El Fiscal es como un mosquito: zumba, aguijonea, molesta...
El Fiscal hace preguntas incómodas. Se mete donde no lo llaman. Investiga. Vuelve a molestar.
Si Ud. quiere perturbar su labor, a continuación van algunas sugerencias:
•Envíe al Secretario de Seguridad al escenario de un hecho presuntamente delictivo (Por ejemplo, edificio Le Parc de Puerto Madero) y pídale que dicte clases de escena del crimen y su preservación. De madrugada. Por televisión.
•Pídale a la Sra. Presidente de la Nación que escriba algunas "cartas" por Facebook, y que propicie en ellas hipótesis de investigación, calificaciones legales aplicables y posibles responsables del crimen. Si alguien se atreviese a criticar esta actitud de la titular del Poder Ejecutivo y osa hablar de la división de poderes en una república y la no interferencia de un poder al otro, sugiérale que utilice la cadena nacional de radio y televisión para brindar una clase abierta de Derecho Constitucional.
•Exhorte al encargado de prensa de la Procuración General de la Nación que desautorice las expresiones públicas del Fiscal, obligando a éste a hacerse cargo de "errores" en sus declaraciones, para evitar un papelón mayor.
•Solicite al Sr. Jefe de Gabinete de Ministros que, en consonancia con el encargado de prensa de la Procuración, se burle de las publicaciones periodisticas del caso en investigación y que matice su stand up diario con la rotura de algunas páginas de matutinos de tirada nacional.
•Requiérale al Sr. Secretario General de la Presidencia que tenga el atrevimiento de dirigirse al Fiscal, pidiéndole que "se saque la malla" y que suspenda sus vacaciones...
Si todas estas medidas fallan y Ud. cambia de opinión, puede optar por dejar al Fiscal hacer su trabajo en paz, colaborando -simplemente- con el silencio...
(En reconocimiento a la Dra. Viviana Fein, Fiscal de Instrucción de la Nación).
Marcelo Carlos Romero
Fiscal del Ministerio Público
Especial para Tribuna de Periodistas