de un fiscal que investiga el papel de Irán en el atentado contra el centro judío, según un ex alto funcionario de la agencia”. Así empieza una columna que hoy publica el prestigioso diario inglés Daily Telegraph.
El matutino asegura haber entrevistado a un ex funcionario argentino de alto rango de la lucha contra el terrorismo, quien habría asegurado que “el grupo habría actuado sin órdenes específicas de Cristina Kirchner, a quien el fiscal muerto había culpado por tratar de encubrir el papel de Irán en la letal explosión 1994”.
"Cristina no tiene que dar una orden específica", dijo el ex funcionario de seguridad. "Su gente compite para satisfacer sus deseos percibidos."
Según el Telegraph, “la señora Kirchner ha culpado de la muerte a elementos criminales que se oponen a su gobierno en el interior del servicio de inteligencia. En sus primeras declaraciones públicas desde la muerte, dijo que esto era por qué estaba llamando a la agencia que se disolvió”.
Al mismo diario, el ex funcionario de alto rango entrevistado le dijo que “los leales a Kirchner en los servicios de inteligencia (SI) fueron responsables de la muerte del señor Nisman”.
La misma fuente habría asegurado que “los operadores políticos de la facción peronista de la presidenta tomaron el control de la SI después de que ella despidió a su director John Stiusso (sic) y su adjunto en diciembre por presuntamente estar demasiado cerca de los EE.UU. y los servicios de inteligencia israelíes”.
Luego, la nota del diario inglés introduce al hijo de Cristina: “La nueva camarilla de funcionamiento de los servicios secretos de la Argentina se asoció a una facción poderosa del partido gobernante encabezada por el hijo de la señora Kirchner, Máximo, que algunos han promocionado como un heredero político”.
El ex funcionario entrevistado por el Telegraph aseguró que “este grupo ha puesto en marcha su propio servicio de espionaje paralelo y mantuvo la vigilancia sobre el señor Nisman incluso durante sus viajes al extranjero”.
Según el mismo matutino, “la unidad de guardaespaldas fue infiltrado por el grupo pro-Kirchner”.
Y agrega que Damian Pachter, el periodista que anticipó la muerte de Nisman y luego huyó del país diciendo que temía por su vida “estaba siendo seguido por el mismo grupo presidencial leal".