La pregunta que aún no tiene respuesta es si el jefe del Ejército es rehén de la Presidenta Cristina Fernández o si la relación es inversa.
Ni se entiende si se justifica que un hombre como Milani, vinculado a la represión ilegal y con al menos un desaparecido sobre sus espaldas, siga en funciones en un gobierno que se jacta de nacional y popular y respetar a rajatabla los derechos humanos.
Si la Ley de Defensa no le permite a las FFAA hacer inteligencia interior —o sea, cumplir las funciones que tiene la SIDE o como quiera llamarse al nuevo engendro con otro nombre que adoptará de ahora en más—, Milani le encontró la vuelta para burlar la Ley de Defensa.
Esto es, trasladar a su gente con rango militar a la estructura de espionaje de Estado, y de esa forma hacer legal lo que no lo es.
Los hombres de carrera de la SIDE que no entraron en la vorágine de usar al espionaje como una forma extorsiva, nos han dado un caso que de ser verdad alarma, y mucho.
Un hombre de confianza de César Milani es el oficial Joaquín Conrado Pereyra, que ya hace tiempo actúa en el marco de la ahora ex SIDE.
Pereyra no es alguien conocido públicamente pero si en ambitos de quienes estuvieron muy al tanto de aquel asalto del “Movimiento Todos por la Patria” al cuartel de La Tablada, ocurrido en enero de 1989.
Uno de los jefes del MTP fue Francisco “Pancho” Provenzano, quien participo de aquel copamiento y desapareció sin que se lo haya dado como detenido o muerto en combate.
Según nos cuenta un viejo agente de inteligencia, Provenzano fue sacado con vida de La Tablada y llevado a un centro de interrogatorio ilegal que aún conservaba el Ejercito en plena democracia.
Joaquin Conrado Pereyra estuvo a cargo de aquel centro y fue quien sometió a Provenzano a apremios ilegales, hasta hundirlo en un tanque de agua y practicarle tormentos al mejor estilo de la dictadura. Gobernaba la Argentina Raúl Alfonsín pero el Ejército no había desmantelado sus antiguos centros de detención y torturas.
No vamos a entrar en detalles nauseabundos que nos relató el viejo agente de la SIDE sobre los tormentos sufridos por Provenzano, pero si vale aclarar que en documentos que aún conservaba la Secretaria de Inteligencia se dice que Conrado Pereyra tuvo a su cargo la cruel sesión que duró varios días, y cuando el jefe del MTP ya estaba casi al borde de la muerte, el ahora hombre de Milani le termino con un balazo en la nuca.
Algo de ese material le estaba siendo entregado a un organismo de DDHH quien pronto realizara la correspondiente denuncia judicial.
El cuerpo de Provenzano nunca apareció y jamás se lo podrá recuperar.
Si estos hombres ya están autorizados a realizar inteligencia interior y legal a partir de la SIDE y la nueva Agencia Federal propuesta por el Poder Ejecutivo, es como si de la mano de Cristina hubiéramos regresado a un pasado que creíamos olvidado.